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Capítulo 6: Verdades secretas

El reloj marcaba las diez con cincuenta minutos y Mingyu, despertó sintiendo un calor al lado suyo. Giró el rostro y una sonrisa suave floreció en su rostro mientras detallaba una vez más el rostro dormido de Wonwoo, tal y como había hecho la noche anterior hasta que se quedó dormido.

Despierto era como un huracán que ponía sus emociones de cabeza, pero dormido, parecía una obra escultural angelical. Los párpados caídos, labios abultados entreabiertos desprendiendo un pequeño hilo de saliva que caía en la almohada. Mingyu estaba fascinado con lo bien que encajaban ambos cuerpos, como si hubieran sido hechos a la medida.

Ah, como voy a disfrutar marcarte pensó Mingyu moviendo un poco el brazo contrario, logrando acariciar su rostro dormido. Wonwoo se removió aún inconsciente pegándose a su cuerpo y susurrando su nombre suavemente. Estaba tan concentrado que no notó a Jisoo recostado en la puerta con una mirada de sorpresa e incredulidad.

Le hizo una seña para que pasara sigilosamente para no despertar a Wonwoo.

- Buenos días Mingyu – Hong Jisoo siempre había sido un joven de pocas palabras y él primer amigo que hizo en la Universidad que le daba lo mismo su fortuna - ¿Cómo te encuentras?

- Mucho mejor la verdad – sonrió - ¿Estamos en Seúl ya?

- Faltan unos veinte minutos aproximadamente para nuestra llegada – Wonwoo comenzó a removerse, y puso una mano en la boca de Mingyu para que hiciera silencio - Ya Jeonghan le informó a su madre acerca de su pequeño accidente.

- Bastardo – murmuró rodando los ojos – ¿Avisaste de nuestro invitado especial?

Jisoo asintió e hizo una reverencia saliendo de la habitación. Cuando estuviera bien, Mingyu le jalaría el cabello largo a Jeonghan por lengua larga y preocupar a su madre en vano. Suspiró y giró el rostro, encontrando la mirada felina que lo miraban atentamente.

Siempre que el azul encontraba al negro no podían despegar la vista.

A Wonwoo le pasaba algo parecido. Mingyu para él era un completo desconocido, pero, en ocasiones sentía como si ya hubiera visto aquella peculiar mirada muchísimos años antes, lo cual no tenía sentido si nunca se habían visto anteriormente exceptuando cuando descubrió que su padre no era más que un farsante. Aún estaba un poco asustado de lo que podría hacerle Mingyu, pero por alguna razón, se sentía seguro atrapado en sus brazos.

- Buenos días, bello durmiente – Mingyu acarició su mejilla y él se apoyó en el toque sin saber por qué – Lamento haberte despertado.

- Esto se siente como un deja vu – Mingyu detuvo su caricia mirándole fijamente interrogante – Extraño…

¿Sería posible? No lo creía, sin embargo, era momento de alejarlo…Lo sabía, pero, no se sentía dispuesto a hacerlo. Wonwoo se incorporó aún soñoliento y midió su temperatura.

- Sin fiebre – suspiró aliviado - ¿Cómo te sientes el brazo? ¿Aún duele el hombro?

- Es más soportable que ayer – carraspeó desviando la vista hacia la puerta – Sal y pídele a “mi rubio” que venga.

Wonwoo enfrió la mirada con la seriedad bañando su rostro y asintió con la molestia rodeando su aura.

¿Por qué Mingyu no podía ser un hombre normal? O ¿Por qué no le daba un tiro y terminaba con su miseria?

Si Mingyu quería jugar sentimentalmente con él y luego hacerlo pedazos, no lo conseguiría. Ese hombre era capaz de cualquier cosa, y presentía que, aunque lo negara, terminaría hecho pedazos emocionalmente.

Vio a Jeonghan comiendo en compañía del chico que el día anterior lo autorizó a ver a Mingyu, así que caminó hasta ellos suspirando.

- Sr. Jeonghan, Mingyu lo necesita en su habitación – el rubio le miró y asintió guiñándole un ojo, dejándolo confundido y extrañado. Se encogió de hombros sentándose donde mismo estaba el rubio. El pelinegro le sonrió suavemente y él se la devolvió.

- Quería agradecerte por dejarme chequear a Mingyu anoche.

- No te preocupes por eso, pero tengo curiosidad acerca de algo – ladeó la cabeza analizándolo – Si eres solo un profesor de primaria, ¿Cómo sabes curar heridas de bala?

Wonwoo se congeló en el lugar esperando esa pregunta. Ignorando el hecho de que ellos sabían hasta su profesión, bajó la cabeza suspirando. Su padre nunca estuvo de acuerdo en que estudiara enfermería, puesto que detestaba que Wonwoo estuviera ayudando personas que no le agradecerían después y tendría que vivir en un hospital todo el tiempo. Sin embargo, Wonwoo pasó los dos primeros años esforzándose y sacando buenas notas, pero terminó cambiándose a magisterio. La única persona que lo había apoyado en su elección fue Jihoon y lo ignoró por semanas al enterarse del cambio.

- Una larga historia – respondió alejando los recuerdos tristes – Una muy larga.

- Y bien triste por lo que veo – asintió de acuerdo y le tendió la mano – Soy Seungcheol y tendré que esposarte, lo siento.

- No te preocupes – Wonwoo sonrió y le tendió sus manos juntas – Supongo que a eso también venía.

La verdad odiaba sentirse prisionero con aquellas malditas cadenas, pero, no quería hacerle la contraria al joven si requería ayuda en un futuro. Su estómago gruño por el olor de la comida y recibió la mirada de todos los que lo escucharon provocando que su rostro se sonrojara del color de una cereza.

- ¿Tienes hambre? – asintió bajo el ceño fruncido de Seungcheol - ¿Hace cuánto no comes?

- Ayer antes de que todo esto explotara piqué algo…

Pero si contabas lo suficiente habían pasado exactamente dos días desde no se alimentaba correctamente. Seungcheol lo miró con el ceño fruncido, y empujó su plato hacia él.

- Aquí come algo – Seungcheol sabía que recibiría una riña de parte de Jeonghan, pero, no podía dejar a Wonwoo hambriento – Aliméntate un poco hasta que aterricemos...

Wonwoo alternó la mirada entre su plato, Seungcheol y las esposas en sus manos.

- Ay, las esposas – estiró las manos y Seungcheol las retiró – Ahora sí.

No lo dudo y comenzó a comer. El sabor de la comida perfectamente condimentada exploto en su paladar como un manjar, sumado al hambre que tenía lo hizo devorarlo todo rápidamente bajo la atenta y sorprendida mirada de todos los presentes. Colocó el plato frente a Seungcheol, justo en el momento en que la puerta de la habitación de Mingyu se abrió y Jeonghan salió. Wonwoo bajó las manos rápidamente y Seungcheol lo esposó bajo la mesa, recibiendo un guiño de complicidad.

- Acomódense todos – Jeonghan miró a Seungcheol con ojos entre cerrados a lo que él se encogió de hombros – Ya llegamos a Seúl. 
















Publicado: 2 de octubre de 2019
Editado: 2 de enero de 2021

Soy yo otra vez, aquí con el primer capítulo editado del año.

Closer (Finished)Where stories live. Discover now