Quinta señal

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Voy a confesarles que este es uno de los que más odio/amo, por la situación que trata.

*

"Desinterés"

2001

—...así que —Harry carraspeó, cambiando su peso de un pie al otro—, ya sabes, quería avisarte sobre eso antes de ir para que no te preocupes...

Eric emitió un sonido vago para dar a entender que lo escuchaba, pero tardó un momento en apartarse de la laptop. Se desordenó el cabello y chasqueó la lengua.

—¿Y qué? —Espetó, encogiéndose de hombros— ¿quieres que te dé dinero para las flores? Llevas flores, ¿cierto?

Él tragó en seco.

—Sí, suelo llevarles flores —Admitió, con un hilo de voz.

—Eso es, claro —Con un bufido, rebuscó entre sus bolsillos, sacó la billetera y unos billetes, se los tendió. Harry no tendría que haber rogado mentalmente que lo hiciese, si no le hubiese pedido las tarjetas unos días atrás para comprobar algo, y aún no se las hubiese regresado; cuando intentaba recordárselo, esa sensación helada, que lo empequeñecía a veces, lo retenía—. ¿Cuánto vas a tardar?

—No mucho —Prometió.

—Está bien.

—0—

2006

Tenía la sospecha de que Draco lo había anotado en alguna parte, en una de esas tres agendas que cargaba y movía de un lado del apartamento al otro. Era la explicación al porqué se lo preguntaba cada año, la noche anterior.

Esa vez, lo hizo cuando Harry regresaba del baño, recién duchado. Él estaba recostado boca abajo junto a la orilla de la cama, cabeza y brazos sobresaliendo, porque leía un libro puesto en el suelo; era una extraña posición, pero él lucía cómodo.

—¿Quieres que te acompañe mañana? —Lo cuestionó en voz baja, casi un cuidadoso susurro que pretendía ser una disculpa por sí misma.

Harry respiró profundo. Se sentó en el borde opuesto de la cama, batallando con la toalla con que intentaba secarse el cabello. Unos segundos más tarde, un peso hundía el colchón en diferentes puntos, había movimiento detrás de él, otras manos se unían a la tarea sobre su cabeza, tomándola en su lugar. Draco lo secaba en círculos, con más suavidad de que él lo haría en sí mismo; lo adormecía un poco.

—No tienes que venir al cementerio cada año —Mencionó, tragando en seco—; son mis padres, no los tuyos.

—Lo creas o no, me agrada ir. Estar para ti —Su voz se escuchó aún más cerca, cuando se inclinó para besarle detrás de la oreja. Harry se retorció, riéndose por lo bajo—. ¿Quieres que vaya? Saldré del banco temprano, compraré algunas flores también —Hizo una pausa en ese momento, como si tuviese un detalle que considerar. Después sus movimientos al secarlo se reanudaban—. Si no me quieres ahí, puedo venir temprano igual. Haré una cena para los dos.

—¿Cocinarás? —Harry elevó las cejas, sin notarlo. Detrás de él, su novio ahogó la risa.

—Me atrapaste, pediré algo, lo pondré en nuestros platos y me llevaré los cumplidos.

Se echó un poco hacia atrás, recargándose en su pecho, y deteniendo sus acciones al mismo tiempo. Intentó verlo desde abajo.

—Me gustaría que me acompañaras. Por favor —Agregó a último momento, titubeante.

Draco le besó la sien.

—También podría pedir la cena para los dos cuando volvamos, si quieres —Continuó, en cuanto volvieron a sus posiciones anteriores—. ¿Pizza? ¿Comida china?

—¿Pizza? —Vaciló, mordiéndose el labio—. Lo que quieras estará bien, Draco.

—Yo elegí las últimas dos veces —Recordó, con ese tono suave que le decía que sabía lo que hacía y por qué. Harry inhaló para pasar esa repentina sensación de vértigo.

—Bien, pizza.

—Entonces cenamos pizza —Sentenció, dramático. Harry se rio, negando.

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