Uno

999 135 43
                                    

Se levantó muy temprano, sus ojos estaban hichados por todas las lágrimas  que habia derramado la noche entera.

Casi no había dormido porque su mente no paraba de pensar en él.

Sus constantes escenas de celos y su manera obsesiva de controlar su vida lo habían llevado el límite, al punto de terminar su larga relación de 3 años.

Pero pocas horas después estaba arrepentido de su decisión.

Joel amaba a Erick más que a nadie y sabia con certeza que Erick sentía el mismo amor por él, a pesar de su comportamiento posesivo.

Se quedó sentado un momento en el borde de su cama pensando en que debería hacer.

¿Retractarse?

Seguro de que Erick era el amor de su vida se levanto y arregló lo mejor que pudo. Corrió con todas sus fuerzas hacia la escuela.

Buscó al ojiverde por los pasillos repletos de alumnos que poco a poco se iban vaciando.

Dobló una esquina y ahí estaba el chico que lo amaba tanto como él lo hacia.

Erick se estaba besando con otro chico y sintió que su mundo se derrumbó en ese instante.

Un día, eso es todo lo que habia durado su dolor y olvidar su supuesto amor.

Hace sólo un día habían terminado.

No podía pedir explicaciones porque claramente ya no eran nada, entonces Joel simplemente dio media vuelta y se fue.

Salió de la escuela, no tenía ganas de pasar sus aburridas clases.

Caminó calle abajo, cosa que nunca hacia, porque tanto él como Erick vivían calles arriba de la escuela.

Las calles por las que caminaba eran tranquilas sin mucho tránsito, sencillas pero bonitas.

Visualizó una heladería una cuadra más abajo y pensó que no era una mala idea ahogar sus penas con helado.

La heladería era igual que las calles, sencilla y bonita.

Se sentó en una banca alta y apoyo sus codos en la pequeña barra.

—¿Podrías servirme el helado más grande y amargo que tengas? —habló llamando la atención del muchacho que arreglaba unos botes dándole la espalda.

El pelirojo lo observa de reojo.

Joel mantiene la mirada gacha.

Un minuto despues el chico pone enfrente del rizado una copa grande con bastante helado como para congelar un cerebro.

—¿Día difícil? —pregunta curioso.

—Si difícil significa que viste al que fue tu novio por 3 años besándose con otro chico tan solo un día después de que terminaron con su relación. Si, muy difícil —dice rodando los ojos.

—Terminaron y estas... triste.

—Yo le iba a pedir tontamente que volvieramos —Joel esboza una sonrisa triste —iba a cometer un error, supongo.

—No es tonto —murmura el chico —¿como podria ser tonto amar a alguien? El único tonto es él, por no haberte amado lo suficiente.

Joel finalmente alza la vista y lo ve.

Se queda estático como si hubiera visto una estrella caer ante sus ojos.

—¿Alguna vez amaste profundamente? —cuestiona mirando sus ojos.

El pelirojo asiente.

—Y... ¿pudiste olvidar?

—No — responde con una mezcla de nostalgia, los ojos de Joel se cristalizan —pero fue porque ese era un amor verdadero —añade.

—¿Qué quieres decir?

—Que si el chico al que amaste no era tu verdadero amor, va a pasar. Porque algún día sentiras con la persona correcta el más puro y bonito amor que no se puede olvidar.

Esa sonrisa.

Sus claros ojos.

Su fino cabello.

Y cada rasgo de su rostro.

Incluso su estatura y su cuerpo.

Se sentía tan familiar para Joel, como si ellos ya se hubieran conocido en otro lugar, en otras circunstancias o en otra vida.

—¿Como te llamas? —preguntó mientras su corazón golpeba fuertemente en su pecho.

—Riki —respondió él con una bella sonrisa plasmada en su rostro.

Aquel día muy triste y poco feliz, Joel conoció a Riki.

RIKI •Joerick •RikelWhere stories live. Discover now