IV

1K 110 27
                                    

Ellos no son tus dueños. Intenta recordar, lo que te han quitado, lo que te han hecho, no lo merecías. Peter, siempre has sido fuerte, pero tus mayores cualidades siempre fueron la compasión y la bondad. No dejes que ellos te lo quiten. No dejes que te cambien. No debes dejar que ganen.

Porque.

¿Porque esas palabras se le habían quedado gravadas en la mente?

Compasión y bondad... incluso en su cabeza esas palabras sonaban extrañas.

Siempre le habían dicho que esas "cualidades" no eran más que una debilidad y debía eliminarlas.

Y sí, tal vez HYDRA le había hecho daño pero, eso tan solo le había hecho más fuerte, que era exactamente lo que siempre le habían enseñado que debía ser.

Que tratara de recordar... ¿qué le habían quitado?

Y Peter. Ese estúpido nombre, otra vez.

Ese nombre... ¿le pertenecía?

Y lo más importante: ¿cómo sabía Connors todo eso? Araña estaba seguro de que no estaba mintiendo, gracias a su adiestramiento como espía y asesino, pero aun así.... había algo raro en su comportamiento.

-¡Araña! ¿Qué coño? ¿Qué mierdas te pasa hoy?

La voz de Rumlow le sacó de su estupor. Claro, estaba entrenando. Estaban en la sala de entrenamiento. Tiene sentido.

La habitación era espaciosa, de varios metros cuadrados, las paredes eran de cemento gris y había algunos espejos. Había columnas y muros, de distinto tamaño, simulando callejones en una ciudad o las paredes de un edificio, i escondidos entre ellas había trampas que se activaban sin avisar. Había distinto material para entrenamiento: armas, maniquíes...

Ahora se suponía que debía estar lanzando cuchillos a dichos maniquíes, pero después de cuarenta y cinco minutos y treinta y seis dianas perfectas, uno perdía la noción del tiempo.

Decidió no jugársela y hacerle caso a Rumlow. Ya había tentado al destino lo suficiente por hoy.

Cogió un cuchillo y apuntó. Había cuatro dianas en el maniquí. Decidió probar algo nuevo. Cogió otros tres cuchillos, dos en cada mano, y los lanzó al mismo tiempo. Todos acertaron su respectiva diana, cabeza, corazón y estomago con un sonido sordo, hundiéndose en la madera de la que estaban hechos.

Orgulloso, le miró retante.

-Eso ha estado mejor, pasemos a lo siguiente. Ahora toca entrenamiento para el combate múltiple.

Que era una bonita forma de decir que tenia ganas de ver como le zurraban a base de bien.

Hizo un gesto. Cinco guardias, que iban armados con cuchillos y que llevaban ropa protectora, cosas de las que él no disponía, le rodearon dejando unos cuantos metros de distancia.

-Van a atacarte. Si te cortan, aunque sea un roce -alzó el dispositivo del demonio para que lo viera bien, y Peter le lanzó una mirada asesina -Muy bien. ¡Empezad!

Durante unos segundos, nadie movió un músculo. Estaban en posición de ataque, observándose. Peter se movía lentamente, dando vueltas sobre si mismo, con los puños alzados, analizando a cada uno de ellos, cada movimiento.

Entonces se dio cuenta, el novato, estaba ahí, y temblaba como una hoja. Tenia los ojos castaños expresando horror al darse cuenta de que lo estaba observando, y no podía dejar de dar pequeños pasitos adelante y atrás. Este tipo tenia mucho que aprender.

Peter no pudo evitar sonreír maliciosamente. Antes de que pudiera decidirse por quién empezar, uno de ellos tomó la iniciativa y le atacó. Peter esquivó su cuchillazo agachándose. Se abalanzó sobre el hombre y le aplacó. Notó un cosquilleo en la nuca. Su sexto sentido que le urgía que mirara hacia atrás. Cogió el cuchillo del guardia y lo lanzó en esa dirección acertando en el muslo de otro tipo que inmediatamente cayó al suelo gruñendo. Como estaba despistado, el que tenia debajo le agarró por el cuello, lo lanzó contra el suelo, se puso encima de él y empezó a apretar sus manos alrededor de su garganta impidiéndole respirar.

Deadly Caged Mind ||HYDRA's Spider|| [Castellano]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon