Necesitamos hablar

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—¡Hinata! — aunque Kiba no necesitaba gritar para localizar a su amiga, lo hacía solo para saber si ella deseaba que él estuviera a su lado.

—¡K-Kiba k-kun! — El joven escuchó su nombre proveniente de algunos arbustos donde casi de inmediato Hinata salió corriendo para abrazarse de él fuertemente. Kiba la recibió entre sus brazos mientras la apretaba con fuerza contra él, odiaba verla en ese estado, pero más odiaba no poder hacerla sentir mejor.

Estuvieron así por largo rato, Hinata abrazada de Kiba y Akamaru al lado de ellos, ambos solo podían escuchar llorar a la Hyūga y esperar que su amiga pudiera hablar y desahogarse aún más, su respiración era irregular por tanto llanto y la ropa del Inuzuka ya estaba mojada con esas lágrimas que la morena no podía dejar de derramar.

Poco a poco la respiración de Hinata, así como sus sollozos se fueron calmando, aunque aún seguía fuertemente sujeta a la camisa de su amigo. Él y Shino eran como los hermanos que nunca tuvo, a pesar de tener a Hanabi en su vida, ella nunca se había portado como una hermana verdadera, al menos no como las demás chicas de su edad se comportaban con sus hermanas, tal vez por las reglas de su clan o su personalidad, pero nunca habían podido tener una verdadera relación cercana con Hanabi, una donde al menos pudieran hablar de tonterías y reírse de ellas.

—¿Ya te encuentras mejor? — Kiba se separó un poco de Hinata para mirarla a los ojos. Con una de sus manos limpio las lágrimas que aún quedaban en el rostro de la morena. —Sabes que no me gusta verte llorar— con toda la delicadeza y ternura que poseía, limpio por completo el rostro de su amiga.

—L-Lo sé, gracias Kiba kun— de nuevo se abrazó a su amigo, no era la primera vez que él la veía llorando, siempre había sabido cómo consolarla y hacerla sentir un poco mejor.

—¿Me dirás que paso? — acaricio los largos cabellos de Hinata mientras la separaba de él y la tomaba de la mano para llevarla a un árbol cercano y sentarse juntos.

Cuando llegaron, Hinata se sentó en el suelo y llevo sus rodillas hasta su pecho ocultando su cabeza entre sus piernas, mientras Akamaru se recostaba a su lado y lamia una de sus manos. Al sentir el húmedo contacto de la lengua de su amigo peludo, Hinata levanto su mirada y acaricio un poco la cabeza del enorme perro mientras intentaba sonreír.

—S-Solo soy un objeto para todos— clavó su mirada en Akamaru mientras seguía acariciando su cabeza.

—¡Claro que no! — Kiba se levantó de su lugar y se puso frente a ella. —Para Akamaru, Shino y para mí, eres nuestra amiga y... hermana— le dedicó una gran sonrisa a la chica frente a él mientras un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas. Tener una hermana con la personalidad de Hinata era refrescante, luego de vivir con su propia hermana.

—L-Lo sé— miró a su amigo y un nudo se formó en su garganta, tal vez ellos eran las únicas personas que en verdad la estiman un poco.

—Entonces...— de nuevo su cara se tornó seria y la miró aún más fraternalmente que antes. —¿Me dirás qué te pasó? —

Hinata bajo un poco la vista y llevo sus manos hasta su pecho para tratar de evitar que este le siguiera doliendo al recordar las palabras de Hanabi. Una lagrima corrió de nuevo por su rostro mientras que trataba de decir todo lo que le hacía tanto daño.

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—Hiashi san— desde el interior de su recamara, el patriarca Hyūga escucho como lo llamaban a la vez que golpeaban un poco la puerta, por la voz, reconoció inmediatamente que se trataba de Neji.

—Pasa Neji— dirigió su vista hacia la puerta de su habitación para poder mirar a su sobrino entrar.

—Disculpe la molestia Hiashi san— Al entrar hizo una pequeña reverencia ante el mayor y se acercó a una distancia prudente de él. —Pero quería saber si sabe algo de Hinata san—

Sentimiento MutuoWhere stories live. Discover now