«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mundo...
— ¡Hey! — exclamó el rubio con cierto tono de voz alto, que hizo parar en seco la caminata del peli marrón rojizo.
Seungmin giró sobre sí para dar cara a la persona que lo había llamado con tanta insistencia. Éste se acercó lo suficiente como para que lo escuche a la hora de hablar; mientras tanto, Min se cruzó de brazos, siendo paciente, porque, siendo sincero, estaba algo alterado e irritado con todo lo que pasaba, y nada era mejor cuando sus propios compañeros sospechaban de él, cuando él conocía al verdadero culpable de aquella desgracia.
— Bueno, ¿qué pasa, Felix? — cuestionó en cuanto lo tuvo lo suficientemente cerca.
— ¿Seguro que no tienes idea de quién es el culpable de todo lo que está pasando? — su tono de voz destilando hostilidad.
— Directamente di que piensas que soy yo. — manifestó con claro recelo y enojo; el mayor negó rotundamente.
— Jamás pensaría que fuese alguien de nuestro equipo. — su respuesta causó una gran impresión en el menor, quien dejó caer sus brazos, deshaciendo la barrera que había creado. — Por supuesto que sé que no fuiste tú, es más . . . yo confío en ti Seungmin. — después de suspirar añadió — ¿Qué te hace pensar así?
— Tu gran amor por Jeongin-
— Una cosa no tiene nada que ver con la otra. — lo interrumpió abruptamente. — Tenemos diecinueve años, tal vez aún seamos inmaduros, pero al menos yo, con lo que respecta a ciertos temas, no los mezclo ni un poco; no me atrevería a dudar de alguno de ustedes. — habló el príncipe Lix con convicción, dejando a el menor más aliviado, y con mayor motivación para acabar con todo ello. — Tal vez no me creas, pero te quiero de verdad . . . somos amigos, ¿no es así?
Seung tragó saliva, miró fijamente al rubio y no pudo evitar preguntar:
— ¿A pesar de que pueda causarle un daño enorme a Jeongin?
Feliz fruncio los labios, para inmediatamente asentir.
— A pesar de eso. — afirmó el mayor, para luego extender sus brazos con una pequeña sonrisa. Sin dudar, el menor fue directamente a abrazarlo.
Aquello le había brindado algo de paz, por un momento sonrió, él también lo quería, quería a cada uno como si fuesen su verdadera familia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jisung fue paciente mientras esperaba a que Chan se concentre para comenzar con su pequeño experimento. Habían pasado aproximadamente dos horas y media desde que habían estado encerrados en la habitación del mayor. Tenía por seguro que Woojin y Minho estaban en la puerta, esperando a que ambos salgan, y los demás de seguro se habían esparcido por ahí, él no estaba seguro de ello.
Se sorprendió cuando Bang abrió los ojos de repente, estando sentado frente a él, y entonces Han supo qué debía hacer: volver a recordar lo que le había pasado estando dormido sobre el viejo árbol. Dejó que su mente se relajara para que su líder pueda ingresar sin bloqueos, sin problemas, y sin contratiempos; y cuando pensó que sería un intento fallido nuevamente, la sensación de adormecimiento lo invadió; era como si estuviese dentro de su propio cuerpo, pero no tenía control de él. La mirada del mayor se había vuelto más intensa; estaba tan concentrado en sus pupilas que pudo jurar que éstas cambiaban de color esporádicamente a un morado brillante. Se sentía invadido, pero aún así no se resistió hasta que Chan se alejó minutos después.