Capitulo III

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¡Día 10 ha llegado! Y un nuevo capitulo de este fic ha llegado.... 

Para aumentar la llamarada que dejó "Ladybug" les dejo el motivo de este fic ;) Quedó tan bien para el día de hoy xD Iba a haber si le agregaba algo por el capitulo, pero decidí mejor dejarlo como estaba :D

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Palabras: 3766

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C'est la vie

III

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Adrien pensaba que conocía muy bien a su amiga Marinette y a su compañera Ladybug, pero en el momento en que ambas chicas se fusionaron en su cabeza, se dio cuenta de que no era así.

Tras regresar del colegio, se disculpó con la madre de Marinette, fue a su habitación y se acostó en su cama, mirando el techo con las manos ocultas en la nuca.

Después del show de la chica de ojos celestes en la mañana, tras la hora de almuerzo, simplemente se sentó junto a Alya y conversó con ellos como si nunca hubiera pasado nada. Se sentía confundido, pues se suponía que ella le había dicho que viniera a su casa para ayudarlo con todo su drama, pero parecía que simplemente añadía más condimento a todo lo que vivía.

¿Condimento?

En eso, recordó que Marinette le había dado un trabajo que aún no había empezado. Buscó en el cajón de la mesa de luz, la caja blanca de Macarrones y la abrió.

Los observó con detenimiento, ¿Cuál debía elegir?

—Yo elegiría éste —le indicó Plagg, señalándole uno en tono crema. Adrien lo miró con desconfianza— ¿Qué?

Pero el rubio no dijo nada, tomó el señalado y guardó la caja de nuevo en donde estaba. Observó con detenimiento el macarrón y al abrir el paquete traslúcido, una nota cayó en sus piernas. Dejó el papel a un lado y le dio un mordisco. El sabor salado del relleno de queso, le hizo apretar los ojos con fuerza, tragándolo con algo de dificultad.

—¿Qué tal? —preguntó el Kwami, moviéndose expectante frente a él—. Yo le di la idea de éste a Marinette.

—Debí imaginarlo —respondió y se lo lanzó el resto a la boca para tomar una vez más el papelito con la letra de Marinette.

«Sí Plagg hizo un buen trabajo, éste será el primer macarrón que probarás» Ante eso, miró a su Kwami, más desconfiado que antes.

—¿Estás coludido con ella? —preguntó, con una tonada acusatoria muy clara.

—¿Yo? —se señaló y luego se cruzó de brazos, indignado—. Yo no estoy coludido con nadie. Estoy tratando de ayudar a un par de ciegos y así me pagas.

Adrien negó con la cabeza y siguió leyendo aquel pequeño papel lleno de texto.

«Como bien te comenté antes, el sabor salado es por las lágrimas, esas que pueden ser de felicidad o de tristeza, lágrimas que sanan, que limpian... Al inicio de todo esto, yo derrame muchas. ¿Sabes lo que fue sentir que iba a cumplir mi sueño solo si me alejaba de ti? Sí, por eso me alejé de ti... era eso o... retirarte del colegio. ¿Y cómo iba a cargar con eso? Era más fácil verte a la distancia... que no volverte a ver.»

Adrien bajó la nota y, sin perder ni un segundo, salió de la habitación hacia la de Marinette. Encontró la trampilla abierta así que se atrevió a ingresar a ésta y pudo ver que el tragaluz también estaba abierto. Se quitó los zapatos y subió a la cama de Marinette para poder salir hacia el balcón.

C'est La Vie [Parte 1]Where stories live. Discover now