¡TEAM GAI!

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Por EliceBcest

"No existen las casualidades"

La mayoría de lo ninjas no piensan en exceso en el futuro, no es que no deseen tener uno, sin embargo, la muerte es también una posibilidad real. La mayoría de ellos tendrán vidas breves, y que pasarán desapercibidas para la mayoría, para los afortunados que pasen el promedio de vida de un ninja no serán muchas las opciones que tengan. Seguirán en activo hasta que su encuentro con la fatalidad sea inevitable, otros se retiraran a labores más sencillas, e incluso habrá quien termine sus días como un simple civil. La última posibilidad, pese a que pareciera una bastante sencilla de hacer era la que menos solicitudes tenía, esa era la de volverse Sensei. Tal vez era un pensamiento colectivo que ningún ninja se atrevía decir, pero la mayoría no deseaba ser quien formara a los niños de la villa en un destino donde muchas veces el resultado sería la muerte.

Aunque, existían esos otros que siempre encuentran las distintas posibilidades de una misma acción, y entre los ninjas de Konoha, no había mejor observador de todas esas vertientes que Maito Gai. Ya que para él ser Sensei era algo tan importante, era seguir compartiendo la voluntad de Fuego, además de trasmitir la primavera de la juventud. A diferencia de su eterno Rival, Gai no había tenido únicamente un Sensei, su equipo había tenido varios, incluso algunos que sólo permanecieron con ellos una semana. Gai nunca lo reprochó, ya que eran las circunstancias las que los obligaban a esos cambios. Los ninjas de mayores rangos se encontraban al frente de la guerra, así que cuando tuvo la posibilidad de volverse maestro no lo dudó ni un segundo. Estaba completamente emocionado ante la idea de tener sus propios estudiantes, tenía tanto que enseñarles, que mostrarles, que decirles, había tanto en el pecho de Gai que no cabía.

Gai era el nuevo así que por orden de jerarquía sería el último al que se le designaría un equipo, estaba atento a como sus compañeros elegían a aquellos que serían sus estudiantes, buscaban en los niños, tanto talento como disposición, entre muchos otros aspectos, después de todo eso también facilitaba su labor de Sensei.

Cada equipo era evaluado y validado por el tercero, Gai estaba un poco impaciente imaginando las caras de quienes serían su nuevo equipo.

La sala de reuniones estaba casi vacía, únicamente quedaban el Sandaime e Iruka, quien se encargaba de hacer el registro de los nuevos equipos.

—Gai-san por favor pasa —le dijo Iruka sonriéndole.

Gai se sintió un poco nervioso al estar frente a los dos, estaba por decir algo cuando el tercero comenzó a hablar.

—Éste es tu primer año como Sensei, así que Gai no pienses que tu equipo estará conformado por aquellos genin que los demás no quisieron —a Gai le pareció graciosa la elección de palabras del Sandaime.

—Así es Gai-san, todos los estudiantes tienen habilidades que como Senseis debemos de potenciar — le entregó tres carpetas con todo lo relacionado a sus nuevos estudiantes.

—Puedes revisar las habilidades específicas de cada uno de ellos, sin embargo —el Sandaime hizo una pausa—. Tienes la posibilidad de decidir no aceptar el equipo, y esperar otro año, además a los genin se les designara un Sensei provisional.

—Puedes darnos la respuesta al final de la semana Gai-san—le decía Iruka sonriendo.

Se despidió del Tercero y de Iruka, creyó que sería mucho más fácil, pero al parecer estaba equivocado.

Regresó a su departamento, dispuesto a revisar los expedientes y tomar una decisión. Se desvistió, aunque estaba todavía lejos su hora de dormir decidió ponerse su piyama, después de hacerlo pensaba cenar. Estaba distraído en sus pensamientos que no notó la otra presencia en su apartamento, dejó escapar un pequeño gritó de sorpresa cuando escuchó la otra voz.

DE LO COTIDIANO, LO ABSURDO Y LO EXTRAORDINARIOWhere stories live. Discover now