Capitulo VI

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Un nuevo día de actualización, un nuevo macarrón ;) 

Quizás venga acompañado de algo.... ácido... 


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C'est la vie

VI

.—...—...—...—...—.

El sonido de las risas despertó a Marinette aquella mañana, por lo que se estiró en su cama con toda la pereza del mundo, tratando de distinguir a quienes les pertenecían.

—¿Tikki? —llamó, ahogando un bostezo en su mano derecha.

—Buenos días, Marinette —la saludó con una sonrisa que no pasó desapercibida para la portadora.

—¿Qué sucede? —y cuando movió la mano para tomar el celular y ver qué hora era, se encontró con una rosa roja y un post-it junto a su almohada. Le dio una mirada rápida a su Kwami que solo flotó frente a ella con emoción. Sí, su Kwami había sido cómplice de aquello.

«Espero que hoy tengas un hermoso día, my lady»

Marinette apretó los labios para no gritar de la emoción. En eso, las risas del piso de abajo volvieron a escucharse, recordando por qué despertó a las siete de la mañana.

Bajó de su cama y tras colocarse su ropa del diario, decidió aparecer en la cocina, encontrando un divertido panorama que le dibujo una sonrisa tonta en los labios. Ahí, frente a ella, estaba Adrien Agreste, el chico que siempre lucía perfecto, con un delante celeste, harina en el cabello y manchas de masa de hotcake en la mejilla derecha.

—Buenos días —saludó.

—Buenos días, hija —saludó Sabine, Adrien dejó de ver la sartén donde su hotcake tomaba forma para mirarla con una enorme sonrisa.

—Muy buenos días, Marinette —dijo e inmediatamente le mostró la torre de hotcakes que tenía junto a él—. Mira, es mi primera vez haciendo el desayuno —la mencionada se acercó a él para ver su resultado. Estaba claro que los primeros eran más bien deformes, pero los últimos y el que tenía en el fuego, se veían muy bien. ¿Había algo que no pudiera hacer ese chico?

—Se ven bien —respondió y se sentó junto a su madre, observando como el chico seguía trabajando en el desayuno.

—¡Gracias!

—Cuando subí de la panadería, Adrien ya estaba despierto —le contó Sabine a Marinette, sirviéndole un vaso de jugo—. Me pregunto si podía enseñarle a preparar hotcakes, y helo aquí.

—Vaya —susurró, antes de beber de su jugo.

Cuando finalmente terminó de cocinar, el chico se fue a asear antes de tomar desayuno. Fue en ese momento que Sabine apoyó ambas manos en los hombros de su hija y la miró fijamente.

—¿Hubo un avance entre ustedes? —preguntó, directamente y sin rodeos.

—¿Por qué lo dices? —Sabine soltó a su hija cuando sus mejillas se pusieron muy rojas.

—Pues Adrien se veía muy feliz esta mañana cuando me pidió que le explicara cómo poder hacer el desayuno. Quería hacer algo delicioso para ti —Marinette llevó la mano a su mejilla, comprobando la temperatura de su rostro—. Luego de eso, me ha preguntado varias cosas sobre ti. Parecía un cuestionario.

C'est La Vie [Parte 1]Onde histórias criam vida. Descubra agora