Consumación

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Neji tomo con delicadeza el rostro de Hinata entre sus manos, poco a poco la acercaba más y más a él, de una manera tan lenta que por momentos parecía que el tiempo se detenía para los dos, uno perdido en la blanca mirada del otro.

Al unir sus labios, lo primero que ambos sintieron fue el calor que el otro desprendía, el dulce sabor de sus labios, la ternura con la que en ese momento se besaban y el amor por el cual unieron sus vidas.

Neji se separó de Hinata y se puso de pie, le ofreció su mano para que ella la tomar y así ayudarla a levantarse. Cuando Hinata lo hizo un leve rubor se apoderó de ella al ver que su ahora esposo la llevaba a la habitación que compartirían.

Al entrar, Hinata miro como su alcoba estaba sutilmente decorada con algunas flores y velas, además de que sobre la cama esperaba un hermoso y grande arreglo de rosas, algo un poco cliché, pero no por eso dejaba de ser especial para ella.

—Es para ti—Neji se acercó al arreglo y lo tomó entre sus manos para luego girarse y entregárselo a Hinata. —Esta vez está perfecto— ante el recuerdo de la vez en que él intentó darle un arreglo y lo arruino, una sonrisa apareció en el rostro de ambos.

Con cuidado Hinata tomo el arreglo de las manos de Neji mientras lo acercaba a su pecho y olía el dulce aroma que las flores desprendían.

—Gracias— le sonrió a su esposo mientras contemplaba esas flores y luego al hombre frente a ella.

Ante la sonrisa de Hinata, Neji estuvo tentado a abrazarla y besarla con toda la pasión que había estado guardando por mucho tiempo, pero sabía que al hacerlo ella podría asustarse, así que respiró varias veces antes de poder hablar de nuevo.

—Cámbiate de ropa— camino a la salida de la habitación. —Yo iré a traer las maletas— después de eso salió y dejó a Hinata sola en la habitación.

Cuando Hinata vio salir por la puerta a Neji, dirigió su mirada a todo lo que había a su alrededor, sabía perfectamente que todo lo había hecho Neji para ella, a pesar de estar algo mal decorada y hasta cierto punto con muy poco romanticismo, él creía que esa era la manera para decirle de nuevo un... "te amo".

Dejo el arreglo en una pequeña mesa junto a la cama y fue al baño para quitarse el vestido de novia que aún llevaba puesto. Mientras lo hacía, las palabras de su amiga venían a su mente, -recuerda que es tu noche de bodas-, aunque al recordarlo se sonrojo, también le ilusionó estar de esa manera al lado de su amado por primera vez.

Cuando por fin se liberó de ese gran vestido, abrió la llave de la ducha y se metió sin importarle que tan fría estuviera, lo que necesitaba era algo refrescante sobre su piel. Sentir el agua sobre su piel, hizo que se eriza un poco, estaba algo fría, pero a la vez la hacía sentir bien, mojo su cabellera y limpio de su rostro cualquier muestra de que estaba maquillada antes.

Al salir, enredado su cuerpo en una toalla mientras miraba su reflejo en el espejo, ahora era una mujer casada y en su primera noche de bodas, tocó con sus dedos el contorno de su rostro mientras delineaba cada una de sus facciones, siempre se consideró una chica ordinaria, incluso nunca creyó que alguien como Neji se fijara en ella.

Pero ahora era la esposa de Hyūga Neji, y esta sería la primera vez que estarían juntos, la primera noche en que ella estaría con un hombre, la primera noche en que haría el amor.

Con algo de miedo fue a una pequeña caja que días antes ella e Ino llevaron a ese lugar, después de todo haber rentado esa casa con anticipación le ayudó a entrar y salir antes de que pasarán su luna de miel ahí. Abrió la caja y sacó lo que en ella estaba, entre las manos de Hinata estaba ahora un pequeño conjunto de lencería negro con encaje y transparencias, lo apretó con fuerza entre sus manos y recordó cómo es que la rubia se lo había dado y lo que le había dicho.

Sentimiento MutuoWhere stories live. Discover now