Capítulo 4

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~•~•~

Cuando me desperté al día siguiente, Normani había llegado. El olor a café recién hecho fue lo que me despertó y vi una taza aún humeante en la pequeña mesa al lado de mi cama.

-Santa Normani - murmuré, estirándome para alcanzar la taza, sintiendo una punzada en mi cabeza.

Mientras tomaba del café lentamente, recostada contra la cabecera de la cama, los recuerdos de la noche anterior volvieron a mi cabeza, y quería hacer un agujero en el suelo para hundirme en él. No recuerdo haber hecho algo tan malo como eso en mi vida. Incluso con Camila coqueteándome descaradamente, lo que había hecho era abuso. Ella estuvo durmiendo todo el tiempo y yo...

-¡Dios! ¿Qué hice? - murmuré, dejando la taza ya vacía sobre la mesa y enterré mi rostro entre mis manos.

Yo sabía que no tendría el coraje de enfrentar a Camila después de eso. Necesitaba conseguir un pasaje a Phoenix y obligarla volver a casa lo antes posible. Hoy si fuera posible.

Ignorando el dolor que hacía que mi cabeza palpitara, tomé un baño un poco largo y bajé las escaleras lista para ir a trabajar, aunque aún faltaran cuatro horas para comenzar mi turno. Pero lo último que quería ahora era estar en casa cuando ella despierte.

-Buenos días, Dra. Jauregui - Normani saludó mientras yo bajaba las escaleras con mi maletín en la mano. -¿Ya va al hospital?

-Sí. Necesito arreglar algunas cosas por allá.

-¿No quiere comer algo? Puedo hacer algo rápido para usted.

-No, gracias, Normani. Necesito irme ahora. Gracias por el café.

Tal vez dándose cuenta de mi estado de ánimo, no me acompañó hasta el garage como siempre lo hacía, y me deseó un buen día de trabajo aún parada al lado de las escaleras con dos botellas de vino en sus manos. Cuando noté ese detalle, me sonrojé como una adolescente, aún más avergonzada por las cosas que había hecho, y fui casi corriendo al garage, subiendo rápidamente en el auto.

Comí algo en unas de las cafeterías cerca del hospital y fui directo al trabajo. No le sorprendió a nadie verme llegar antes de la hora programada, porque hacía eso todo el tiempo, llegando antes de mi turno cuando no tenía nada que hacer en casa. Le dije al Dr. Cook que yo asumiría el turno ahora y él se fue a casa feliz, a descansar y a estar con la familia.

Alrededor de las tres de la tarde, terminada la reunión con los directores del hospital y la segunda ronda del día por la emergencia, me detuve en mi oficina para descansar un poco y organizar mis ideas. Sabía que necesitaba enviar a Camila de regreso a casa, pero primero tenía que hablar con sus padres para explicarles la situación. Y para eso tendría que llamar a Josh para pedirle el número de ellos.

Llevó casi quince minutos para que él respondiera la llamada, después de mucho insistir.

-¡¿Qué?! - él preguntó con la voz irritada, casi gritando.

-Ten cuidado de como me hablas, muchacho - lo reprendí, sintiéndome aún más molesta con él.

-Oh, lo siento, mamá. No sabía que eras tú. No reconocí el número - él dijo, ahora más tranquilo.

-Te estoy llamando desde el hospital. De cualquier manera, no puedo tardar. Solo llamo para pedirte el número de teléfono de los padres de Camila.

-¿Para qué? - él preguntó desconfiado.

-Necesito hablar con ellos.

-¿Sobre qué?

-No te importa.

Dulce Pecado (Camren G!P)Where stories live. Discover now