Polaroid [ShinKami]

Capítulo 4

—¿Por qué has subido esa horrenda fotografía?

Shinsou suspiró al ver como su mejor amiga se hacía paso dentro del lugar como si estuviese en su propia casa —así como tantas veces había hecho ya. Luego de que Mina ya estaba dentro, cerró la puerta e ignorando por completo cada palabra que salía de los labios contrarios, se encaminó hacia el sofá y se dejó caer.

—Buen día para ti también —comentó sin verle a la cara.

—¿Tienes idea de cuántos mensajes he recibido esta mañana? —preguntó sonando irritada—­. Incluso Sero me llamó solo para reírse de mí.

El de ojeras la observó un momento, y luego con total indiferencia, volvió a girar el rostro centrando su atención en cualquier otra cosa.

—¿Por qué lo has hecho?

El muchacho pareció meditarlo unos segundos, luego sonrió un poco y contestó...

—Venganza.

—Se acabó, no seremos amigos de ahora en adelante —declaró mientras iba a la cocina y gritaba desde allí—. Te lo digo muy en serio esta vez, no volveré a hablar contigo.

Hitoshi encendió la televisión y le subió un poco el volumen para acallar las quejas de su mejor amiga, seguía creyendo que Mina poseía un increíble talento, y es que no conocía a nadie más que pudiese estar discutiendo y prácticamente echando espuma por la boca mientras se preparaba un sándwich.

Luego de unos minutos de reclamos y palabras —aparentemente— inventadas, la muchacha llegó a su lado en el sofá, le entregó un sándwich y al propio le dio una mordida, fue entonces que lo observó.

—¿Venganza por qué? —preguntó antes de seguir comiendo.

Un suspiro fue la primera respuesta que obtuvo, seguido de unos segundos de silencio, entonces Shinsou dejó el aperitivo a un lado y se cruzó de brazos.

—Tomaste mi móvil y comenzaste a enviar solicitudes a lo loco —comentó con calma—. Y cometiste el error de dejar tu Facebook abierto en mi teléfono —se excusó.

—Oh... ¿te refieres a Kaminari? —inquirió con una sonrisa algo coqueta—. Es muy guapo —agregó volviendo a comer.

"No, solo muy fotogénico"

Quiso agregar con toda la seriedad del mundo, pero la verdad es que su amiga tenía toda la razón del mundo, aunque eso no quitaba que fuese algo torpe y ruidoso, precisamente el tipo de personas de las que solía huir.

—Tenemos un montón de amigos en común —dijo luego de tragar su último bocado—. Y si mis lindos ojos no fallan, es el mismo chico que llevas en tu billetera.

—Que tú tengas amigos en común con él no te da derecho a...

¿Acaso habría escuchado bien?

¿El chico de su billetera? ¿Cuándo? ¿Cómo?

—Necesitaba algo de dinero —se adelantó a decir la muchacha—. Pero fue una emergencia, y ya te devolví todo.

—La foto es...

—Cayó cuando estaba buscando el dinero, no estaba de chismosa ni nada —aseguró alzando sus manos como muestra de inocencia—. Lo juro, aún si me encanta el chisme.

—Es un encargo —se apresuró a decir.

Pero por dios, era tan malo mintiendo, cualquiera que lo observara un poco se daría cuenta, para Ashido que era su mejor amiga ni siquiera hacía falta que le viera, bastaba con escuchar el tono de voz lleno de duda.