Espero no sea tarde

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Por ti aprendí un nuevo lenguaje,
recordarlo hace que la nostalgia me embriague.

Recordar tu sonrisa, tus gestos, todo eso, me duele aunque sigo apreciando y atesorando esos preciosos recuerdos.

Recuerdos de tus risas cuando no te entendía, recuerdo que de niña me paseabas por donde yo quería.

Recuerdo que también me subías a tus hombros, ¡cuanto me divertía! En esa época dejabas tu trabajo de lado un momento para intentar entender lo que una niña pequeña con tanta seriedad decía.

Lamento que te fueras demasiado pronto, lamento no estar a tu lado, no tomarme mi tiempo para ir a visitarte un rato.

¿Me perdonas por no darte un último abrazo? ¿Por darle prioridad a mis estudios y dejarte de lado?

No sé si es mejor recordarte como lo hago ahora: feliz, alegre, risueño.
O si tú hubieses preferido que gestualizara un último te quiero, en aquel lugar donde luchabas por mantenerte con vida.

No sé si es melancolía, dolor o remordimiento, pero no imaginas cuanto me hubiese gustado verte sonreír en un último encuentro.

Solo espero no sea tan tarde y que tal vez recibas mi mensaje, el cual no es más que una frase de seis palabras: perdón, no olvides que te quiero.

Agosto 29, 2019

EscritosWhere stories live. Discover now