En medio del terror que le tiene a su kosei y la angustia que le provoca su pasado, Akane quiere usar sus habilidades para ayudar a las personas.
Ella debe cumplir la promesa que hizo de niña y demostrar que un quirk no te define.
Con una particul...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Buenas personas, grandes amistades"
Casi dos semanas han pasado desde el incidente con los periodistas. En estos días Yamato-nīsan me ha acompañado en las mañanas y Aizawa-sensei en las tardes.
Todo se ha vuelto más rutinario, así que ya no estoy tan nerviosa como antes. Aunque hay algo que me tiene todo el tiempo preocupada:
La relación con mi hermano.
El hecho de que me esconda cosas importantes me tiene bastante ofendida y él lo ha notado, además de que el exceso de trabajo ya no lo deja entrenar conmigo; por lo que las veces que hablamos por día han disminuido a solo saludarnos en las mañanas y en las noches(si es que él llega cuando estoy despierta). El pensar que nuestra relación puede volver a ser la de hace algunos años, tiempo en el que él me ignoraba, hace que mi corazón duela.
Y aunque el nudo en el pecho que siento al estar así con Yamato-nisan no desaparece en ningún momento del día, el resto de cosas en mi vida están mejorando bastante.
He logrado acercarme a Yaoyorozu Momo. Compartimos gustos en libros, así que una vez dejé mi timidez(¡Fui la primera en acercarse!), conectamos casi inmediatamente. Momo es muy inteligente, más de lo que pude imaginar al principio; a veces me cuesta seguirle el paso, pero ella siempre repite las cosas con calma cuando ve que me estoy perdiendo(ya sea por distraída o por realmente no entender; Tenya siempre me regaña si estoy distraída). Cuando hablamos sobre libros es el momento en que ambas nos emocionamos, la felicidad en su voz me da ganas de abrazarla. Ochaco es igualmente adorable, ambas se ganan mi corazón...aunque si hablamos de personas adorables, Izuku no se queda atrás, él también es muy lindo. Hablando de Izuku, a ambos nos encantan los héroes, así que siempre que hablamos tenemos tema de conversación, algunas veces termina susurrando de una forma un poco... aterradora, pero siempre es interesante hablar con él. No ha vuelto a preguntar sobre mi kosei, cosa que agradezco, aunque se me hace un poco extraño.
Esos cuatro son mis primeros amigos en mucho tiempo, así que quiero atesorarlos lo más que pueda...solo espero no volverme muy empalagosa.
Otra de las cosas que me alegra es que la compañia del sensei no es tan incómoda como al principio; es más, incluso me atrevo a decir que es agradable. No es un hombre de muchas palabras, ni el tipo de persona que inicia una conversación, las pocas veces que hablamos sus palabras llegaron a ser cruelmente honestas. Tampoco es que deba quejarme de su honestidad, una cruel verdad es mejor que una dulce mentira. La verdad duele más, pero es lo que se tiene que afrontar al final. El punto es que aunque parezca indiferente hacia su alrededor, se preocupa por nosotros.
Me di cuenta de ello unos días después del inconveniente con los reporteros. Aizawa-sensei tuvo que quedarse a terminar de evaluar algunos trabajos que hicimos durante la semana. Yo no podía irme sola y Yamato-nisan no podía recogerme, así que me quedé en la sala de maestros a esperar a que cualquiera de los dos adultos me llevará a casa.
