Cuatro

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Extra

—¿Puedes dejar de seguirme? —habla volteando ya irritado.

—Quiero hablar contigo —dice el ojiverde.

—Nosotros terminamos, no somos amigos ni nada. No tenemos nada de que hablar —dice volviendo a retomar su camino.

—¡Te amo, Joel! —grita Erick para que lo escuche —yo no puedo olvidar mi amor por ti fácilmente.

—¡¿Y crees que yo si?! —habla fuerte con la voz entrecortada.

—Te vi con un chico —Erick empieza a llorar.

Joel sabe que se refiere a Riki pero no sabe cuando los vio.

—Yo te vi con varios chicos.

—E-eso no... —Erick baja la mirada —soy un estúpido— suspira —pero jamás deje de amarte.

El corazón de Joel se estruja. Erick se ve débil y vulnerable, tan sincero que decide creerle.

—Lo de nosotros fue increíble. Jamás lo olvidaré —sonríe para que Erick se tranquilice.

—¿Fue? —pregunta en un hilo de voz.

—Lo siento, yo conocí a Riki.

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—¿Está Riki? —pregunta Joel al que reconoce como dueño de la heladeria.

—Está acomodando algunas cosas adentro —responde el señor.

—Entonces voy a esperarlo.

—He notado que vienes todos los dias —habla —es bueno que aproveches el poco tiempo que le queda aquí.

—¿Poco tiempo? —pregunta el rizado un poco asustado.

—Si, ¿acaso Riki no te contó de su partida?

—¿Se irá?

—Deberías hablar con él —es lo último que dice el señor y lo deja solo.

Los ánimos de Joel caen de inmediato. No puede creer que Riki piense irse y no le haya dicho nada.

Se siente traicionado por segunda vez.

—Mi hermoso niño ya está aqui —habla el de ojos claros en cuanto ve a Joel.

—¿Por qué? —pregunta apunto de llorar.

—¿De qué hablas? —Riki suena preocupado.

—¿Te irás?

—Iba a decirtelo pronto —contesta sin preguntarle como lo sabe.

—Dijiste que nos tendríamos siempre. Mentiste —llora —también vas a dejarme —dice y sale de la heladería porque no quiere hablar ya con él.

—Joey... —Riki alcanza al rizado no muy lejos, sujeta su cuerpo fuertemente, pegando su pecho con la espalda del rizado, porque no quiere que se vaya —te lo iba a decir.

Joel continúa llorando, no es solo por Riki, es por Erick, sus papás y amigos. Todos se hartan de él y lo abandonan.

—El sueño de mi mamá era conocer Machu Picchu —empieza a contar Riki —Ella estaba ahorrando dinero para que viajaramos juntos, pero pasó lo de mi enfermedad y gastó todo en mí. Quiero cumplir su sueño —murmura con la voz entrecortada —Ella me donó sus ojos y quiero que a través de mí, contemple el lugar donde soñó ser feliz.

—¿Por cuanto tiempo? —pregunta Joel volteando para mirarlo de frente.

—No sé si vuelva.

Los ojos de Joel se vuelven a cristalizar y su llanto descontrolado ya no se detiene.

Riki lo envuelve entre sus brazos y llora también.

—Ya no tengo nada aquí —habla en medio de sollozos —ya voy a terminar la escuela y no sé que hacer conmigo. Llevame contigo, por favor.

Aunque su conciencia le dice que no, su corazón es más fuerte.

Aquel otoño muy cansador y poco infeliz, Joel y Riki ahorraron dinero para irse donde nadie los pudiera encontrar. A Machu Picchu.

RIKI •Joerick •RikelWhere stories live. Discover now