^¦III. Volver & Vivir¦^

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.°·|Un mes después|·°.

Tomó su mano. Miró hacia arriba encontrando el rostro de Minho con una sonrisa de labios, aquello lo llenó de confianza y volvió toda su concentración al inerte cuerpo recostado en la cama para luego cerrar sus ojos.

Pronto apareció en un lugar oscuro; la práctica constante hacía que sea más fácil llegar allí. El nada del todo parecía recibirlo de buena forma, Jisung lo tomó como una buena señal, pues las personas que se mantenían en coma no dejaban que entren tan fácilmente a su inconsciente. Han caminó por el lugar buscando alguna señal del menor, pero nada, continuó así por un tiempo, aún así nada indicaba que tendría suerte. Ya rendido quiso salir de ahí, sin embargo pudo vislumbrar la silueta de Yang a lo lejos. Con una sonrisa tatuada en su rostro corrió hasta él con todas sus fuerzas.

— ¡Jeongin! — lo llamó — No puedo creer que lo logré, realmente lo hice. — comentó totalmente feliz, sin dejar de verlo. — Innie, despierta.

El nombrado se mantenía parado y con los ojos cerrados. Jisung lo quiso tocar pero aquello era peligroso con ese tipo de circunstancias.

— Jeongin . . . ¡Yang! — exclamó con exasperación — ¡Oye!

— ¡Ya cállate! — el menor había despertado de golpe y lo miraba con el ceño fruncido.

— Oh, mierda. — manifestó el mayor alegre — Jeongin, llevó buscándote durante un maldito mes.

— ¿Te enviaron a despertarme? — interrogó el pequeño afligido.

— No necesitan hacer eso, yo te quiero. — confesó el castaño y de un momento a otro Yang quiso llorar. — Vuelve, Jeongin.

— ¿Cómo están todos? — decidió no responder y evadir su petición con una pregunta.

— Lo descubrirás si vuelves . . . Realmente todos esperan tu llegada. — trató de convencerlo.

— Pero ya todo acabo, ¿No es así? . . . Yo ya no quiero volver a un lugar en el que me siento solo. — admitió el más bajo con la cabeza gacha, el mayor se desespero. Quedaba poco tiempo.

— No estás solo, Jeongin . . . Eres heredero al trono, muchas familias se quedarán sin gobernador si tú decides no volver. — el menor decidió no mirarlo por lo avergonzado que se sentía.

— Oh, soy un egoísta. — murmuró con la voz quebrada, el mayor negó.

— Eres joven. — lo consolo — Es normal esto de equivocarse.

Hubo un corto silencio cuando de repente el menor suspiró resignado.

— Toda mi vida pensé que podría protegerme de todo y de todos, pero no es así . . . Mis poderes son lo único que tengo y ver que aún así soy tan vulnerable . . . Es como si no tuviera nada sentido. — confesó apenado.

— Comprendo . . . Pero recuerda que somos un equipo, no sólo tienes a tus poderes . . . Nos tienes a nosotros.

Jeongin volvió a mirarlo fijamente. Han alzó su brazo y le mostró la palma de su mano, la cual debía tocar para despertar.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Where stories live. Discover now