Capítulo -12-

395 73 4
                                    

Era de noche, muy de noche... Quizá fueran las 5 de la madrugada, pero yo no podía dormir... No sabía qué era aquello que me impedía dormir... Pero había algo que me incomodaba...

Encendí la luz y me froté los ojos. Todo estaba en calma, no había ruidos raros, no había voces, sólo se escuchaba el viento amenazador. El otoño llegaba, y cada vez los días se iban haciendo más y más fríos.

Abrí la ventanay dejé que el viento jugase con mi pelo, dejé que mi cara se enfriase, quizá así pudiera dormir, quizá solo necesitaba aire fresco.

Dejé la ventana abierta y me volvía acostar, esta vez sí me dormí...

______

Cuando volví a despertarme ya se filtraba luz por la ventana. Me levanté y me vestí. Alguien tocó a mi puerta. Toda emocionada creyente de que ese alguien era Adam fui a abrir, pero me llevé una decepción al ver allí a Nadia.

Sonreí de todas formas. Entre sus manos tenía un sobre.

- Hola, Hannah, ¿qué tal? -Nadia pasó adentro sin pedir permiso-. Me ha llegado esto para ti.

Con un gran suspiro cerré la puerta.

- ¿Qué es? -Pregunté, curiosa.

Nadia me entregó el sobre.

- Descúbrelo tú misma cielo. -Me dijo-. ¿Han mejorado las cosas?

Sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo con ''las cosas''. Y la verdad era que lo único que había mejorado era mi relación con Adam. Megan y sus amiguitas seguían odiándome tanto como el primer día, o incluso más.

- Sí... Cada día todo va... Mucho mejor.

Me veía obligada a mentirle, no quería que se preocupara por mí. Quería que pensase que yo estaba bien.

- Me alegro. -Sonrió-. Ya hablaremos.

Nadia se fue y yo me senté en una silla. Jugueteé con el sobre hasta que por fin me decidí a abrirlo. En su interior había unacarta...

Esa caligrafía tan conocida, esa caligrafía que estaba en todos mis cuadernos viejos... La carta era de mi profesor...

La leí con una gran sonrisa.

Hola, Hannah.
¿Qué tal estás? Las cosas por el pueblo van mejor que nunca... Tus compañeros te extrañan y me han pedido que te escriba una carta... Un saludo de todos ellos, si puedes contestar, hazlo por favor.
¿Has conocido ya a mi nieta? Ya te había hablado de ella...Espero que os estéis llevando bien... Se llama Megan.
Un beso, de tu profesor, Edward.

Empalidecí completamente ¡No podía ser! No quería ni pensar que se trata de Megan. Quizá, quizá hubiera más chicas llamadas Megan, no tenía por qué ser justamente Megan... Megan.

Resoplé, ¿y si era así? ¿Y si mi acosadora más cruel era la nieta de mi fiel profesor? Era imposible que una persona tan buena como Edward estuviese emparentada con Megan... Tenía que haber otra Megan en el instituto... Tenía que haberlo.

La duda no pudo conmigo, salí de mi habitación y casi me pego de bruces con Adam, que se dirigía a mi habitación.

- ¡Oye, ten más cuidado! -Gritó él, y luego se dio cuenta de que era yo-. Upps, Hola...

Se rascó la nuca... Estaba sonrojado, y era adorable.

-Adam, tienes que responderme a una cosa... -Lo cogí de los hombros y lo sacudí-. ¿Hay otra Megan a parte de la Megan cruel?

Adam puso cara de no comprender así que yo lo volvía sacudir.

- ¡Responde, Adam!

Aturdido, él se puso a pensar...

- Pues creo que... Creo que no... Obviamente no conozco a todo el instituto, pero... Que yo sepa no.

- ¡MIERDA! -Grité, estresada-. ¡Mierda, mierda, mierda! ¡JODER!

Adam todavía seguía sin comprender.

- Eh, Hannah, ¿qué pasa con Megan?

Enterré mi cara en mis manos.

- Pues... ¿Te acuerdas cuando te hablé de ese profesor que me trajo aquí? -Esperé a que asintiera con la cabeza-. Pues... Tiene una nieta, en este mismo edificio... Y se llama Megan.... ¡ME NIEGO A PENSAR QUE ES MEGAN, LA MEGAN QUE CONOCEMOS!

Adam me cogió de los hombros y trató de tranquilizarme, estaba demasiado alterada.

- ¡Hannah, tranquila! -Expresó-. Peguntaremos a Nadia, y si Megan es la nieta de ese profesor... Tampoco es para tanto...

- El hombre más importante de mi vida no puede estar emparentado con Megan... -Dije más para mi misma que para él.

- Vaya, tengo dura competencia ¿no?

Fruncí el entrecejo y miré hacia Adam... ¿Se estaba atreviendo a hacer bromas sobre esto?

- ¿Perdona? ¿Qué has dicho?

- No he dicho nada.

Adam sonrió pícaramente. Me dieron ganas de matarlo allí mismo y enterrar sus huesos bajo tierra. Muy bajo tierra, donde nadie los encuentre jamás.

- Si no vas a ayudarme, no digas nada y ya está.

Me di la vuelta. Adam se acercó a mí.

- Quiero ayudarte con lo que sea, pero estás exagerando un poco las cosas...

Era verdad, pero no podía soportar esa idea... Me ponía enferma que eso fuera cierto... Que Megan... Fuera nieta de Edward...

- Odio a esa niña...

- ¿A quién odias? -Dijo una voz detrás de mí.

Sí, de nuevo, ya estaba Megan metiéndo las narices en todo. Las razones para odiarla eran infinitas.

- A las personas que se meten en conversaciones que no le incumben. -Me giré hacia ella-. Como tú.

Ella sonrió.

- Claro, ahora que estás con Adam tienes mucha cara... Pero si llegas a estar sola, ya estarías llorando y pidiendo ayuda.

Se me calentó la cara, me dieron ganas de lanzarme contra ella. Adam permaneció en silencio.

- ¿Te he callado la boca? ¿Ya? -Soltó una carcajada-. ¡Patética!

- Megan, ¿hay otra Megan a parte de ti en este instituto? -Intervino Adam, lo hacía por mí, porque sabía que yo nunca podría preguntárselo.

Y a la vez, era una buena excusa para cambiar de tema. Megan se puso toda roja al ver que Adam se dirigía a ella.

- No. Yo soy la única... -Sonrió.

Se me calentó tanto la sangre que pensé que me iba a explotar la cabeza. Pero eso no ocurrió, solo mis dientes se apretaron los unos contra los otros, mientras hacía esfuerzos por controlarme...

Entonces... Megan, esa asquerosa niña arpía era la nieta de... Mi querido profesor... Penoso, y además de eso, asqueroso.

- Por cierto Adam. -Me miró, sus ojos se burlaban de mí-. ¿Quieres dar un paseo conmigo esta tarde?

Esas palabras me sacaron de mis pensamientos rápidamente. Me quedé mirando a Adam, esperando su respuesta impaciente...

- No. Lo siento, pero hoy estoy ocupado.

Casi me rio, la expresión que se le quedó a Megan fue de risa. Adam me empujó hacia adelante para que empezase a caminary pronto dejamos de ver a la arpía.

- Hannah, no te rías. -Me avisó Adam en susurros.

-Eso intento. -Dije yo, mordiéndome el labio inferior.

Alone [EDITANDO]Where stories live. Discover now