19. Fiesta.

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Narrador.

El Viernes de la famosa fiesta había llegado.

Habían pasado dos días desde que Andrés había llegado. Andrés se estaba quedando en la casa de la tía de Joaquín en la habitación de huéspedes.

En el transcurso de la mañana en lo que Joaquin estaba en la escuela, Andrés aprovechaba para salir a algún centro comercial o a cualquier lugar simplemente para hacer tiempo en lo que su Joaco llegaba a casa.

Por su lado, Joaquín se encontraba tan confundido.

La llegada de Andrés y lo que había pasado con Emilio, lo tenía mal.
Sentía que se estaba equivocando en tantas cosas.

Se sentía mal por Andrés y por estarle ocultando el hecho de que su verdadero amor era Emilio. Y por otro lado sentía toda una mezcla de sentimientos al ver lo mal que se miraba Emilio.

Emilio tenía dos días llegando a la escuela con un aspecto tan mal.

El chico era guapo, eso ni cómo negarlo. Pero el cansancio, el insomnio, sus ojeras prominentes, y sus ojitos hinchados, se notaban mucho.

Y verlo así, hacía qué le doliera el corazón a Joaquín de una manera horrible.

Por el otro lado, Emilio se sentía con el corazón roto. Dolido. Arrepentido pero sobre todo, lleno de miedo.

Miedo de darse cuenta que había perdido a su Joaquín para siempre. Miedo de que su papá se llegara a enterar de lo que verdaderamente estaba sintiendo.

Miedo de que Joaquín nunca se llegara a enterar del amor tan Grande que Emilio le tenia.

O miedo a que en el momento en que Joaquín se enterara de lo que verdaderamente sentía Emilio, fuera muy tarde o no sirviera de nada y Joaquín prefiriera quedarse con Andrés.

Muy cobarde, cierto.

Pero, claro que le iba a costar a Emilio. Claro que le iba a costar ser sincero con sus sentimientos y decirle la verdad a Joaquín. Claro que le costaría.

O quien sabe. Puede que en la famosa fiesta de ese Viernes, las cosas dieran un giro inesperado.

Emilio.

- Por favor, pro..me..teme que no me vas a olvidar -comenzó a llorar.

- Te lo prometo Joaco -dije serio- eres lo más bonito de este mundo.

Se acercó a mi y me abrazó. Y fue ahí donde aproveché para dejar algo en su chamarra.

- Emilio, es hora. -dijo papá.

Joaquín me abrazo aún más fuerte.

- Te quiero tanto Joaquín. -dije.

- Y yo a ti, bonito. -dijo.

- Ya es hora Emilio. -dijo papá y sentí como nos separó- Súbete ya al carro. -dijo molesto.

Pude darme cuenta del dolor que Joaquín estaba experimentando en ese momento.

Mamá le dio un último abrazo a Joaquín , y me ayudó a subir al carro.

- Te voy a extrañar -dije y el auto comenzó a avanzar.

En ese momento, sentí el dolor más grande. Ver cómo me separaban de mi niño, dolía.

- ¡Por favor no sé lo lleve! -gritaba con todas sus fuerzas viendo cómo me alejaba. - ¡Es mi mejor amigo! - volvió a gritar con sus mejillas empapadas en lágrimas.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora