Capítulo 32

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-No, ni hablar.

Miré enfadada a Steve, mientras esté se cruzaba de brazos de mal humor.

-No te irás con ellos.

Alcé una ceja me crucé de brazos y le miré desafiante.

-¡La has cagado amigo!

La voz de Lucas sonó de tras de mi, pero fue rápidamente acallada por lo que sonó como una mano en su boca.

Consciente de que los niños nos escuchaban me abstuve de gritar.

-Mira Steve, agradezco que te preocupes por mi, pero puedo protegerme a mi y a los demás perfectamente sin ayuda. Además de que ni tú ni nadie puede prohibirme hacer lo que me de la gana.

El chico frente a mi pareció relajar su rostro, pero seguía preocupado.

-¿Y si te pasa algo?

Suspiré y sonreí levemente.

-Si algo tiene que pasar pasará, estés tú ahí o no. Además alguien tiene que cuidar de estos niños, mira como han acabado con los idiotas de Jonathan y Nancy.

-Hey.

Escuché la voz de la recién nombrada a mis espaldas.

-Tiene razón, habéis sido una mierda de niñeros.

Me defendió mi hermana.

-¡No necesitamos niñeros!

Reclamó molesto Mike.

Me giré mirando molesta hacia todos los presentes, incluidos los adultos, quienes estaban atentos a la conversación.

-¿No tenéis nada mejor que hacer que cotillear nuestra conversación? A lo vuestro.

***

Unos minutos después Steve, Robin, Lily, Dustin y Erica se preparaban para irse.

Me acerqué a mi hermana y a Robin con una pequeña sonrisa.

-Tener cuidado.

Lily me sonrió.

-Tú también, tienes que llegar viva a mañana para contarme como mierdas acabaste metida en esto.

Asentí con la cabeza sintiéndome nostálgica al pensar en cómo acabé en todo este lío.

Dustin me abrazó y yo correspondí.

-Yo los cuido.

Me dijo el ya no tan pequeño.

Sonreí y besé su mejilla.

-Confío en ti.

Me separé de él y me acerqué a Steve.

-Hasta dentro de un rato.

El chico sonrió y besó mi frente.

-Te besaría en los labios, pero el olor de mi aliento no a mejorado.

Solté una pequeña risa y observé como se iban en el coche.

Me giré entonces hacia los niños y me senté junto a Mike, quien tomaba la mano de Eleven.

Pasé mi mano por sus hombros y el apoyó su cabeza en el mío.

-Vais a estar bien.

El adolescente me sonrió triste.

Unos minutos después ayudé a Eleven a subir a la parte trasera del coche en el que nos iríamos al refugio.

Está vez me había armado con una palanca por si las moscas.

Me senté junto a Max, en la parte trasera del coche.

Nancy intentó arrancar el coche, pero no funcionó.

Ella, Jonathan y yo nos bajamos y subimos el capó.

-Mierda.

Dijo Jonathan al ver que habían arrancado un cable.

De repente unas luces se encendieron y nos giramos para encontrarnos a un Billy con mal aspecto mirándonos amenazador desde su coche.

Intercambié miradas con los otros dos, quienes al igual que yo parecieron alterarse, y de alguna manera llegamos a la misma conclusión.

-¿Retirada?

Pregunté mirándoles a ambos.

Nancy asintió y me dirigí a la parte de atrás del coche.

Ayudé a salir a Eleven y la coloqué en los brazos de Jonathan.

-Todos a dentro, rápido.

Cuando volvimos a entrar al centro comercial estaba realmente nerviosa, el plan había fallado y yo no hacía más que pensar en alternativas mientras que los niños intentaban pedir ayuda por el walkie-talkie.

Nancy cargó su pistola y Max la miró asustada.

-¿Vais a matarlo?

Un escalofrío recorrió mi espalda al pensar en ello.

A pesar de que Billy nunca fue amable conmigo no le deseaba la muerte.

Tomé la mano de Max con una sonrisa tranquilizadora, a pesar de que por dentro tenía casi tanto miedo como la menor.

-Nadie más va a morir hoy, solo ese bicho, y la pistola es para matarle a él.

Supe que la pelirroja no me había creído, pero ambas decidimos ignorada eso e intentar reconfortarnos la una a la otra.

-No podríamos usar ese.

Dijo Nancy rendida apuntando al coche que Eleven lanzó.

-No, pero solo necesitamos el cable.

Respondió su novio causando que esbozara una pequeña sonrisa, íbamos a salir de esta.

Me dirigí, al igual que todos menos Eleven hacia el coche para empujarlo y así poder levantar el capó.

-¡A la de tres! ¡Una, dos y tres!

Empecé a hacer fuerza, igual que el resto, pero fue inútil, ya que no pudimos moverlo.

-Puedo hacerlo.

Miré nerviosa a Eleven, la chica empezaba a sobrepasarse, acabaría desmayada si seguía así.

-¿Estás segura?

Pregunté preocupada.

Eleven asintió y todos dimos un paso para atrás.

La chica alzó su mano y gritó haciendo fuerza y consiguiendo mover el coche.

Me acerqué a ella y limpié el sudor de su frente con una sonrisa.

-Estoy muy orgullosa de ti, eres genial pequeña.

Eleven sonrió, aún débil y posó su mano en mi mejilla.

-Eres la mejor.

Besé su frente y me separé un poco de ella al ver a Mike acercarse.

Me coloqué junto a Jonathan y a Nancy, quienes acababan de sacar el cable.

Sonreí satisfecha hacia ellos y Nancy imitó mi gesto.

-Vamosnos de aquí de una puta vez.

Niñera (Steve Harrington) Where stories live. Discover now