Natalia se despertó debido a la luz que iluminaba la habitación y sonrió al notar el olor de Alba en la cama, su sonrisa desapareció cuando no notó su figura. Se levantó y buscó por toda la casa, ni rastro de la chica. La llamó 15 veces al móvil pero saltaba el contestador siempre. Cuando iba a darse por vencida halló una nota en su mesilla de noche.
Lo siento tanto Natalia, te quiero y siempre lo haré pero esto no puede seguir así. Es por nuestro bien, el tuyo y el mío. Si tengo que dejarte libre para que seas feliz... lo haré. No intentes contactar conmigo, no intentes hablar con nadie porque no te dirán nada. Te quiero Nat, siento hacer esto pero algún día me lo agradecerás. Adiós amor.
Natalia lloraba amargamente sin entender porque había hecho aquello. Se vistió tan rápido como sus ahogos la permitían y salió a casa de la madre de Alba con lágrimas en los ojos que no habían parado de cesar durante toda la mañana. Cuando Rafi abrió la puerta se quedó mirándola con pena.
-Donde está?! -gritó Natalia con el corazón desgarrado y el alma partida en dos.
-Lo siento Natalia. -respondió la mujer con la voz rota al ver esa escena.
-Porque me hacéis esto?! La amo joder... la amo... se ha ido ya?! -Rafi asintió y muy a su pesar cerró la puerta dejando a una Natalia totalmente sola.
-No, Rafi! Joder... porfavor Rafi! -gritaba dando golpes a la puerta que poco a poco perdieron fuerza igual que Natalia. -Por...favor -lloró desesperada. -Marina! -volvió a gritar. -Marina! Porfavor! -intentó que la chica oyera sus lamentos. -Ayudadme -suplicó Natalia sin respuesta.
Natalia no hizo nada más, se fue a casa. A esa casa en la que tantas veces habia imaginado un futuro y que aún olía a ella. Se derrumbó, simplemente no tenía porque vivir desde su punto de vista. Estaba hundida, la había dejado, sola de nuevo....
-------------------------
3 días después
Carlos estaba delante de la puerta de la casa de Natalia intentando que le abriera.
-Nat porfavor, abre la puerta... -suspiraba el chico. -Se que estas aquí, ábreme
Natalia abrió la puerta después de hacer esperar al chico 10 minutos, con unas ojeras notables y la cara totalmente hinchada de llorar.
-Nat... -Carlos se abalanzó sobre Natalia para darla un abrazo que llevaba necesitando 3 días.
El chico cerró la puerta y se sentó en el sofá al lado de Natalia.
-Ya me han contado lo que ha pasado...
-Estoy sola otra vez -susurraba Natalia sin poder creérselo aún.
Estos días habían sido un caos, no habia podido parar de llorar por todas las esquinas. No queria comer, no podía dormir y sobretodo no tenía ganas de vivir. No había rencor, solo vacio.
-Nunca estarás sola, me tienes a mí y lo sabes... -intentaba consolarla Carlos. -Se que no vas a querer, pero me voy a venir aquí y no vas a poner ningún tipo de resistencia. No te pienso dejar sola Natalia y vamos a salir de esto juntos. Ella no tiene ni puta idea de lo que ha hecho, ha cometido el mayor error de su vida. -decia el chico mientras le acariciaba las mejillas y a Natalia solamente se le caían las lágrimas.
Carlos se levantó del sofá y se dirigió a la cocina para hacer algo de comer, cogió un paquete de macarrones y los hizo mientras Natalia le miraba desde el salón sin sentimiento alguno, no los tenía, se los había llevado todos Alba.
Al acabar de prepararlos preparó dos plato y se lo entregó a Natalia, que lo miraba sin apetito.
-Nat, come porfavor... -susurraba Carlos mientras la acariciaba el brazo y Natalia negaba con la cabeza.
-Te lo dejo aquí vale? -dijo Carlos apoyando el plato en la mesa. -Intenta comer un poco, se que es pronto y que te duele muchísimo pero porque no comas no se va a solucionar nada. Quédate aquí, voy a recoger un poco el piso vale? -dijo dejando un beso en la mejilla húmeda de la morena.
El chico no tardó más de media hora, la verdad es que apesar de no haber recogido nada durante estos días el piso no estaba muy desordenado. Es lo que tiene cuando apenas te mueves y solo lloras. Eso había hecho Natalia, llorar y llorar hasta que no pudo hacerlo más y apenas le quedaban lagrimas por derramar.
-Esto ya está, Natalia... -Carlos se acercó a Natalia y le cogió de las manos. -Estoy aquí para ti, hemos sido amigos siempre... desde que llegaste hemos estado para el otro y no quiero que cambie nada. Voy a apoyarte en esto siempre... te acuerdas cuando Elsa me puso los cuernos con mi puto mejor amigo? -Natalia asintió. -Estuviste ahí para mí, me ayudaste como ninguna otra persona. Voy a hacer lo mismo, voy a tirar de ti. No voy a dejar que te hundas sola, porque no lo estás, somos como hermanos...-Carlos abrazó a la morena que estaba volviendo a llorar levemente.
-Quieres ver una película? -preguntó Carlos con su sonrisa tranquilizadora, Natalia asintió.
Se levantó a por el mando y Natalia le agarró de la mano.
-Gracias -Y el chico le sonrió haciéndola sentir que no era molestia.
Pusieron una película en Netflix hasta que Natalia se quedó dormida en el hombro de Carlos, este la levantó y la arropó en el sofá.
Necesitaba descansar y el chico lo sabía, así que se fue a comprar dejando una nota en la mesa por si cuando volvía ya se había despertado.
Cuando llegó no se habia despertado así que Carlos decidió hacer un bizcocho de chocolate, el preferido de Natalia. El olor inundó el salón haciendo despertar a Natalia, que con sigilo se acercó a la cocina. Al verla Carlos pegó un bote del susto.
-Joder! Hola Natalia. He hecho bizcocho, quieres? -preguntó con una sonrisa encantadora.
-Si porfavor -habló Natalia algo más animada que antes.
-Toma -dijo emplatándolo y entregandoselo a la morena que lo mordió.
-Esta súper bueno -forzó su sonrisa y abrazó al chico que recogía la cocina.
-Mi padre me enseñó a cocinar de todo, era un cocinillas y me pegó el gusto. Siempre cocinaba el en casa, era el mejor. -sonreia el chico al recordar a su difunto padre.
-Seguro que era súper buena persona -habló Natalia.
-Lo era y mucho -respondió Carlos dando un bocado a su trozo de bizcocho.
Pasaron la tarde viendo series hasta que Carlos se levantó a hacer la cena.
-Que quieres que haga?
-Ahora no tengo mucha hambre, luego comeré algo... -se encogió de hombros Natalia.
-Vale, hago una tortilla de patata y cuando quieras te la comes. -dijo el chico alejándose.
Natalia no podia estar tan agradecida a Carlos por estar ahí y cuidarla tan bien. Habia notado mucha mejoría desde que el chico había llegado. De repente se acordó de su trabajo y se alegró de que estuviera de vacaciones porque no se sentía preparada para ir.

YOU ARE READING
Opuestas / Albalia
FanfictionAlba y Natalia se conocen por el destino, habrá buenos momentos y obstáculos. Podrán superarlos?