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‒Minnie... Minnie, por favor, ya no llores. ‒pidió en un suave susurro el pelirosa, quien le acariciaba los cabellos, intentando detener su llanto.

Taehyung se paseaba por la habitación, pensando una forma para escapar. Se paró sobre una cajita de madera, y observó por la ventana que dirigía al abandonado pasillo.

Giró su cabeza observando a su amigo siendo reconfortado por el omega y suspiró pesadamente, dirigiéndose donde ellos.

‒Duerme un poco, Minnie... ‒susurró. El nombrado negó levemente con la cabeza.

‒Quiero a mi gigante. ‒sollozó.

‒Y yo a mi solcito, pero Minnie, tranquilízate... Esto no es bueno para tu cachorro. ‒le tranquilizó.

El menor limpió sus lágrimas y dejó caer nuevamente su cabeza en el hombro del pelirosa, quien seguía acariciando sus cabellos.

‒Taehyung tiene razón, Minnie... ‒susurró el mayor.‒ Debes descansar, ambos.

»‒A las ocho vendrán a darnos la cena, y se mantendrán en movimiento por al menos una hora o dos. ‒informó.‒ Para las diez estarán cenando y será el momento perfecto para escapar, y si tenemos suerte, lo haremos.

‒Jin... ‒llamó el peligris.‒ ¿Por qué no huiste antes?

‒Lo intenté... Muchas veces. ‒respondió mirando un punto fijo en la nada de la habitación.‒ Pero siempre lograban atraparme por una mínima de segundos. Siempre tan cerca pero tan lejos. ‒suspiró.‒ Pero esta vez será diferente... Los tengo a ustedes. ‒prosiguió con una sonrisa, mirando a sus menores.

‒Sí. ‒respondió Taehyung.‒ Ahora nos tienes a nosotros... Y saldremos de ésta. Juntos. ‒los tres asintieron y los dos menores se recostaron, tomando una siesta, mientras Jin les cuidaba.

Como le había informado a los omegas, la cena llegó a las ocho en punto. Ni un minuto más, ni un minuto menos, como todas las noches.

Mientras tanto, en alguna parte del bosque, Namjoon investigaba el lugar, cuidando de no ser percibido por la manada enemiga. Observó al líder y ex‒líder hablar entre sí, regresando de un lugar en el bosque.

Si sus cálculos eran correctos, se acercaban las nueve y media de la noche, sus hermanos estaban a nada de llegar, lo que le dejaba una media hora para encontrar a sus cuñados.

Corrió por el bosque, encontrando un camino que le dirigía a unas extrañas instalaciones. Sentía a varios alfas allí, pero lo más importante, el almizcle de menta dulce, las dulces flores silvestres junto con el almizcle de su hermano, y uno que le estaba volando la cabeza.

Melón.

Un dulce almizcle de melón, mezclado con frambuesas y aún así, era masculino. Era un omega, un chico, su pareja, su compañero.

Tuvo que hacer un gran esfuerzo en girarse sobre sus patas y correr de regreso a la vieja casa de Taehyung, hasta que sus hermanos y la manada, llegaran.

El rugido de dos motos se escuchó fuera de la casa, justo antes de que la puerta se abriera de par en par, dejando a la vista a un semi desnudo Namjoon. Hoseok le tendió algo de ropa y no tardó en vestirse, tomando de regreso su celular en manos de Jungkook.

Tenía cosas ahí que no quería que su hermano mayor viera, de hacerlo le molestaría por el resto de su vida.

‒HyungSik y Hae-Soo están metidos en alguna mierda de tráfico de omegas. ‒explicó a la par que caminaba a la salida junto a los mayores.‒ Encontré unas instalaciones corriendo unos diez minutos al norte. ‒prosiguió apuntando un camino en el bosque con su dedo índice.

Mi Omega: Mi Lindo Omega      ||Kookmin||Where stories live. Discover now