Jimin paseaba solo por las calles, mirando de un lado a otro. No se había vuelto a sentir seguro después del incidente de la semana anterior. Tenía miedo de encontrarse otra vez con esos tipos.
Aunque debía admitir, que sólo le tenía miedo a uno de ellos. El alfa olor café que le dejó huir no le hacía sentir amenazado. Sí que lo hacían sus palabras y amenazas, pero él no.
No paraba de pensar en la razón por la que lo había dejado con vida. ¿Quizás esperaría algo de él en el futuro? No sabía muy bien porqué, pero a Jimin le atraía la idea de volver a encontrárselo, aunque mejor en otro contexto.
Siguió con su camino hacia casa. No es que le gustara caminar a solas tan tarde, pero su trabajo no le permitía volver antes. Tenía que mantenerse de alguna manera y con ese oficio no le faltaba de nada.
Lamentablemente, el lugar por donde pasaba no era muy concurrido y a esas horas menos. Aceleró el paso, pensando que era estúpido creer que, después de que los vieran, los miembros de esa mafia seguirían siendo tan descuidados.
Se sobresaltó cuando notó que, al pasar al lado de un callejón, una mano le tapaba la boca y lo dirigía al interior.
Intentó gritar, pero no pudo. Entonces notó el fuerte olor a café que ya reconocía y se calmó. No tenía mucho sentido que lo hiciera, ya que se trataba de alguien que había estado a punto de matarle, pero le producía tal sensación de paz, que no podía pensar en el posible miedo que tendría.
—No digas nada.— Susurró el alfa contra su oído. Jimin se estremeció al notar el cálido aliento en su nuca.
Yoongi aflojó lentamente el agarre y dejó que el menor se girara para quedar mirándole frente a él. Podía percibir su dulce olor. Pensaba que se podría emborrachar con esa fragancia.
—¿Por qué me dejaste huir?— Preguntó Jimin. Ni siquiera le importó lo que el alfa hacía allí. Esa pregunta le había estado rondando la mente toda la semana.
—Tengo mis razones Park, no son de tu incumbencia.— Jimin le miró con una ceja alzada. Había perdido todo atisbo de miedo.
—Esas razones me salvaron la vida.— Yoongi gruñó.
—¿Quien te crees para intentar averiguar mi vida? ¿Acaso no sabes lo que te puedo llegar a hacer?— No sabía muy bien porqué, pero el omega no temía por sus amenazas. Ese olor amargo le estaba cegando.
—¿Cual es tu nombre?— Ignoró por completo las advertencias del alfa. Había cogido cierta confianza en lo que decía.
—Min Yoongi.— Se sorprendió por la rapidez con la que le había respondido.
—¿Es tu nombre real?— Yoongi sonrió. La gente corriente en serio era tan ingenua.
—Claro que sí, solo ocultaría mi identidad a alguien que supiera qué hacer con ella. Las personas ordinarias no saben manejar bien la información y yo sé identificar a aquellos que suponen una amenaza.— "Y tú eres una maldita amenaza. Me estoy poniendo en riesgo por ti y ni siquiera te he visto más de una vez."
Jimin le miró inseguro, pero aún así asintió.
—¿Que haces ahora aquí?
—¿Esto es un interrogatorio? A mi me gusta más ser el que hace las preguntas.— Ignoró al omega divertido.
Jimin bufó molesto al ver que estaba jugando con él. Hizo amago de salir del callejón, pero Yoongi entró en pánico y le sujetó del brazo.
—¿Que haces? ¿No sabes lo peligroso que es para ti salir ahora? Te has metido con una de las mafias más importantes de Corea. Te aseguro que ahora mismo te estarán buscando.
El rostro de Jimin perdió todo atisbo de color. El terror que se había negado a salir cuando se había encontrado con Yoongi ahora se podía oler en él, literalmente.
—No te asustes, Hoseok conoce tu olor, no puedes arriesgarte a exponerlo demasiado.
Jimin intentó con todas sus fuerzas relajarse, pero no pudo. No era tan fácil controlar las emociones.
Al ver que el menor no podía hacer nada para calmarse, Yoongi se empezó a inquietar también. ¿Qué haría si le descubrían? En realidad podía dejar esto cuando quisiese. Solo tenía que alejarse de aquel chico o, mejor aún, matarle él mismo y no se arriesgaría más. Pero no iba a hacer eso. ¿Por qué le costaba tanto? Ni que fuera la primera vez que mataba a una persona.
Siguiendo sus instintos, Yoongi se acercó sutilmente al asustado omega y le acarició la cabeza. ¿Que le estaba ocurriendo? ¿Porque sentía que debía proteger al menor? ¿Porque le dejaba tan atontado su fragancia de algodón de azúcar?
Jimin tampoco pudo reprimir su impulso y dejó su cabeza reposando en el hombro del mayor. Aspiró su olor café aprovechando que el espacio entre el cuello y el hombro era de donde provenía.
Se sentía tan seguro allí. ¿Quién lo diría? Nadie se sentía tan bien con una persona que acabara de conocer. A no ser... No. Eso era imposible. Era solo un mito. Quizás en el pasado hubiera sido real, pero las cosas ya no eran así.
Jimin apartó esa estúpida idea de la cabeza. ¿En qué estaba pensando?
—¿Estás mejor?— Preguntó el alfa una vez se hubo apartado.
—S-si. Gracias.
—Solo lo hacía para que te calmaras.
Jimin suspiró volviendo a la realidad. No sabía que debía hacer con su situación. ¿Tendría que esconderse para siempre?
—¿Qué hacemos ahora?— Preguntó, reflejando sus dudas.
—Sígueme, te llevaré a mi casa. No es muy probable que estén aquí los de la mafia, pero no pienso ponerte en riesgo.— Jimin se alejó un tanto al escuchar lo que él mayor había dicho.
—¿A-a tu casa?
—¿No pensabas volver a la tuya, verdad?— Bufó al ver que el menor asentía.— A estas alturas ya sabrán donde vives.
—¿Y porque a tu casa?— Preguntó con las mejillas sonrosadas.
—Porque es el único lugar seguro que conozco. Nadie en la mafia entra en la casa de sus compañeros.
Jimin quería negarse otra vez, pero lo que decía tenía mucha lógica.
—¿Por qué me estás ayudando?— Insistió.
—No lo sé.— Respondió Yoongi sinceramente. "No se lo que me ocurre contigo, Jimin, pero no puedo negarme a estos impulsos que tengo. Mi lobo te está llamando. ¿Qué es lo que busca de ti?
......
Cuidaos, mimaos y quereos.
Borahae.
-Purple
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Te protegeré [YOONMIN]
FanfictionYoongi es un alfa que trabaja en una de las mafias más importantes de Corea del Sur. Jamás le ha importado perjudicar a la gente, hasta que conoce a Jimin, un omega que presencia por casualidad un asesinato cometido por Yoongi. Desde entonces, el ru...