Capitulo ☠️☠️

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Dormir en paz.

»«

Runaan; continente de Waterland, isla de Valoran.

Estaba detrás de él, podía olerlo. Alcohol. Como siempre, una mueca de asco apareció en mi cara, no podía evitarlo, él me daba asco. Le quité con habilidad el cuchillo que tenía en su mano izquierda y se giró de golpe.

-¿Qué coño haces, maldita cría? -gritó. Todo el aliento con olor a alcohol cayó sobre mí. Repugnante.

-¿Qué le has hecho a madre? -dije en un susurro, apretando la daga y el cuchillo. Bajé mi mirada al suelo con el ceño fruncido.

-Ella misma se lo ha buscado. -se tambaleó, le costaba mantenerse en pie.

-Maldito borracho. -susurré y alcé la mirada para verlo. Tenía una ceja alzada y me miraba con curiosidad y enfado. -Iros al maldito cuarto de una vez, y déjame en paz, ¿quieres?

No pude aguantar. Le clavé el cuchillo en el pecho. Su mirada cambió a una de sorpresa. Saqué el cuchillo sin remordimiento y él llevó sus manos a la herida. Volví a clavarle el cuchillo en las manos que tapaban la herida y lo volví a sacar, sin piedad. Con la daga le hice un corte por toda la tripa y cayó el suelo de rodillas enfrente mía. Con una de mis manos le empujé la cabeza y cayó al suelo de espaldas, asustado.

-Mal-Maldita cría. -dijo entrecortadamente con sangre en su boca.

-Oh, por dios, cállate de una vez o tendré que cortarte tu asquerosa lengua de borracho, padre. -le sonreí de lado mientras subía encima de él.

Mi hermano se encontraba en la puerta del comedor, observando todo.

-... -dijo con rabia mirando a mi hermano. -¡Ayúdame, inútil! -Ken le ignoró, él estaba de mi parte.

-Nunca tiendes a saber cuando callar, ¿eh?. -mantení la sonrisa. -Tendré que cortar tu lengua, padre.

Comenzó a gritar. Tiré el cuchillo lo más lejano posible para que no lo pudiera agarrar y con mis dos manos le abrí la boca a la fuerza, agarré su lengua con brusquedad y con un corte limpio, la corté con la daga.

-Así estarás mejor. -me levanté de encima suya y lo observé con ternura. -Dígame, padre, ¿qué se siente al ahogarse con su propia sangre? ¿dolor? ¿placer? No lo sé, tus gustos son algo raros, ¿verdad? -me giré y fui a buscar el cuchillo que había tirado, una vez lo cogí, regresé. -¿Con esto has matado a madre? -llevaba sus manos a su cuello, al parecer se estaba quedando sin aire. -Ya veo. ¿Quieres que terminemos con esto? -dije acercándome otra vez a él. Sus ojos se llenaron de lágrimas suplicantes porque no le hiciera daño. Yo negué con la cabeza. -Lo siento mucho, tu no tuviste piedad con madre. -lo miré con la misma sonrisa que antes.

Volví a subir encima de él y le agarré del pelo, levantando su cabeza y dejando al descubierto su cuello a la perfección. Lo tenía en mi poder. El miedo que ahora mismo mi padre estaba sufriendo es lo que durante años mi madre había sufrido. Ahora toca la venganza para que ella pueda dormir en paz.

Acerqué con suavidad el cuchillo a su cuello y me relamí los labios, lo estaba disfrutando. De repente, mi hermano tocó mi hombro, lo miré con sorpresa.

-Deja que se ahogue con su propia sangre, Hera. No alivies su sufrimiento, no merece piedad ni en el lecho de su muerte. -me dijo mirando con una mirada seria a padre.

Me levanté de encima de él y lo vi. Apunto de morir, con olor a alcohol y sangre. Tiré el cuchillo a algún lugar del comedor y me fui de allí.

Mi hermano me siguió con la mirada y cuando salí escuché como arrastraba algo, seguramente fuera el cuerpo de nuestra madre.

Llegué a mi habitación y me quité el vestido azul, fui al baño y me lavé la sangre que tenía por todo el cuerpo, me sequé y me puse un vestido negro.

Salí de la habitación y fui a buscar a Ken. Llegué a la habitación de mis padres y encontré a mi hermano, al lado del cuerpo de madre. Estaba limpia y con un bonito vestido rosa, su favorito. Me acerqué a él y observé el bello rostro de madre, parecía que estaba dormida, sin duda descansaba finalmente en paz.

-Hera, yo... -habló sin mirarme.

-No hace falta que digas nada, Ken. -acaricié su espalda. -Tendrás que ser fuerte. -él asintió. -Pero hasta que estés preparado, yo lo seré por los dos.

Mi hermano comenzó a llorar y me abrazó, escondió su cara en mi cuello y yo le acaricié la nuca y la espalda, esperando a que se calmara.

La noche llegó y salimos al jardín, entre los dos cavamos un gran hoyo, también preparamos un ataúd para madre con lo que teníamos por casa, quedó bonito. Metimos a madre dentro del ataúd y la enterramos en el hoyo. Tapamos el agujero y pusimos flores encima.

-Espero que puedas descansar en paz. -dije mirando la tierra mientras mi hermano ponía una cruz de madera que habíamos hecho entre los dos.

-Descansa, madre. -habló cuando terminó de colocarla.

El cadáver de padre lo dejamos tal cual quedó, no merecía descansar.

Los dos volvimos a mi habitación.

-¿Estás preparado? -le pregunté mientras agarraba una bolsa con oro.

-Si. -asintió.

Salimos a la calle en busca de alguna pista para averiguar donde está Shanks. Nuestra única pista era valogan, el nombre de nuestra isla, pero dicho de mala manera.

La Tierra de Runaan.Where stories live. Discover now