19

2K 218 32
                                    

Joel se dirigía a la casa del ojiverde.

—¿Joel? ¿Qué haces estas horas aquí? —lo miraba confundido.

—Tenemos que hablar sobre nuestro hijo.

Erick se hace a un lado y lo deja entrar, esa expresión que había hecho el rizado lo asustaba.

—¿Qué pasa con nuestro hijo? —se sienta.

—Ya se quien le está metiendo esas cosas a su cabeza.

—No entiendo.

El ojiverde lo miraba confundido, no entendía a lo que se refería.

—A Dylan le están metiendo cosas sobre ti.

—¿Como?

—Ayer que estuve hablando con él, me dijo que tú no eras su padre y que lo habías robado.

—Q..Que —lleva sus manos a su boca.

—Y me dijo otras cosas más.

—Pero quien le dijo semejante mentira.

—Fueron Jessica y Gwen, las encontré cuando estaba en el área de deporte, estuve siguiendo a los niños y los vi, incluso se convirtieron en lobos.

—¿Lobos?

—No me digas que ellos nunca se han convertido.

—No, solo cuando eran cachorros, pero junto a Chris lo pudimos mantener.

—Vaya no lo sabía.

—Entonces que hacemos.

—Tenemos que hablar con Dylan para que sepa la verdad ya que por lo visto se está aleando cada vez más de ti.

El menor solo se limita a asentir con una mirada triste y decepcionada.

—Vayamos a decirle.

—Ahora no podemos porque  está durmiendo.

—Entonces mañana, pero antes de que vaya a la escuela.

—Si.

—Me quedaré a dormir —susurra cerca a su cuello, agarrándolo de la cintura y apegándolo a su cuerpo.

—Joel espera —susurra con debilidad al sentir las manos dentro de su polo .

—No puedo seguir aguantando más.

El lobo seguía besando con pasión el cuello del chico, mientras que sus manos estaban encargándose de  sus pezones.

Lo levanta con cuidado y se dirige  a la habitación del menor, para depositarlo en la cama y seguir besándolo con delicadeza, pero con desespero.

—Te amo.

—Yo más —rodea con sus brazos el cuello de su lobo.

Ambos chicos estaban tan sumidos en su pasión que ni cuenta se dieron cuando ya estaban desnudos y el rizado entre las piernas del menor.

Unos cuantos dedos se hicieron presente en el interior del chico para poder lubricarlo.

Amaba verlo gemir y la manera en la que se retuerce ante sus ojos lo excitaba aun más.

Las primeras embestidas fueron leves, pero poco a poco subía la intensidad, ambos cuerpos unidos, mostrando el amor que por todos estos años habían estado evitando.

Las piernas del menor se abren más para buscar la comodidad de su lobo. Sus caderas las movía al compás de las embestidas, mientras que los labios del más bajo buscaban un ansiado beso que por suerte es notado por el rizado que de manera inmediato une sus labios.

Los gemidos se incrementaban más al sentir el clímax llegar.

Unas cuantas embestidas más fueron suficientes para correrse.

—Te amo Joel y perdóname por separarte de nuestro hijo.

—No es tu culpa, aunque si me dolió no saber nada de él, pero también entiendo tu situación.

—Tenemos que decirle a Dylan antes de que esa tipa le invente otras cosas que no son ciertas y que llegue a tal punto de que me odie.

Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaWhere stories live. Discover now