Capítulo -4-

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Bien, un nuevo día. Puede que mejor que el ayer, o peor. Teóricamente tiene que ir mejor, ya que ahora tendré un guardaespaldas, por así decirlo. No sé cómo llamarle, no puedo llamarle amigo porque me ha dejado claro que sólo lo hace por obligación... No lo hacepor su propia mano... Así que le llamaré guardaespaldas.

De verdad espero que esto salga bien, no me quiero ver todavía más fastidiada que antes... No quiero huir, quiero enfrentarme, pero no sé cómo hacerlo...

Se supone que Adam y yo tendremos que estar todo el día juntos, sólo que a ciertas distancias. Es tanto molesto para mí como para él. Me gustaría pasear sin que me molesten y a él no le gustará ser ''perseguido'' todo el día por mí.

Alguien tocó la puerta y me puse nerviosa. Me miré al cuerpo y vi que estaba en pijama todavía. No supe que hacer y sabía perfectamente quién estaba detrás de esa puerta.

Adam.

Él no me podía ver en pijama, no. Pero tardaría mucho en cambiarme y él no dejaba de tocar la puerta así que fui a abrir.

Adam entró dentro muy rápidamente y yo me fui a una esquina avergonzada. Pero él no se fijó en mí.

- Está bien. -Dijo, parecía un poco enfadado-. Cuando salga... Tú irás a mi lado, pero no muy cerca, y tampoco muy lejos... Y un poco más detrás... ¡Y no me mires!

Puse los ojos en blanco. De verdad me dolía mucho que no quisiera que lo vieran conmigo... En un principio me había enfadado pero... ¿Qué había hecho yo para recibir ese odio? ¿Había matado a alguien?

Miré mis pies con tristeza.

- ¿Me escuchas? -Me preguntó Adam al ver mi estado distante-. Hannah.

Levanté la vista y me encontré a Adam cerca de mí. Sus ojos escudriñaban mi rostro y sentí una punzada en el estómago. Contemplé la belleza de Adam mientras me sonrojaba.

- Sí... Yo... -Aparté la mirada bruscamente-. Lo he entendido.

Tragué saliva y deseé que Adam se alejara de mí. Me ponía nerviosa y me sentía cosas que nunca antes había sentido...

Adam se echó hacia atrás por fin, parecía satisfecho.

- Déjame preguntarte una cosa... -Suspiré hondo y me senté sobre la cama, se me había olvidado por completo mi cabello despeinado y el pijama-. ¿Cuántos años tienes?

Ya he dicho antes que yo rondaba la edad de los quince, pero él parecía mayor que yo...

- Dieciséis. -Respondió secamente sin mirarme.

Esa respuesta no me conformó. Adam parecía más mayor de lo que afirmaba tener.

- Cumplirás pronto los diecisiete... ¿Verdad?

Adam frunció el entrecejo.

- ¿A qué viene todo esto? -Me miró de pies a cabeza-. Deberías vestirte y dejar de preguntar.

Suspiré y me mordí el labio inferior. Caminé entristecida hacia el armario y saqué mi vestido... Entonces se me ocurrió otra pregunta y sonreí hacia él.

- ¿Por qué hay chicas que tienen el vestido de otro color que el mío?

- Son de un curso mayor. -Contestó y se sentó sobre mi cama-. Tú estás en el curso más bajo, Hannah.

Volví a avergonzarme de mi misma. Mi color demostraba que era una tonta. Tenía ya quince años e iba en primer curso, era muy penoso y comprendí por qué se metían conmigo... Por estúpida.

Alone [EDITANDO]Where stories live. Discover now