Pista 4

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Hola, chicos. Reportándome con el capítulo 4 de este hermoso proyecto. Les dejo aquí la advertencia de que deben leer los dos primeros capítulos en las cuentas de WonderGrinch y SnoopyMoon. Así que sin más que decir, los dejo para que lean ;)

Egipto me llevó a ti

Capítulo 4

A lo largo de mi carrera me he enfrentado a muchos tipos de público. Estudiantes universitarios, colegas en simposios y congresos, jurados calificadores... pero jamás a niños.

La solicitud de la escuela primaria de Tomoeda llegó a nuestro departamento hace por más de un mes, pidiendo que uno de nuestros profesionales dictara una pequeña charla sobre arqueología durante su semana de las carreras. Debo admitir que me sorprendió ser escogido para tal misión, después de todo, no me caracterizo por ser muy carismático, pero estoy dispuesto a dar lo mejor de mí mismo para transmitirles a los niños mi amor por la arqueología.

Al estacionar cerca del auditorio de la primaria, tomo mi gran bolso del asiento del copiloto con mucho cuidado y me bajo de la camioneta, encontrándome con un mar de niños que van ingresando al enorme lugar. Vaya, cuando me dijeron que debía venir no mencionaron que serían tantos. Sacudiendo mi cabeza, dirijo mis pasos hacia el interior y de inmediato me encuentro con un rostro conocido.

― ¡Hola, Syaoran! ―Levanto la mano, respondiendo su saludo, y ella se acerca a mí a paso apresurado―. No sabía que hoy le tocaba a arqueología también.

― ¿Viniste a robarme mis futuros estudiantes, Sumire? ―Me río al ver su ceño fruncido.

―Vamos a ver quién seduce más, si la química o la arqueología ―Me guiña un ojo―. Por cierto, tengo que pedirle un favor a Sakura.

― ¿Otra sesión de fotos para tu hija? ―Me rio al verla sonrojarse un poco.

―Cuando tengas hijos, entenderás. ―Resopla haciendo un mohín―. El cumpleaños de Mimi se acerca y espero verlos a los dos allí.

―Faltar al cumpleaños de tu hija es impensable para nosotros ―le digo, riendo―. Ya hasta compramos el regalo.

La sonrisa de Sumire se amplía. La conozco prácticamente desde que comencé la universidad ya que ella estaba en el mismo club de fotografía que Sakura, pero a diferencia de mi cerezo, la pasión de la mujer que tengo frente a mí siempre fue la química. La fotografía era solo un hobby para ella que fue dejando de lado poco a poco, pero desde que tuvo a su primera hija... como que le tomó amor a la cámara otra vez y no para de pedirle a Sakura que le enseñe nuevas técnicas y que le haga sesiones de fotos a su pequeña, la cual debo admitir que es un dulce de niña... y nos dice tíos a Sakura y a mí... ¿Qué puedo decir? Tiene cuatro años y nos robó el corazón.

Una voz femenina anunciando que el tercer día de las carreras está por comenzar, llama nuestra atención.

―A combatir, comandante. ―dice, tendiendo su mano hacia mí. En sus ojos cafés centellea la emoción de una contienda.

―Espero una pelea limpia.

―Así será.

Nos dimos la mano como buenos contrincantes y subimos juntos al escenario donde ya están dispuestas varias sillas para todos los profesionales que expondrían hoy. Aprovecho de solicitar que ubiquen una mesa también para colocar las sorpresas que les he traído a los niños.

Las conferencias fueron avanzando y tengo que admitir que han sido muy interesantes, incluso Sumire se lució con su charla sobre sus compuestos químicos cambia colores. Eso de hacer un arcoíris con agua y no sé qué más, para luego hacerlo desaparecer como si fuera un jodido truco de magia... va a ser difícil de superar. Los niños se emocionaron a más no poder.

Egipto me llevó a tiWhere stories live. Discover now