Tutorial 1: Canalización de Maná

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 Lo básico de lo básico el alfa y el omega de la magia es aprender a controlar y aumentar la cantidad de maná en tu propio cuerpo. También puedes canalizar maná en el cuerpo de otra persona, animal, vegetal u objeto, pero dado que el resultado más probable sea una sanguinolenta explosión, es poco útil y como mucho sería aceptable como broma pesada.

Lo primero que tienes que entender es que es maná. De un modo grueso, el maná es algo así como una fuerza que nos rodea y que está presente en todas las cosas, pero que no te convertirá en un jedi, a diferencia de otras fuerzas similares.

Es importante comprender también la diferencia entre éter y maná, ambos son increíblemente abundantes en este y otros universos. Algunos físicos y científicos bastante idiotas e ignorantes llaman al éter energía oscura y al maná lo nombraron como materia oscura. Eso es porque no tienen ni puñetera idea, así que ni caso.

El éter se puede convertir en maná y el maná en éter, aunque este segundo proceso es bastante poco eficaz, salvo que quieras asar pollo ya que se pierde mucha energía en forma de calor.

La mayor parte de los seres vivos realizan naturalmente un proceso de transformación de éter en mana, una excepción son los ornitorrincos, ya que son un producto defectuoso. Con ese proceso natural, se llena nuestra piscina de maná interna, pero cada ser vivo tiene una capacidad limitada de almacenar mana, el resto se expulsa a la atmósfera en forma de maná atmosférico/excremental.

La magia en sí misma es solo la capacidad de usar el maná presente en nuestra piscina y usarlo para alterar las líneas ley del universo (también conocidas por los ignorantes como leyes de la física).

Pero para que la magia sea efectiva debemos considerar varios puntos importantes, el primero es que nuestra piscina mágica sea lo suficientemente grande, sin maná suficiente no hay magia. Otro punto importante es el control mágico, si no sabemos cómo distribuir correctamente el maná, la magia tampoco funcionará o en el peor de los casos el taumaturgo morirá consumido por su propio maná. Algo que por cierto es bastante divertido e interesante de ver, siempre que no le ocurra a uno mismo.

A partir de ahora dejaremos la teoría atrás y empezaremos con lo interesante, ya que a todo el mundo le gusta volar cosas por los aires, vayamos a la práctica. Normalmente los recién expatriados, especialmente si vienen de mundos sin magia o donde la magia aun no ha sido descubierta, como la Tierra, tienen muchas dificultades para manipular el maná. Así que he creado un sistema que facilita enormemente el trabajo y que te ayudará a progresar con tus hechizos rápidamente.

El ejercicio es extremadamente útil, por un lado nos permite aprender a controlar nuestro maná, pero además de ello podremos aumentar nuestra piscina de maná. Así mataremos dos pájaros de un tiro, consiguiendo control y mayor cantidad de maná todo en uno.

Como dato curioso diré que este ejercicio que haremos a continuación funciona mucho mejor si se efectúa delante de mucha gente. Es recomendable practicarlo delante de tus familiares, amigos o subido en lo alto del altar de la iglesia durante la boda de tu hermano.

El material necesario no es demasiado caro ni demasiado difícil de conseguir. Primero necesitaremos es una colchoneta de yoga, no es imprescindible, pero evitará que resbalemos y caigamos de bruces. Recuerda que todo mago que se precie debe tener el puente nasal lo más recto posible. Aunque no es algo obligatorio, también ayudará en nuestra práctica vestir unos calentadores y muñequeras de color rosa, como digo no son imprescindibles, pero dado que mejorarán nuestro porte y elegancia, el rendimiento del ejercicio será mayor. Es importante recordar que los calentadores y las muñequeras son un complemento y no un sustituto del resto de la ropa, elegancia si, exhibicionismo no.

Empecemos con la práctica.

