8

2.1K 217 68
                                    

—Ya me cansé—suspira agotado el rizado, deteniéndose para poder respirar.

—¡Dylan, sigue corriendo! —grita el moreno— ¡llevas recién media vuelta!

—No puedo más —cae sentado al piso.

La pelirroja se acerca con una expresión de preocupación.

—Dylan ¿estas bien? 

—Si Priscilla estoy bien, gracias por preocuparte.

—Siempre estoy para lo que necesites —sonríe.

—Eres muy amable.

—¡Vuelve a correr Dylan!

Y así fue, Dylan se la pasó corriendo durante la hora de Educación Física.

Cuando terminó la clase, Dylan fue a camerinos a cambiarse y Layla se fué, hoy venía su papá a recogerla y la llevaría a comer helados.

—Espero que papá no se demore mucho ya que prácticamente me quedé solo.

—¿Hablando solo?

—Que quieres Marco.

—Eres un idiota —lo empuja.

—¡Que te pasa!

—Tu sabías que a mi me gustaba Priscilla.

—¿Y?

—Se supone que éramos amigos.

—Tu mismo lo dijiste, éramos amigos —señala con ironía— ahora tú y yo no somos nada.

Marco vuelve a empujarlo, pero esta vez con mas fuerza, haciendo que Dylan caiga.

Enojado el rizado se levanta, no está dispuesto a quedarse ahí sin hacer nada. Este lo empuja también, ambos chicos se estaban agarrando a golpes, poco a poco volviéndose mas violento y sin nadie que los separará.

—No dejaré que me quites a Priscilla.

—¡Ella no me interesa!

—¡No te creo!

Ninguno de los dos estaba dispuesto a rendirse, ninguno quería mostrar debilidad ante su oponente.

Joel pasaba por ahí junto a Zabdiel y Richard, el cual cargaba a su pequeña niña, los tres hablando sobre lo que les había ocurrido en clase.

Aaliyah fue la que se percata del pleito de los niños.

—Papi, papi, esos niños se están peleando —señala la morena a los dos niños.

Los tres mayores miran donde señala la niña y ven a dos niños golpeándose.

Joel es el primero en acercarse al darse cuenta que uno de ellos era Dylan.

—¿Qué sucede aquí? —pregunta el mayor mirando a los dos niños con los brazos cruzados.

Los dos niños lo ignoraron , siguiendo en lo suyo.

—Ni los dos niños pueden contigo —ríe el rubio— das pena amigo.

—¡Dylan y Marco, se me separan ahora y me siguen al salón! —grita con fuerza, haciendo que los dos chicos se asusten al igual que sus amigos.

—Para que nos quiere en el salón.

—Llamaré a sus padre.

—¡Que! —gritan los dos asustados, no quería que llamaran a sus padres ya que después de todo lo castigarían.

—No puede hacernos esto profe, mi papá no puede venir —Dylan rogaba a su profesor, conocía muy bien el carácter que llevaba su papá y no le gustaba para nada cuanto este se enojaba.

—Nada de nada, ¡al salón! —grita señalando el aula.

—Estoy muerto —susurra con miedo el pequeño rizado.

Con Layla

—Papi porque no llegas —miraba a todos lados con el fin de encontrarlo, pero no lo veía.

—Hola.

Layla mira de reojo y nota que es una señora, no le saluda porqué su papá le dijo que no hable con personas.

—Cariño te estoy saludando.

—Lo siento señora, pero no puedo hablar con usted.

—¿Por qué?

—Mi papi me dijo que no hable con extraños.

—Pero yo no soy ningún extraño.

—Yo no la conozco.

—Soy su nueva maestra —dice, pero nota que no la convence— me llamo Gwen.

—¿Gwen? 

—Si, soy tu profesora, solo buscaba a alguien para hablar ya que mi amiga está ocupada y la estoy esperando.

—¿Y donde está su amiga?

—En la escuela.

—Oh.

—Que te parece ir a caminar por ahí.

—No lo se, papá ya vendrá y me tengo que ir.

—Solo será un rato, vamos y venimos ¿te parece?

—Creo que si —asiente con un poco de duda, aunque no sabe a que hora vendrá— pero vayámonos ya para regresar rápido.

Gwen asiente, fue fácil hablar con la hija de Christopher y será mucha mas fácil ganar su confianza.

Sabe muy bien que Christopher se desesperará al no ver a su hija, pero por ahora solo le dará un pequeño susto y nada más.

Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora