Capítulo 5

359 70 39
                                    

Taehyung no había dormido muy bien en toda la noche y a causa de eso aparecieron un par de ojeras en sus ojos. Pasó por un café antes de ir por Jimin. En el transcurso del camino vio a la mayoría de las personas manejando como locas, era como esos días donde todos cobraban por su trabajo y corrían a gastarlo en ropa o lo que fuera.

Mientras manejaba visualizó una camioneta negra y los recuerdos del caso llegaron a su mente. Por un segundo pensó que esa era la camioneta pero rápidamente negó, no tenía una pista que le cerciorara que era ese vehículo el mismo de su caso.

Llegó a la hora acordada, salió del auto y cuando pasaron cinco minutos, no quiso mandarle un mensaje a Jimin pensando que tal vez estaba en el elevador o algo se le pudo olvidar pero cuando pasaron los diez minutos se desesperó.

Salió del auto con su café y trato de controlar su molestia. Después de unos minutos más vio al menor saliendo del edificio y encendiendo un cigarro.

—¿Sabes qué hora es? —Le preguntó cuándo estuvo cerca del auto. Jimin sacó su teléfono celular y miró la hora.

—Son las diez quince.

—¡Exacto, es tarde! ¡Te dije a las diez no a las diez quince!

—Da igual —Jimin alzó los hombros—. Son las diez y ya.

—No vas a entrar a mi auto si no respetas el horario de trabajo.

Jimin bufó mientras le daba una calada a su cigarrillo. Taehyung lo observó. De nuevo estaba vestido de negro solo que no tenía cubierta la cabeza. Taehyung pudo verle otra ez los ojos delineados y eso lo hizo fruncir el ceño.

Estaba molesto por la irresponsabilidad de Jimin pero lo que más lo terminó de molestar fue la sonrisa burlona que tenía en su cara mientras fumaba.

Se estaba burlando de él y de sus reglas. Nadie se burlaba del detective Kim Taehyung.

Entró al auto dejando su café cerca de la palanca de manejo. Estuvo a punto de arrancar el auto pero sus ojos se posaron en Jimin quien no se había movido de donde estaba y quien no quitaba esa sonrisa burlona de la cara.

Taehyung detestaba la idea de empezar enojado el día pero el menor lo sacaba de quicio y lo peor era que ni siquiera lo conocía y ya lo odiaba.

Encendió el motor y de nuevo miro a Jimin, solo lo miraba mientras seguían fumando. Taehyung lo sabía. No podía seguir el caso sin él, no solo porque Jin lo había obligado, sino porque lo necesitaba no solo por lo bueno que era con la computadora, sino porque lo quería cerca. Y Taehyung no sabía por qué.

Así que le hizo una seña para que Jimin entrara al auto. Jimin sonrió victorioso y entró.

—Trata de no sacarme de quicio hoy.

—No prometo nada.

Taehyung le dio una última mirada a Jimin. Vio sus ojos y su sonrisa burlona.

Después arrancó el auto.

Taehyung no quiso perder tanto tiempo y trató de interrogar a los familiares de las victimas lo más rápido posible. Cuando interrogó a la madre de la niña de doce años se sintió algo perdido, sobre todo porque le recordaba a sus dos niñas y a la cita pendiente con su doctora.

El tiempo voló y el hambre le llegó. Jimin no había salido del auto en ningún momento, solo encendía la radio cada vez que Taehyung salía de ahí y claro, se dedicaba a poner el pie en la guantera y a fumar.

Eran las tres de la tarde y Taehyung empezó a tener hambre. El manejar de un lado a otro lo estaba cansando y estresando. Entre ratos miraba a Jimin, lo analizaba de arriba abajo. Seguía sorprendiéndole la forma en la que estaba actuando y sobre todo sus ojos.

Lo que no ven tus ojos - VminWhere stories live. Discover now