Desde una posición de firmes, de pie con los brazos pegados al cuerpo, piernas y pies juntos y la espalda lo más recta posible, primero extiende tus brazos en cruz con las palmas de las manos extendidas hacia abajo y los pulgares rectos paralelos al resto de dedos. Ahora sube un poco tus brazos, unos 30 grados y por último gira tus muñecas un poco, hasta que las puntas de tus dedos apunten al suelo.

Punto dos, sin mover los brazos, ahora sube tu pierna izquierda un poco, paralela a tu cuerpo y sin girarla a los lados, lentamente, hasta que tu muslo forme un ángulo de 90 grados con tu espalda.

Punto tres encorva un poco tu espalda hacia adelante manteniendo la posición de tus miembros lo más estable posible, cuidado de no caerte.

Y punto cuatro, ahora ponte de puntillas con tu pierna derecha manteniendo el resto del cuerpo en la misma posición, su mueves tus brazos o piernas perderá toda la efectividad, así que aguanta la pose.

En esta posición, que llamaremos pose mágica T o pose inicial de lanzamiento, empezaremos los ejercicios de control.

La sensación que deja el maná no es muy diferente a un hormigueo el cuerpo o a un escalofrío. Normalmente la mayor concentración de maná suele estar en el pecho o en la espalda, así que ahora nos concentraremos en nuestra posición T e intentaremos sentir esos escalofríos. ¿Ya los sientes? Si no es el caso, abrir la puerta de la ventana en invierno suele ayudar.

Cuando ya tengamos algo de práctica, el maná se moverá naturalmente por nuestro cuerpo, pero dado que ahora mismo no tienes experiencia, ayudaremos a moverlo con un simple ejercicio.

Recuerda que seguimos en nuestra pose T.

Cuanto más levantes la planta del pie derecho, tanto más potente será la cantidad de maná que condenses, es como algo así como un acelerador de tacón. Si eres capaz de permanecer de punteras como las bailarinas de ballet, condensarás el 100% de tu maná, así que si por error activas un hechizo, perderás la consciencia o incluso morirás por el secado de maná (las momias son divertidas, pero no es agradable convertirse en una). Recuerda mantenerte en un margen seguro, con un ángulo de 30% de tu planta del pie con la horizontal del suelo es más que suficiente.

¿Cómo concentrar maná en un punto determinado del cuerpo de un modo sencillo?

Desde nuestra posición T.

Si quieres concentrar magia en tus manos tendrás que moverlas un poco, si quieres que sea en la boca pon morritos besucones, parpadeas para concentrarla en los ojos y eructas para concentrar el maná en la garganta. Si quieres lanzar magia hacia atrás tendrás que apretar los músculos del trasero.

Simple y eficaz, es muy sencillo.

Puntos negativos, cuidado con los pedos, si sueltas alguna ventosidad desde tu pose en T, si tu piscina de maná es lo suficientemente grande, se activará una potente magia de viento y saldrás volando a una elevada velocidad. Recuerda que no es fácil devolver magos a la atmósfera, así que ten cuidado.

¿Cómo aumentar la piscina de maná?

Partimos de nuevo desde nuestra posición T.

Giramos nuestra muñeca derecha en círculos, unas 20 veces, con movimientos amplios. Notarás algo parecido al aumento de presión sanguínea en tu muñeca derecha, eso hará que el maná se vuelque hacia ese lado. Luego harás lo mismo con la mano izquierda, otros 20 giros.

A partir de aquí empezarás alternativamente entre la muñeca izquierda y la muñeca derecha, lo más rápido posible. Es un buen ejercicio, pero aun así tu maná crecerá muy poco a poco. Si realmente quieres que el ejercicio sea eficaz, tendrás que ser capaz de completar unos 200 ciclos por segundo. Puede parecer complicado, pero con algunas décadas de práctica no es especialmente difícil.

Fácil, práctico y mágico.

Guía básica de Supervivencia en un Universo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora