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ADAPTACIÓN DE "SIENTEME"-JINKOOK

KumikoKazami19

Desde que era un niño de 10 años Joaquín tuvo en claro una cosa: jamás se casaría con un alfa

Desde que tenía memoria fue testigo de los tratos que un alfa daba a su omega, muchos teniéndolos de trofeos o como amas de casas, limpiando y cuidando de los cachorros, su descendencia, lo único que a los alfas parecía interesarles. Por ese motivo se casaban desde muy jóvenes y muchos omegas, por no decir la mayoría, terminaban siendo padres a corta edad. Él no deseaba eso en su vida, él quería vivir, viajar, conocer el mundo, distintas lenguas y culturas.

Tal vez por eso, a sus 23 años, había conocido mucho más que cualquier otro omega. Aunque todo lo bueno tenía su lado malo y ese eran sus padres. Ambos indignados al no tener nietos y al saber que su único hijo no le importaba casarse. Lo torturaron por meses, hasta que logró irse a vivir con su primo Andrés, un alfa dos años mayor que él que vivía solo. Era bueno vivir con él ya que además de poder terminar sus estudios en paz sin padres que quisieran obligarlo a casarse, podía ser libre de salir con sus amigos o de leer un libro al parque.

Generalmente veía a su primo a la noche, durante la cena ya que sus horarios no coincidían. Mientras él estudiaba, Andrés daba clases de braille en una prestigiosa escuela. Por lo que era común si al volver él no estaba aun en casa. Su primo era alguien muy bueno y solía dar clases sin importar las horas extras no pagas. En verdad amaba lo que hacía.

El omega dio vuelta otra página de su libro de texto, faltaban un par de horas para que Andrés saliera de trabajar por lo que tenía tiempo antes de hacer la cena.

Estaba tan concentrado en su lectura que casi queda prendido del techo cuando llegó un mensaje a su celular. Tras el susto lo tomó, viendo que Andrés le pedía de alcanzarle unos libros que había olvidado y que necesitaba para dentro de una hora. Suspiró, no pensaba salir ese día de casa, pero al parecer no tenía alternativa.

Buscó los libros y salió de la casa, tomando su bicicleta para llegar antes a la escuela que no quedaba nada cerca.

Llegó tras media hora de pedalear con rapidez y de que las piernas le dolieran por apresurarse de esa forma.

Ingresó a la institución, arrepintiéndose al instante por no llevar su celular. Podría haberle enviado un mensaje a su primo para saber donde se encontraba y así no estar como menso perdido entre los pasillos de esa escuela. Pensó a quién podría pedirle ayuda y entonces recordó que Andy le habló sobre una dirección en el primer piso.

Sin embargo, a pesar de que estuvo diez minutos buscando a alguien que pudiera ayudarlo no encontró a nadie ¡mucho menos a la dirección!

Suspiró frustrado, mientras seguía caminando mirando hacia los salones esperando ver a su primo en alguno.

-¡Cuidado!

Se asustó ante la exclamación y las manos que apresaron su cintura con fuerza. Iba a gritarle al alfa (su olor fuerte a eucalipto y flores lo delataba) que lo había tomado así. Pero al bajar la mirada se dio cuenta de que lo había salvado de caer por las escaleras por las que había subido.

-Gracias...no vi por donde iba.

Se enderezó escuchando la risa suave del alfa.

-Descuida, está bien.

-Por cierto-se apresuró a decir, girándose hacia el alfa-¿sabes dónde está el profesor Andrés Vázquez? Soy su primo y me pidió que le trajera algo.

En ese instante notó el bastón y los lentes oscuros del alfa. Era la primera vez que veía a un alfa ciego.

-Debes ser el pequeño Joaco ¿verdad? Andy habla mucho de ti.-sonrió dando media vuelta-sigueme, te llevo con él.

Joaquín lo siguió, pensando como fue que lo salvó de caer de las escaleras. Supuso que se guió por sus ruidosos pasos.

Observó como el chico caminaba seguro hasta que se detuvieron frente a una puerta la cual tanteó, sonriendo al instante y golpeando.

Escuchó unos fuertes pasos antes de que su primo abriera la puerta.

-Emi¿pasa...? ¡Joaco! Que bueno que llegas.

Andy lo abrazó y luego tomó los libros en su mano.

-Me lo encontré perdido, al parecer te buscaba.

-Es que me dijiste que la dirección estaba aquí, pero no encontré nada.

-¿La dirección?-preguntaba Andy confundido.-ay, lo siento, no te dije porque no le tomé importancia.

-¿Qué cosa?

-La dirección cambió de lugar hace unas semanas. Por cierto, no nos hemos presentado, soy Emilio Osorio Marcos, doy clases de braille junto a Andrés.

-Joaquín Bondoni Gress, un placer-sonrió débilmente antes de dirigirse a su primo-bien, te traje lo que me pediste. Nos vemos en casa, Andy.

-Ve con cuidado, Joaquín.-y se adentró al salón.

Emilio sonrió tomándolo suavemente del brazo.

-Vamos, te acompaño a la salida.

-No es necesario, en serio.

-No es molestia para mí,tengo un tiempo libre, así que vamos, quizás vuelva a evitar que te caigas porlas escaleras.

Joaco no dijo nada ante eso y simplemente aceptó la compañía del alfa por cortesía. Además sentía algo de lástima por su estado por lo que no le gritó como hubiera hecho con otro alfa.

A mitad de las escaleras, Emilio volvió a hablar:

-Somos los únicos dos profesores que enseñamos braille, aunque yo me especializo en enseñar a adultos, personas que han quedado recientemente ciegas o curiosas que desean aprender simplemente. Mientras que Andy, como verás, enseña a niños pequeños. Sería bueno que lo sepas por si vuelve a necesitar de tu ayuda. En el primer piso están los salones donde damos clases. Esos no cambian, así que sabes donde ubicarnos.

-¿Por qué te buscaría a ti?

-Hay veces que Andy no está en el salón, en ese caso puedes ir por mí, generalmente sé donde está ese tonto.

-Gracias, lo tendré en cuenta-Joaco sonó amable pero se ahorró una sonrisa falsa, después de todo él no lo veía.

Al llegar a la salida Joaquín se despidió amablemente antes de volver a tomar la bicicleta e irse a casa.

Dudaba volver a ese lugar.

Feel Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora