Capitulo IV

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Me atrasé un poquitin, porque ayer regrese de mis vacaciones y no coordiné bien con mi beta la revisada de puntos y comas de este capitulo xD

Pero ya está, al menos van a esperar poco para el siguiente capitulo :D

¡Sin más a leer!

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Palabras: 4151

Revisado: Princessqueen

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C'est la vie

IV

.—...—...—...—...—.

Adrien estaba tratando de comprender lo que Marinette le había contado. Bien, había cosas que él había descubierto cuando el maestro Fu le encargó su protección, pero ahora que lo escuchaba más directo, con ese lado que ocultaba para proteger su identidad como Ladybug, le martillaba la cabeza de tal forma que casi no pudo dormir en toda la noche.

Plagg, a su lado, lo miraba sin saber si bromear o quedarse callado. Cuando había decidido jugarle una broma, el celular de Adrien sonó y la imagen del serio Gabriel Agreste cubrió la pantalla.

—¿Adrien? —vio a su portador observar el teléfono en su mano, sin decidir qué hacer— ¿Contestarás?

—No sé —dijo con las cejas alzadas mientras apretaba sus labios—, ¿cómo le contesto sin cobrarle que me haya usado para atacar a mi... —se detuvo para corregirse—... a Marinette?

—Casi te sale "amiga" —se burló el Kwami oscuro, flotando frente a su portador. Adrien lo observó de reojo, molesto por recalcarle eso, cuando el celular dejo de sonar y, casi inmediatamente, la cara de su padre fue reemplazada por la de Nathalie. Resopló y finalmente respondió.

—Padre —dijo con tono cansino, pues sabía que Nathalie no estaba del otro lado de la línea—. Sí, estoy yendo al colegio, y sí, también sé que hoy tengo práctica de esgrima —trató de sonar lo más neutral que podía, pero la voz estaba empezando a titubearle, sobre todo por el largo silencio del otro lado de la línea.

«Adrien» cuando finalmente su nombre fue pronunciado por su padre, una solitaria lágrima escapó de su ojo derecho «Yo...»

—¡Adrien! —la voz de Marinette, del otro lado de la puerta, lo regresó a la realidad.

—Lo siento, padre, Marinette vino por mí y debemos ir a la escuela. Ya tendremos tiempo para conversar —y sin esperar respuesta de su padre, cortó la llamada para abrir la puerta. La chica de ojos celestes lo esperaba con una sonrisa, pero bajo estos se podía ver una línea oscura. Sin resistirse mucho, la tomó de los brazos y la acercó a él para abrazarla, colocando la mano derecha en la nuca de la chica y acomodando su mentón sobre la cabeza de ésta. Esta era una de las ventajas de que ella fuera más bajita que él ya que, si quería abrazarla, sus cuerpos parecían encajar como si fueran hechos el uno para el otro.

—¿Te has despertado cariñoso? —preguntó con diversión en sus palabras, pero realmente estaba cual tomate, del sonrojo que cubría sus mejillas.

—Algo así —dijo, contra sus cabellos. Se separó de ella para observarla con una sonrisa—. ¿Hoy te despertaste temprano para acompañarme a desayunar? —Marinette afirmó con la cabeza.

—No quiero pasar la vergüenza de ayer, gracias —y tras reírse de su desatino del día anterior, lo guio con ella a la cocina del departamento, por su desayuno.

C'est La Vie [Parte 1]Where stories live. Discover now