¿Qué tiene de malo Hiccup?

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Cuando aterrizaron en Berk, Mérida sintió las patas del dragón y abrió los ojos, soltó la camisa de Hiccup. Olvidando que sus manos estaban atadas, su indignación pronto regresó cuando logró golpearlo, no con fuerza; pero lo suficiente como para que él la soltara. Saltando del dragón, Mérida comenzó a correr cuando se detuvo en seco. Estaba en el centro de la aldea vikinga de Berk, y muchos observaban lo que sucedía entre ella y Hiccup. -¡Ja, ja! Hiccup, seguro que puedes solo-

Un gruñido molesto sonó detrás de ella cuando Hiccup se frotó la nariz antes de saltar de Chimuelo. -Ya Bocón-

Mérida solo reconoció a Estoico, que estaba junto al hombre con dos extremidades protésicas ahora llamado Bocón. Su padre se rió cuando Mérida buscó otra arma y encontró un mineral para un bote cercano. En manos atadas, sostenía el mineral como una espada para defenderse de Hiccup. -¡Odin ayúdalo!-

-¡Papá! ¡No estás ayudando!- Hiccup dijo molesto mientras trataba de acercarse a ella y esquivó por poco el mineral que se arrojaba sobre él.

-No puedo evitarlo hijo, ella me recuerda a tu madre- Estoico se rió entre dientes cuando la princesa lo fulminó con la mirada por ese comentario. -¡Cuidado hijo, ella ha dejado de estar de mal humor!-

-¡¿Realmente no me di cuenta ?!- Hiccup respondió sarcásticamente.

-¡Te mostraré cuánto temperamento tengo!- Mérida gritó mientras giraba de nuevo. Mentalmente se imaginó a la madre de Hiccup siendo secuestrada y llevada a este lugar también.

-¿Deberíamos ayudarlos, Estoico?- Bocón preguntó, aunque no realmente preocupado.

-Nahhh, él está bien solo conociendo a su futura esposa- Estoico se echó a reír, sus palabras distrajeron a Mérida mientras ella parecía aterrada, luego gruñó indignada.

-¡No voy a casarme con un Vikingo!- Ella gritó.

-Uh oh Estoico, la hiciste enojar- Bocón respondió con calma, mientras Hiccup intentaba acercarse nuevamente, pero cuando ella fue a columpiarse, él atrapó el mineral y lo sacó de su agarre. Cuando Mérida tropezó hacia adelante, Hiccup la atrapó y pudo sostenerla más fácilmente con las manos atadas, pero ahora estaba pateando y retorciéndose. 
-¡Pagarán por esto! ¡Una vez que mi padre se entere de lo que hicieron, vendrá por sus cabezas! ¡La tregua se habrá ido!-

-¡Tu padre no sabe que estás aquí!-Hiccup dijo una vez más molesto. La idea de que nadie sabía dónde estaba o que nadie vendría a rescatarla asustó a la princesa y su lucha se convirtió en pánico. Aún el vikingo más pequeño de este pueblo todavía era capaz de aferrarse a ella.

-Si solo tuviera mi arco, ¡pagarías caro por esto!-Mérida gritó mientras intentaba soltarse. Finalmente, fue demasiado para Hiccup, con una mirada agitada la levantó y la arrojó sobre su hombro. Hiccup logró llevarla de vuelta a la casa antes de dejarla con su padre, Bocón y Chimuelo detrás de él por si necesitaba ayuda con la salvaje princesa escocesa. Mérida pensó con certeza que la peor conclusión posible estaba a punto de suceder, ya que fue puesta de pie dentro de la casa. En cambio, se sorprendió de ser empujada a una silla en la sala de estar en lugar de terminar sola con Hiccup en su habitación.

-Tú-Hiccup señaló a Bocón, quien se sorprendió al verlo tan molesto -Ve a buscar a Astrid y dile que necesitamos ropa para la princesa- Bocón asintió y salió cojeando de la casa.

-Y tú papá- la agudeza de Hiccup apenas se va, -vas al gran salón y le das algo de comida caliente a la princesa-

-Hijo, eres...- Estoico comenzó a preguntar si su hijo estaba bien, pero la mirada de Hiccup le dijo que su hijo no estaba de humor para hablar. Rápidamente el jefe se fue a hacer lo que se le pidió.

Fate & DragonsWhere stories live. Discover now