7.- Acuario

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7.- Acuario

—Creo que me gusta San Lang.

Qingxuan al escuchar esto abrió sus ojos de par en par. Xie Lian en realidad sólo quería expresar sus sentimientos en voz alta, pero no deseaba hablar más del tema, así que lo cambió.

—Ayer le hice una advertencia a He Xuan.

—¿Hablaste con He-xiong?

El mayor sonrió, sabía que si nombraba al estudiante de biología marina, Qingxuan pondría su atención solo en eso.

—Sí, nos encontramos de casualidad, le dije que no era buena idea hacerte daño.

Qingxuan sonrió, sabía que He Xuan no lo le lastimaría, pero era lindo saber que su mejor amigo se preocupaba, además confiaba ciegamente en la fuerza de Xie Lian, una vez se le había roto un tacón y su amado A-Lian lo estuvo cargando en su espalda por una hora, asi que creía firmemente en cualquier amenaza o advertencia hecha por él.

—Gracias, de todos modos confío en He-xiong, además solo somos conocidos.

—Lo estás llamando He-xiong de nuevo.

Cuando Xie Lian destacó eso, la otra persona cubrió su boca a modo de respuesta.

—¿A dónde irán el sábado?

—Al acuario.

—Eso suena a una cita— una tercera voz se unió a la conversación, era Yin Yu quién se acercó a ellos al verlos en el comedor.

—¡No es una cita! Aún no le digo a He Xuan que será en el acuario, quiero que sea una sorpresa.

—Te esfuerzas mucho por una salida con un conocido.

—¿Qué tiene de malo?

Hizo un puchero al realizar esa última pregunta, se supone que debía conquistar a He Xuan para poder terminar con él, o ese era el plan original ¿Era tan difícil de entender?

Tanto el teléfono de Yin Yu como el de Shi Qingxuan sonaron al mismo tiempo, ambos revisaron y descubrieron que habían cancelado la clase que tenían para la siguiente hora.

—Hubiese almorzado en casa— comentó Yin Yu.

—Hubiera empezado el proyecto de alta costura ¡Bueno! El día es joven, así que me voy a eso. Adiós Yin Yu, adiós mi amado A-Lian.

Se despidió y se retiró a su casa, no tenía ganas de caminar ni de tomar transporte público, probablemente el chófer de su hermano estaba ocupado, con asuntos de la compañía o algo por el estilo, así que tomó un taxi.

Llegó rápidamente y buscó en su taller una tela que había comprado hace dos semanas, pero no la encontró en ningún lado, quería tirarse el pelo ¡¿Cómo era posible que no apareciera?!

No podía darse por vencida tan fácil, si no estaba en su taller, debía estar en su cuarto ¡Pero debía estar! Fue a su habitación y comenzó a buscar dentro de su clóset, con tanta ropa era un desastre buscar unos malditos tres metros de tela. De pronto se detuvo, no había encontrado lo que buscaba, pero otro objeto llamó su atención: era un diario de vida.

Sus ojos brillaron, aunque era un diario de vida, nunca escribió a diario, sin embargo si anotaba acontecimientos que consideraba importante. No lo veía en años, lo había lanzado al fondo de su armario una vez que su relación con He Xuan había terminado.

Se alejó del clóset y se recostó en su cama con el diario de vida entre sus manos, leer un poco no le haría mal; en el mejor de los casos, mientras leía se iluminaba y recordaba dónde diablos había puesto la tela.

Cómo dejar de ser un idiota en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora