Capítulo 3

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—¡¿Se van a casar?!

Tan pronto como aquello salió de sus labios, una mano los cubrió y una mirada amenazante cayó sobre él poniéndole la piel de gallina.

—No andes por ahí gritándolo —le susurró Kyoka sin soltar su agarre—. Es un secreto aún, solo te estoy contando a ti —confesó—. Así que pobre de ti que andes por ahí esparciendo el rumor... ¿ha quedado claro?

El rubio simplemente asintió con algo de temor en su mirada y al ser liberado no evitó suspirar para finalmente sonreír.

—Pero... ¿no quieren que todos se enteren acaso? —preguntó, pero luego abrió sus ojos como si la iluminación hubiese llegado—. Será que... ¿huyen de alguien?

—No seas idiota, nuestras familias saben de nuestra relación desde que comenzó —le recordó la muchacha mientras se dejaba caer en el sofá negro de su mejor amigo—. Es solo que... dicen que cuando le cuentas a las personas sobre tus planes, las cosas salen mal.

—¿Y por qué me cuentas entonces?

—Porque no eres cualquier persona —dijo con seriedad—. Eso y que... nos gustaría que fueses nuestro padrino —murmuró desviando la mirada.

Kaminari en ese momento sintió un flechazo en su corazón y una gran sonrisa se formó en sus labios, pero no sucumbiría a la cursilería sin antes torturar un poco a su acompañante.

—¿Qué has dicho perdón?

—¿Eres sordo acaso? —cuestionó Jirou cruzándose de brazos.

—Puede, sabes que no puedo ser tan perfecto después de todo —alardeó sonriente—. Eso y que si murmuras o hablas entre dientes difícilmente podré entenderte.

La chica pareció meditarlo unos segundos y un ligero sonrojo se posó en sus mejillas, tomó un poco de aire, entrelazó sus manos para posarlas sobre su regazo y sin verle a la cara volvió a decir...

—Nos gustaría que fueses nuestro padrino... —repitió en un leve murmullo y de manera muy veloz.

—Preciosa que no te de pena, dilo en voz alta que no te oigo.

—¡¿Podrías por favor ser nuestro padrino de bodas?! —preguntó alzando la voz y cerrando sus ojos con fuerza.

Pero como lo único que recibió en respuesta fue el silencio por parte de Denki, no lo quedó de otra que abrir sus ojos para ver la reacción del muchacho rubio, al verlo tan serio pensó que era algo que no le había agradado del todo.

Aunque claro, era Kaminari de quien estaba hablando, y este luego de procesarlo con calma y saborear su victoria, se acercó con cuidado y rodeó su frágil cuerpo con ambos brazos.

—Por supuesto que lo seré —aseguró abrazándola con calma—. Me siento muy honrado ahora mismo.

Kyoka era un hueso duro de roer, una chica bastante fuerte, pero en una ocasión como esa, y en compañía de su amigo de toda la vida, las caretas no existían, por lo que no dudó en corresponder el abrazo y dejar escapar unas pocas lágrimas que estaba reteniendo.

—Eres un idiota —susurró en su oído a modo de broma.

—Bueno... sí, pero así me quieres.

Aquel momento tan emotivo se vio horriblemente interrumpido por el teléfono del rubio que comenzó a vibrar en el bolsillo de su chaqueta, algo que logró romper el abrazo entre él y Kyoka.

Fue entonces que sacó el aparato curioso por saber quién era el responsable de intervenir entre él y su amiga de toda la vida.

—Oh, lo siento... es solo alguna tontería de Facebook.

Polaroid [ShinKami]Where stories live. Discover now