Capítulo 25

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-Estoy dentro pringados.

Intercambié miradas con Steve cuando escuchamos a la niña confirmar que ya estaba a salvo.

Nos dirigimos hacia la puerta y esta se abrió dejándonos ver a una Erica cruzada de brazos.

Entramos dentro y y nos encontramos con lo que parecía ser una sala llena de cajas de madera.

-¿Qué habrá dentro?

Preguntó Robin intrigada.

-Eso averiguaremos ahora.

Dijo Steve caminando hacia uno de las cajas.

-Apartaos.

Robin, Lily y Erica dieron un paso atrás, pero Dustin y yo nos mantuvimos en nuestro lugar.

Steve nos miró con molestia.

-Atrás.

Dustin agarró su brazo y le miró a los ojos.

-Si tu mueres yo muero contigo.

Sonreí divertida al ver lo incómodo que se mostró Steve ante la muestra de afecto del niño.

Pero para mi desgracia se recuperó rápido y volvió a hacerme un gesto para que me alejara.

Con un gesto desafiante me acerqué todavía más a él y le sonreí.

-Si te piensas que me voy a hechar atrás es que no me conoces.

Steve frunció el ceño para luego ignorarme y proceder a abrir la caja.

Cuando la tapa salió no explotó nada, pero si pudimos ver unos tubos llenos de moco verde.

-¿Mierda verde? ¡¿Todo esto por ver mierda verde?!

Lily parecía enfadada, pero todo el mundo la ignoró, pues estábamos muy centrados en mirar la “mierda” verde como si fuera a hacer algo en cualquier momento.

-No sabemos lo que es, será mejor llevarnos una muestra y analizarla.

Asentí con la cabeza ante las palabras del niño y me di la vuelta para salir de aquí cuando me encontré con que las puertas estaban cerradas.

Dustin pulsó el botón para abrir pero nada pasó, yo me giré preocupada hacia Lily, pues ella tenía claustrofobia.

Dustin seguía pulsando el botón como loco pero nada ocurría

-¡Aprieta el maldito botón nerd!

Le gritó Erica, quien estaba al lado de Lily.

Me acerqué a mi hermana y tomé su mano, pues noté como empezaba a acelerarse su respiración.

-¡Eso es lo que estoy haciendo!

Erica y Dustin comenzaron a pelearse por el botón mientras que Steve intentaba calmarlos, yo por mi parte apretaba la mano de Lily, quien parecía cada vez más angustiada.

-¡Pulsa el botón Dustin!

Mi voz se alzó por encima de la del resto y el niño me miró un segundo antes de pulsar de nuevo el botón.

Pero esta vez si que funcionó.

Comenzamos a caer en hacia el suelo a toda velocidad.

Yo me agarré a la estantería con un brazo mientras que con otro apegué a Lily a mi, quien gritaba y lloraba.

También grité, pensando que íbamos a morir, hasta que nos detuvimos de golpe.

En vez de tomarme unos segundos para respirar bien como hacia el resto tomé a mi hermana de las manos, y miré a sus ojos al darme cuenta de que aún seguía llorando mientras respiraba con dificultad.

-Lily, respira conmigo, estás bien, no va a pasarte nada.

Comencé a hacer los ejercicios de respiración que toda mi familia tuvo que aprender para sus ataques.

Poco a poco mi hermana se calmó y pudo respirar bien, pero aún no dejaba de llorar.

-¿Puedo?

Asentí y me aparte para poder ver como Robin consolaba a mi hermana.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, y de repente me sentí extremadamente cansada.

Me senté en el suelo apoyando mi espalda contra la pared y cerré los ojos intentando tranquilizarme.

-¿Estás bien?

Abrí mis ojos y sonreí hacia Steve.

-Solo un poco cansada.

El chico asintió y se giró hacia Dustin, quien examinaba el lugar del botón.

-Por lo que más quieras no pulses el botón.

El niño me miró con una ceja alzada y yo alcé mis manos en señal de rendición.

-Estamos atrapados.

Rodé los ojos ante lo obvio.

-Creo que tendremos que pasar la noche aquí, mañana habrá más posibilidades de que alguien te conteste al walkie-talkie.

Dustin asintió dándome la razón y al igual que yo se recostó apoyado en la pared.

Unas horas después todos parecían haberse dormido, pero a pesar de lo cansada que estaba yo era incapaz de hacer tal cosa.

Estaba demasiado preocupada por cómo saldríamos de aquí, me aterraba morir aquí encerrada.

Miré como Robin dormía abrazando a Lily y me enternecí, esa chica será mi cuñada.

-Sam, ¿Estás despierta?

Me giré sorprendida hacia Steve, pensaba que él también dormía.

-Sí.

El chico se arrastró hacia mí y se colocó a mí lado.

-¿En qué piensas?

Suspiré frustrada y pude sentir como su brazo se deslizó por mis hombros, causando que destensara estos.

-Pienso en maneras de salir de aquí.

-Yo también.

Un silenció siguió a esos comentarios, pero no fue uno incómodo, simplemente ambos teníamos en lo que pensar.

-¿Tu hermana tiene esos ataques de ansiedad desde siempre?

-No.

Los recuerdos de ese día llegaron a mi cabeza como flashes.

-¿Fue por lo que pasó cuando nosotros entramos a primero?

Me giré a mirarle sorprendida.

-No pensé que te acordarías.

Steve se encogió de hombros.

-La mayoría de la gente lo ha hecho.

-Bueno, nunca tuvimos mucha información de lo que pasó.

Suspiré con tristeza.

-La gente no es muy tolerante con la gente diferente, mi hermana es lesbiana, y por ello ha sufrido bastante, pero lo peor fue lo que ocurrió esos días.

Steve asintió y me apretó con su brazo reconfortandome.

-Tu hermana es fuerte.

Solté una risa melancólica.

-Lo es. Esos cabrones la encerraron dos días en un armario de escobas y aún así a ella no le tiembla la voz al declarar su sexualidad.

Apoyé mi cabeza en su pecho.

-Tú también eres muy fuerte, creo que lo que más me gusta de ti es que no eres una princesa que necesita ser rescatada.

Cerré los ojos con tranquilidad, una paz que sólo Steve me daba.

-Sí, no soporto ni a los príncipes y a las princesas.

Y con eso Steve y yo nos quedamos dormidos. Sin sospechar que alguien más había escuchado nuestra conversación, y que, a medida que esta avanzaba, abrazaba con más fuerza a Lily.

Niñera (Steve Harrington) Onde histórias criam vida. Descubra agora