Lee MinHo » Stray Kids

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¿Alguna vez han recibido un golpe en la entrepierna o en un seno?

Pues, lamentablemente, yo sí.

He experimento el dolor que conllevan ambos golpes en aquellas zonas y, obviamente, no han sido algo bonito porque el simple hecho de rememorarlos hace que mis entrañas se estremezcan, mis piernas se crucen y que una mueca de disgusto se dibuje en mi expresión. 

Y voy a ser sincera, los impactos que ha recibido mi cuerpo durante mis cortos diecinueve años de vida han sido numerosos, pero he de admitir que el peor de todos fue el golpe que recibí cuando tenía alrededor de seis años; y que fue justamente en la entrepierna.

Ocurrió cuando me encontraba con mis amigos, disfrutando de nuestra efímera niñez, en un parque cercano a mi vecindario, en donde se hallaban un par de juegos (construidos a base de fierro y con llamativos colores para los infantes) esparcidos por todo el lugar. El juego que se encargó de arrebatarme mi soberbia y valentía infantil, fue uno en forma de media luna con pequeños barrotes que simulaban una escalera y fue porque, en ese momento, quería demostrarles a los presumidos de ChangBin y MinHo que yo era igual de buena que ellos escalando y que en la cima, yo también podía permanecer de pie, porque en realidad no era la gran cosa, como ellos alardeaban tanto.

Recuerdo perfectamente a MinHo ordenándome que no me subiera, con el pretexto de que soy muy torpe como para salir bien de eso — y debo admitir que él tenía sus buenas razones para decirme aquello—, pero como yo era una rebelde sin causa, lo mandé a freír frijoles con su abuela y me subí de todos modos.

Y, diablos, debí haberlo escuchado.

En resumidas cuentas: pisé mal, resbalé y terminé encajándome uno de los barrotes (que ayudaban a construir la simpática escalera) en la entrepierna. Y dolió mucho.

Permanecí alrededor de cinco minutos llorando de rodillas en el piso, inmóvil, encorvada sobre mí misma con todos mis amigos y amigas a mi alrededor sin saber qué hacer para calmarme porque, lógicamente, no es como que alguno de ellos pudiera sobarme para consolarme.

Esa tarde volví a casa en compañía de MinHo, quien se encargó de reprocharme durante todo el camino mi imprudente acto (como si yo fuera capaz de olvidarme de este horrible suceso en el futuro) y diciéndome que era una "boba impulsiva", insulto que me parece muy poco creativo y demasiado redundante en nuestra amistad. 

Desde ese día, creí que jamás llegaría a sentir un dolor igual de potente a aquel y, mucho menos, sin que este fuera provocado de forma física; pero me equivoqué otra vez. Porque, trece años después, MinHo consiguió igualar (y hasta convertirlo en algo más duradero) ese malestar infantil con tan solo cinco simples palabras: — Te presento a mi novia. 

DRABBLES » KPOPWhere stories live. Discover now