-¿Kurgan? -Mirna volvió a llamarle, dejando el paño de agua fría sobre su frente.
-Voy azotarla -hablo con los ojos cerrados, sintiendo la fuerte presión en su sien.
-Yo me conformaría con que la mantengas alejada de mi -Lean habló y el abrió los ojos, ignorando la punzada de dolor que le atravesó y observo a su hombre, con media frente morada e hinchada, igual que su nariz.
-¿Donde la habéis encerrado? -suspiró, volviendo a cerrar los ojos.
-Emma...-Lean miró a Mirna haciendo una mueca. -Escapó.
-¡¡¿Qué?!! -y se incorporó de un salto, sin importar que su cabeza se estuviera partiendo en dos. -¡¡¿La dejasteis escapar?!!
-Hicimos lo que pudimos -Irvin habló y cuando Kurgan le miró, abrió los ojos sorprendido. El guerrero aun tenía sangre en la nariz y el labio, una brecha en la ceja y un gran chichón en la frente. -Me tiró del caballo de un sartenazo.
Mirna llevó la mano a su boca, cubriéndola para que no vieran como aguantaba la risa.
-Los hombres están buscándola -Lean volvió a hablar -Y Bhean la siguió, así que solo tienes que rastrear a tu loba.
-Maldita mocosa -llevó la mano a su frente, al tiempo que caminaba e hizo una mueca ante el punzante dolor cuando sus dedos rozaron la protuberancia que había en su frente.
Vale. Su genio, su ímpetu, su necesidad de mostrar a todos que había ganado, que pida escapar, que había dejado a su Laird tumbado en la cocina con un más que grande chichón en la cabeza, la llevo a estar ahora como una tonta escondida en el bosque.
Ella tenía que alardear como siempre. Y había salido cabalgando por mitad del patio del castillo. Sin pensar que solo tendría de ventaja los minutos que algunos guerreros tardaran en preparar sus caballos y salir tras ella.
Y alli estaba ahora, escondida en el bosque, andando. Había tenido que desmontar a Demonio, que esconderse con él, escuchando el ruido de los cascos de caballos. Demonio dejó de caminar y ella le miró, frunciendo el rostro, tiró de él, pero no se movía.
-¿Que te pasa? -observó que su caballo estaba mirando fijamente a algo tras ella, se giró y sus ojos se encontraron con los del lobo. Ese lobo que la había distraído en la pelea con Lean y había hecho que fuera capturada. Suspiró, volviendo a mirar a Demonio -Vamos chico, no nos hará nada. -tiró de nuevo, pero el caballo no se movía. Frunció el ceño "Pero cuando ve a Vean, se queda en su sitió" -Bhean - se giró para mirar de nuevo al lobo, ambos se miraron por unos segundos y finalmente ella soltó a Demonio y se acerco -Dama. Así que eres una loba. ¿No tendrás el poder de hipnotizar a los caballos no? -se agachó y acarició su cabeza -Tu eres la loba de Kurgan.
Algo cambió en los ojos del animal, so rostro se giró hacia un lado y sus orejas se alzaron, mientras sus labios se elevaban, mostrando los colmillos. Ayleen miró en la dirección que la loba miraba, se levantó y caminó entre los arbustos. Se paró tras uno al escuchar un grito.
-¡¡Noo!! -una mujer gritaba, luchando por liberarse de los brazos de un hombre.
-¡¡Vamos bonita!! -el hombre la agarró del pelo -¡Lo pasaremos bien!
-¡¡¿Necesitas ayuda?!! -Otro se acercó riéndose.
Acuchó el gruñido a su lado y miró a la loba, hizo una mueca y al escuchar de nuevo a la mujer gritar, apretó la sartén en su mano y se incorporó, caminando hacia ellos.
YOU ARE READING
Los Hijos de Las Highlands.
RomanceSECUELA DE LA SAGA HIGHLANDS. PROXIMAMENTE Se recomienda leer antes la saga Highlands (La Guerrera, El Invencible, La esposa, El Conde, La Duquesa, El Laird y La Bruja) Este libro recoje las historias de sus hijos, de los descendientes de los clan...