CUATRO

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El joven castaño seguía sentado en aquel banco, observando aquella foto que le traía tantos recuerdos. Estaba tan sumido en sus recuerdos, que no se dio cuenta que la princesa lo estaba observando desde cierta distancia, ya que la retirada inesperada del joven le causó curiosidad y esta aumentó al ver la sonrisa que había fingido al salir.

El joven, sin darse cuenta que lo observan, decidió quitarse la chaqueta negra al igual que la sudadera, quedando solo con su playera gris. En ese momento la rubia vio algo que le sorprendió... A pesar de que estaba algo lejos, pudo ver cicatrices en los antebrazos del castaño, y por su forma era evidente que esas cicatrices eran habían resultado de heridas cortantes. En su estancia en la tierra nunca vio que el joven del lunar tuviera dichas cicatrices en sus antebrazos, lo que significaba que esas heridas fueron causadas después de que ella se fue... Pero quien lo hizo? acaso el estuvo metiéndose en problemas? o peor... se las habría causado el mismo?

Aunque sentía curiosidad por saber el origen de esas cicatrices, la rubia se mantuvo en silencio y decidió no preguntar ni decir nada... quería tener poco trato hacia el joven ya que aun le guardaba algo de rencor por lo ocurrido en el pasado, por lo que decidió retirarse en silencio del lugar. Mientras tanto, el castaño solo veía sus brazos... aquellas marcas que el mismo se había provocado para tratar de disipar el dolor que tanto lo agobiaba en el pasado, y que ahora le recordaban aquella época en la que estuvo completamente roto...

Los días pasaron, y los reyes notaron la actitud de la rubia hacia el joven humano. era algo sutil, pero pudieron notar que la joven trataba de guardar cierta distancia con el joven... Al preguntarle, la rubia dijo que no había ningún problema, solo decía que estaba algo estresada con sus asuntos y esa era la causa de su actitud; pero esa respuesta no fue suficiente para los reyes, por lo que decidieron que hablarían con el castaño.

Aquella tarde, Marco se encontraba entrenando con su maestro. Aprendía rápido y mejoraba su habilidad con la espada a un ritmo algo rápido, pero su mente seguía limitandolo... Pensaba demasiado las cosas y eso lo ponía en desventaja con su maestro en los entrenamientos.

Yi: Vamos muchacho -evade sus ataques- te distraes muy fácilmente... Debes concentrarte.

Marco: Eso intento ghh -lanza varias estocadas hacia Yi, pero ninguna llega-

Yi: -lanza una estocada firme, la cual choca con la espada del castaño, haciendo que esta caiga al suelo y quede desarmado- Perdiste de nuevo... Estas muy disperso...

Marco: Perdone maestro... -recoge su espada-

Yi: Que es lo que te pasa? Hace unos días veía mucho progreso... Pero ahora parece que pierdo mi tiempo contigo... -dijo seriamente- Parece que no estuvieras completamente presente en el entrenamiento.

Marco: Perdón Maestro... he tenido demasiadas cosas en que pensar últimamente y creo que nublan mi atención...

Yi: Pues mas vale que organices tus pensamientos... si no te concentras en una batalla real, los resultados serán fatales...

Marco: Si maestro...

Yi: Acabamos por hoy... No tiene sentido seguir si sigues así de disperso...

Marco: Si maestro...

El castaño salio del salón de entrenamiento y se fue en completo silencio a su cuarto. Al salir de aquel sitio se encontró con la princesa, por lo que la saludo de forma tranquila, pero solo recibió un saludo frió y algo cortante de su parte, lo cual afecto levemente al castaño, quien siguió su camino sin darse cuenta que su maestro había visto la escena.

(...)

Aquella tarde, el hábil guerrero se encontraba en el salón del trono, dando su reporte semanal sobre la evolución en el entrenamiento del castaño.

Espérame Star - Starco [CE 3]© (Retomada)Where stories live. Discover now