Capitulo 10: Intenciones y confesiones

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Davinia apretó la tela de la falda de su vestido entre sus manos.

Cuando había despertado esa mañana soleada, había sonreído, pensando en que podría pasar todo el día con Kendrick. Quería pedirle que pasearan por la ciudad, que la llevara.

Había esperado ansiosa a que saliera del despacho de Robert, que terminaran los asuntos que tenían que tratar. Y entonces, ellas llegaron a palacio.

La reina le anunció que Lady Hemsley había pensado que a ella le gustaria recibir una visita y disfrutar de la tarde en compañía de otras damas. Otras damas.... Sus amigas.

No había que fijarse mucho para notar como la mujer aprovechaba cada instante para marcharse a buscar a Kendrick o para hablar con él, mientras las otras mujeres la miraban sonrientes y le preguntaba sobre su hermano. Su hermano Alec había sido prácticamente en centro de toda la conversación. Daba igual que ella o la reina intentaran hablar de pintura, del campo, de música, todo terminaba en saber si a Alec le gustaba. ¡El Deseado! Incluso en una ocasión una de ellas cometió el error de llamarle así y rápidamente se corrigió.

-Si no sueltas la tela vas a romper el vestido -Charles le habló en voz baja, inclinándose hacia ella.

-¿Por qué tienen que quedarse a cenar? -Davinia suspiró -Llevan aquí todo el día, me duele la cabeza.

-Porque son astutas -Charles hizo una mueca -Se acerca la hora de la cena y no han mostrado intención de marcharse. A mama no le queda otra que invitarlas. Y ella-hizo un gesto con la cabeza señalando a Lady Hemsley que se sujetaba al brazo de Kendrick sonriendo -Lo ha planeado todo muy bien. -Oh, no. -gimió al ver a dos de las mujeres que se habían auto invitado a palacio caminar hacia el comuna inmensa sonrisa.

-Lo siento, necesito un poco de paz -y Davinia se apartó de su lado alejándose.

-¡No me dejes solo! -gritó en voz baja con los dientes apretados en una sonrisa que forzó aun mas cuando las dos mujeres se inclinaron ante él.

Davinia se alejó de todo, caminó hasta el vestíbulo del palacio y suspiró. Se acercó al inmenso jarrón que adornaba la mesa situada en el centro y alargó la mano para tocar una de las flores que había en el. Se quedo observando los pétalos, recordando como había acariciado la mejilla de Kendrick, como habían estado tan cerca.

Escuchó las risas y se giró rápidamente, miró a su alrededor y sin pensarlo dos veces corrió hacia el pasillo del servició y se pegó a la pared, ocultándose de la vista.

-Estoy segura de que el Deseado vendrá pronto -una de ellas hablaba sonriendo -Y yo me habré hecho buena amiga de su hermanita y así...

-Y así seguirás siendo nada para él -la otra negó con la cabeza -No se acercará a ti, sabe perfectamente que queremos cazarle.

-Por eso solo se acerca a viudas -Lady Hemsley rodó los ojos -Y por eso yo he elegido a un hombre que ya esta rendido a mis pies. Seré la futura Condesa.

-Aun no estés tan segura -la que al principio había dicho pretender hacerse amiga de Davinia para acercarse a Alec rió -Esta es la tercera temporada que lo aseguras.

-Y esta será la definitiva -y Lady Hemsley alzó la barbilla con altanería -Kendrick Algart será mío, aunque deba comprometerle para que me haga su esposa.

Davinia contuvo el aire, tapándose la boca para tratar de no hacer ruido. ¡¿Comprometerle?! ¡Esa mujer pensaba engañar a Kendrick para que se viera obligado a casarse con ella!

-¿Señorita? -se tensó al escuchar la voz tras ella, se giró despacio sintiendo el color inundar sus mejillas. El mayordomo la observaba confundido -¿Necesita algo?

Los Hijos de Las Highlands.Where stories live. Discover now