INTRODUCCIÓN

27.5K 4.2K 1.3K
                                    

La primera vez que Taehyung supo como se sentía ser abandonado, fue cuando tenía siete años. Su padre había metido todas sus pertenencias en la maleta y le dió un beso en la mejilla, diciéndole que su mamá no era suficiente, que siempre lo amaría y visitaría cada domingo.

Pero no lo hizo. No volvió a verlo.

La segunda vez, acababa de cumplir doce años, cuando después de un largo día de trabajo, su madre se recostó a dormir unos minutos antes de preparar la cena, demasiado cansada y agotada. Taehyung siempre fue un niño obediente, así que ignoró el hambre que sentía y se sentó a lado de ella, esperándola. No le gustaba ver a su mamá con ojos tristes.

Diez minutos, Tae... — Dijo en un murmuró.

Pero Taehyung supo que esos diez minutos se volverían interminables cuando la ambulancia se estaciono frente a su casa, después de haberle dicho a la vecina que mamá no quería despertar de su siesta.

La tercera vez, era un adolescente en todas las letras, el orfanato al que iba pagaba su barata colegiatura de la preparatoria después de ganar una beca. Su único y mejor amigo se llamaba Mark, lo había conocido en ese mismo orfanato y los dos asistían a clases juntos. Taehyung lo quería como un hermano, siempre las travesuras eran increíbles con el.

Entonces una pareja adoptó a Mark, y como una jugada cruel del destino, se quedó solo.

Hasta ese punto, después de lograr graduarse de preparatoria a duras apenas, Taehyung ya se había mentalizado que las personas a su alrededor siempre le abandonarían incluso si no quisieran. Así que se hizo una promesa a si mismo, en el pequeño y sucio apartamento en el que vivía y compartía mientras se abrazaba, con los ojos hinchados de tanto llorar después de preguntarse por que nadie lo quería, por qué todos lo dejaban.

Era un chico abandonado y triste, no fue sorprendente.

No volvería a querer. A nadie. Amor, cariño, amistad. Nada. Bonitas emociones que se negó a si mismo, por miedo a quedar destrozado una vez más y no volver a recuperarse.

Durante tres largos y tediosos años donde su existencia se basaba en trabajar y dormir, su promesa se mantuvo firme, irrompible. Una promesa que lo mantuvo aislado, negando invitaciones, conviviendo con nada más que compañeros de trabajo y clientes. Una relación que mantuvo estrictamente de trabajo, convenciendo a su corazón de que eso era lo correcto, por más que este anhelaba un poco de cariño.

Nadie lo lastimaría, y sus sentimientos estarían intactos.

Pero era un humano viviendo en un mundo indescifrable. Y en esa vida, siempre existía un pero.

El había aparecido de sorpresa en un día monótono. Sin nombre, ni apellido. Contra su voluntad, el corazón de Taehyung había empezado a palpitar con una emoción extraña, casi olvidada. Su respiración se aceleró en cuanto lo vió entrar ahí, una pequeña cafetería sencilla en la que trabaja como cajero.

Era alto, mandíbula afilada, y una mirada hipnotizante que complementaban su increíble atractivo. Su cuerpo era un paraíso visual. Lo primero que pensó Taehyung detrás de la barra que los separaba, fue que era un ser de otro mundo. No era humano, un humano jamás se vería de esa forma tan maravillosa. Era imposible desviar la mirada ante su imponente presencia.

Nadie tuvo que preguntar para saber lo que era. Sus enormes alas blancas con algunas plumas doradas que abarcaban un tercio del local ayudaba a reconocerlo.

Un ángel.

Los ángeles, seres que dominaban silenciosamente las ciudades. Aquellos seres que, para los humanos religiosos, eran protectores de la tierra, mandados por Dios, y para otros, una especie de ser vivo más que tenían un gran poder sobre ellos. Pocas veces eran vistos, y cuando pasaba, casi siempre, era por los cielos, entre las nubes. Los ángeles eran hermosos, con auras poderosas, divinos y fuertes.

El Corazón del Arcángel [KOOKV] Where stories live. Discover now