Historias Cortas De "Detroit: Become Human"

Haría Todo Por Usted - Pt. 2 [Final]

Casa de los Anderson

Cada vez que llega la hora de irse a la cama, es toda una odisea para Connor, quien tiene que luchar contra las negaciones del hombre que solo quiere seguir viendo la película.

—Vamos Hank— dice Connor en el oído de Hank —Tu sabes muy bien que quieres venir conmigo a la cama— susurra Connor mientras pasa su mano por el pecho de Hank.

Hank comenzando a tener calor en su cuerpo, maldice antes y después de aparga la televisión y se levanta para encarar a Connor.

—¿Y qué sucedería si no vamos a la cama y te asalto aquí?— dice Hank, pasando su mano debajo del pijama de Connor, acorralandolo contra el sofá.

El sonido del timbre que resuena por toda la casa, cortando de manera abrupta el ambiente romántico de los enamorados.

—Voy yo, haré que se vaya rapido— dice Connor al sentir el enojo de Hank ante la persona que está al otro lado de la puerta.

Connor se acerca a la puerta y la abre, dándose cuenta que no hay nadie en el pórtico, pero logra ver a alguien subirse a un auto y alejarse hacia la oscuridad se la noche.

Desconcentado, comienza a cerrar la puerta mientras que Hank le pregunta quién fue el responsable de romper el encanto del momento que estaban viviendo. Hasta que logra ver una caja sobre la madera del pórtico.

Sale al frío de la noche para tomar la caja, que no ve ninguna huella digital. Hank se para al lado de él, mirando la caja que está en sus manos.

—¿Qué es?— pregunta Hank mirando a Connor, esperando una respuesta.

Connor, sin decir alguna palabra, abre la caja, algo asustado, pensando lo peor, y lamentablemente es lo peor que pudo haberse imaginado.

Hospital de Detroit

La enfermera abre la puerta junto con el carro con el desayuno, y comienza a acercarse a las camas donde están los pacientes recuperándose de operaciones o accidentes.

Son dos pacientes en total por habitación, que están separado por una cortina, tienen un encargado que lo cuida cuando el paciente esté complicado, pero ese paciente su encargado es alguien que no piensa separarse de él en ningún momento.

—¿Cómo has dormido?— le pregunta la enfermera a Gavin, el paciente que ha estado más tiempo en la sala de rehabilitación.

—Bien, aunque sigo teniendo esas pesadillas— dice Gavin aún algo somnoliento.

Ryan se mantienen sentado en la silla en estado de suspensión, pero atento a su al rededor, y sabe que la enfermera llegó para traerle el desayuno a Gavin.

Siente que la enfermera se va y luego una mano sobre su muslo, es la de Gavin, ya que siente las vendas.

—Hojalata, dame de comer— dice Gavin cuando Ryan abre los ojos.

—Okey, pedazo de carne— dice Ryan subiendo la camilla para que Gavin quede sentado.

Gavin sonríe y se prepara para recibir esa papilla que sabe mal pero tiene las suficientes vitaminas y minerales que su cuerpo necesita.