El pasado vuelve a mi

65 8 1
                                    

Mientras sigo inmóvil en el banco, mi cabeza está volviendo a la época cuando tenía ocho años. Cuando vivía en una casa de dos plantas, algo lejos de la ciudad y con un bosque al lado para poder pasear tranquilamente.
Como cada día desde que cambié de colegio, me levanto temprano, me visto y bajo a desayunar donde mi madre, quién me espera para desayunar juntas. Como siempre, miro hacia un sitio que está vacío, el de mi padre. Quién ya lleva tiempo sin venir a casa.

—¡Ya no me quiere!

Mi madre, cada vez que digo aquello, intenta distraerme con algo porque se da cuenta de la tristeza y la duda que ve en mi mirada.

Me distrae con las típicas preguntas de—Mónica, ¿hiciste todos los deberes?

Ella sabe la respuesta, ya que, los hice con ella.

—Si, los hice ayer contigo —le digo.
—Y... ¿sacaste a Rufus? —nuestro perro, un pastor inglés.
—Si mamá,deja de hacer preguntas.
—Bueno, vale....
—Mamá, ¿puedo preguntarte algo? —pregunto con timidez y duda—¿Dónde está mi padre? Lo echo de menos, ¿ya no me quiere? —le digo triste.
—Hija, tu padre está trabajando lejos... y claro que te quiere, no digas tonterías. Venga, ¡al colegio!

La respuesta que me dio mi madre, me dolía más que la propia situación en la que me encontraba.
El trayecto  fue en silencio absoluto y al llegar ni me despido de ella.
Por las mañanas voy a clase, las tardes las dedico a hacer los deberes y a jugar con los niños de las otras casas que viven por allí cerca.
El viernes, cuando llegamos a casa, suena el teléfono y mamá se lo lleva a la cocina para hablar o más bien, para discutir. Por lo que intuyo que será con mi papá.
Tan pronto cuelga el teléfono, me mira seria y me dice que vaya.

—¿Qué pasa, mamá? —le pregunto dubitativa.
—Verás hija... tu papá acaba de llamar, dice que quiere que pases el fin de semana con él.
—¿Papá ha vuelto? ¿por qué no está aquí?
—Hija, tu papa no va a venir. Quiere que vayas con él, a otro lugar.
—¿A dónde mamá? ¿por qué no va a venir? ¿qué pasa? —le pregunto con mucha duda.
—Mejor habla con él y que te lo explique, ¿quieres ir?
—Quiero ir —quería saber qué era lo que ocurría.

Mientras mi madre me preparaba la mochilita, yo acabo de hacer los deberes y oigo pitar la bocina de un auto. Salgo corriendo y me abrazo a mi padre fuertemente, mi madre le da la mochilita y nos vamos.
El ladrido de Rufa me saca de mis pensamientos, miró el reloj rápidamente «¿Pero cuánto tiempo he estado así?», pienso. Con rapidez, voy para casa, para que la riña sea lo más pequeña posible.

Oscuridad y luzWhere stories live. Discover now