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Alisé la falda del vestido. El mismo que mi madre había llevado en su graduación.
- Me recuerdas mucho a ella -dijo mi padre-, de hecho le pedí salir en el baile.
Sonreí. Lo cierto es que siempre me habían dicho que nos parecíamos tanto física como psíquicamente. Y eso era algo de lo que yo estaba muy orgullosa.
Pero entonces recordé lo absurdo que parecería llegar sola al baile sin ningún acompañante, como el resto de mis amigos.
A ver, no era que nadie quisiera ir conmigo, sino porque al principio yo no tenía la más mínima intención de ir, pero en cuanto vi el terciopelo azul de aquel vestido decidí ir, aunque sólo fuera por amor hacia mi madre.
(...)
La música era lenta, y las chicas populares de mi curso, como no, bailaban con los chicos más guapos.
Los demás, estaban bailando solos, o sentados en un rincón observando con tristeza cómo los demás tenían un amor correspondido.
Busqué a mis amigas con la mirada, y para mi sorpresa, tres de ellas miraban fijamente como una, mi mejor amiga Tammy, bailaba con aquel chico del que nos había hablado en las últimas semanas.
Yo también la contemplé desde la distancia, mirándola como si fuera su hermana mayor, o algo por el estilo. Entonces, Wyatt, el cual pensé que jamás volvería a hablarme, se acercó y acarició una parte de mi vestido.
- Me gusta -dijo.
- Gracias.
Intenté no mantener mucho contacto visual, porque desde que le dije lo que sentía hacía tres años, no volví a mantener una conversación con él.
- ¿Por qué huíste? -preguntó suavemente.
Cuando me declaré, le dejé con la palabra en la boca, eso sí.
- ¿Para que me rompieras el corazón? No, gracias, tu mirada lo dijo todo.
- Mi mirada... -susurró- Me gustabas.
Me encogí de hombros sin creer del todo sus palabras, y me fui con las chicas. Una vez más, sin dejarle terminar.
Narra Wyatt
Justo cuando se fue comenzó a sonar una canción lenta, como si hubiese estado programada para ese momento. Lo cual no ayudó para nada en lo que estaba experimentando.
Siguen pasando los años y aún la recuerdo, con ese vestido, mirándome como si fuera una aparición, con la boca entreabierta intentando decir algo, o esperando a que yo hablara. Tan delicada como siempre.
Jamás podré borrar esa imagen de mi cabeza. Tuve dos ocasiones en total, pero en ninguna pude decirle lo mucho que la amaba.
Sigo recordando a _____ de la misma manera, con mucho cariño. Posiblemente ella habrá encontrado el amor con algún hombre, o quizás esté bailando con su mágico terciopelo, el que llevaba cuando comprendí que realmente me gustaba.
