EPÍLOGO

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Es cierto que el tiempo pasa volando, tan rápido que se nos escapa de las manos de forma irremediable, sobre todo cuando tienes una hija como Diana.

Hoy se celebra su cumpleaños número dos y no está demás decir que parece que sus energías no acabaran nunca, corre de un lado a otro con su trajecito de princesa. Será una fiesta familiar, lejos de cámaras, de reservaciones en algún lugar de lujo, solo los que verdaderamente allegados son parte de esta numerosa familia.

La vida para esta pareja quizá no ha sido fácil, el matrimonio es un constante sube y baja, desacuerdos, un poco de celos, y si, ahora que Serena estaba a mitad de una carrera universitaria se había tomado la molestia de llevarla y traerla, en la entrada de la universidad casi gruñía como perro a los chicos que rodeaban a su esposa, aunque solo eran compañeros, Darien no podía evitar sentir celos de esos mocosos, aunque todo eso se calmaba cuando la pequeña Diana bajaba del automóvil y corría a los brazos de su madre, cada día sin falta. A excepción que él azabache estuviera de viaje, se repetía la misma historia.

Todos habían cambiado un poco con el pasar del tiempo, Darien ya no estaba obsesionado con el trabajo, más bien se dedicaba a su hogar, a viajar de vacaciones tanto como podían, cumpliendo cada capricho de su pequeña y llenando de amor a su esposa.

También fueron testigos de los múltiples rechazos por parte de Lita hacia Zafiro, aunque este dijera que así le gustaban y que la castaña era el amor de su vida. Bueno, tanto insistió que al fin se le hizo y ahora eran novios, lo estaban intentando y ahora estaban bien con eso.

El turno de estar embarazada era ahora de Rei, con su hijo de ahora cuatro años y ella con un pronunciado vientre haciendo que Nicolás le cumpliera cada uno de sus antojos.  pobre hombre.

Los padres de los hermanos Chiba no podían estar más felices con sus hijos y nietos, cuidando de ellos siempre que podían y consintiendolos como todos los abuelos hacen.

Diana era feliz corriendo en el amplio jardín sobre todo al rededor del arbolito de manzana, no era muy grande, y aún faltaban algunos años para su primera cosecha, pero la bebé había desarrollado cierto amor por jugar y correr al rededor del árbol, incluso a veces lo acariciaba y sonreía, como si en medio de su inocencia entendiera cuán importante es ese árbol para sus padres.

La sorpresa de la tarde fue la llegada de Seiya y su prometida Beryl, ella a regañadientes había aceptado ser su esposa, claro, algún día. Pero esta vez llegaba con el pequeño Mattew en sus brazos, un hermoso bebé de seis meses, con los cabellos rizados y rojos como fuego y un par de orbes grises, sin duda una mezcla de ambos. La vida les había regalado un bebé arcoíris, esos que mitigan el dolor y traen la felicidad perdida.

La pareja se había radicado en Marsella como casa permanente, con la apertura de una nueva sucursal de la empresa y Seiya a la cabeza como presidente todo iba de maravilla, claro que de vez en cuando se reunían para hablar de negocios y familia.

La vida puede ser difícil muchas veces, pero ni todo lo malo, ni todo lo bueno dura para siempre, por eso hay que ser feliz en las bonanzas y fuertes en las adversidades.

Cada uno demostró la perseverancia alojada en sus corazones, no olvidando a los que ya no están, pero mirando hacia adelante, esperando el momento bueno para ser felices.

Días como estos eran inolvidables para todos, en medio de risas y anécdotas, mirando de vez en cuando al cielo con una sonrisa recordando que allá arriba están personitas que nos amaron y que amaremos por siempre.

Vendrían más momentos difíciles, más pruebas, más adversidades, sin embargo aquí estaban todos, dispuestos a dar la pelea y luchar hasta que sus metas se cumplieran.

Fue un comienzo, complicado, descubrieron el amor en situaciones inusuales, pero esto no significaba que no fuera verdadero o que no creciera cada día.

--Serena.

--mmm--. Contestó la rubia un poco somnolienta después de una tarde tan agitada, quería descansar como todos en la casa lo hacían actualmente.

--Hagamos un trato--. Ambos se sentaron en la cama, ella mirándolo con duda y el con una amplia sonrisa.

--¿De que se trata?.

--Vamos a casarnos por la iglesia, quiero darte el matrimonio que te mereces.

--mmm yo te tengo un trato mejor, Darien Chiba--. Respondió ella ahora con la sonrisa amplia.

--¿Qué es?.

--Que me caso contigo, si tu cambias pañales por las noches.

--Pero Diana es tan inteligente que ya no usa pañal--. Hizo silencio tratando de entender lo dicho por su esposa.

--No.

--Si.

--No.

--Si.

--No.

--Ya te dije que si, seremos papás de nuevo.

--¿ya te dije que te amo?.

--todos los días.

--te amo--. Abrazó a su amada y la llenó de besos.

--¿es un trato?.

--Trato hecho--. Cerraron su promesa enlazando sus meñiques y con un beso lleno de todos los bonitos sentimientos del mundo, y con Diana entrando a la habitación después que su abuela pidiera disculpas por que no quiso quedarse con ella. Los emocionados padres extendieron los brazos y la pequeña no dudo en subir a la cama y colarse en medio de ambos para dormir plácidamente.

Sin duda para los dos fue el mejor trato de su vida.

Ahora si, esta historia ha llegado a su fin. Y no puedo estar más agradecida con todos los que brindaron su apoyo incondicional, los que se quedaron a pesar de todo, y los que ya no están.

Infinitas gracias  de verdad.

Amo esta historia y me duele soltarla, pero este era el final desde el principio. Extenderla era meterle más drama del necesario, creo que está perfecta como está ...

De nuevo gracias a ustedes por su infinito amor y paciencia, por cada estrellita y cada comentario. Los amo.

Los invito a leer mis otras historias... sean felices

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Gracias por releer, los invito a leer mis otras historias.
Cambio y fuera 💕

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