29 💜 Mery 💜 Volverlo a ver

1K 70 3
                                    

Sergio había venido a pasar unos días conmigo. Días en los que me desahogué, días en los que volví a llorar y días en los que salimos junto a José Miguel. Sergio flipó por la relación que teníamos en ese momento, una relación que no tenía nada que ver con lo que le conté en el pasado. Sergio fue testigo de las noches de desenfreno de aquel chico desmadrado.

El último fin de semana lo dejamos para nosotros solos, para tomar algo relajadamente en un bar cerca de la playa. Octubre había llegado para traer el frio de golpe, para disfrutar de un chocolate caliente junto a mi mejor amigo.

—Deja ya de pensar en él, no lo merece.

—Lo sé —contesté deprimida mientras le daba vueltas con la cucharilla a mi chocolate.

—Se ha portado fatal contigo, debió decírtelo antes. No sé ni cómo pudo acostarse contigo sabiéndolo. Es un cínico, entérate de una vez que para él no fuiste importante.

—¿Sabes qué así no eres de ayuda? —Contesté molesta— Se supone que el mejor amigo está para dar ánimos, no para que me hundas en la miseria.

Sergio podía ser el mejor apoyo en un mal momento pero también podía llegar a ser cargante y muy pesimista.
Sabía que tan solo quería hacerme reaccionar, hacerme ver que tan solo jugó conmigo y que debía olvidarlo. Pero no podía, no había pasado un solo día sin acordarme de él.
Quería hacerlo, de verdad que quería, necesitaba olvidarme de él, de la traición hacia Gonzalo por haberme acostado con él.

—Hola —dijo alguien a mi espalda—. ¿Puedo sentarme con vosotros?

Me giré y vi a Elena mirándome a mí y después a mi acompañante.

—Hola Elena —respondí dudosa a la vez que me levantaba para saludarla —él es Sergio.

—Encantada —contestó ella saludando también.

Sergio me miraba sin entender quién era esa chica, si conocía a Isabella o a Mery, si sabía la verdad o no.

—¿De qué os conocéis? —Preguntó Sergio, queriendo salir de dudas lo antes posible, una vez que nos sentamos a la mesa.

—Nos conocimos hace poco, pero creo que podríamos ser buenas amigas —contestó Elena mirándome con comprensión.

—Es la novia de un amigo de Álex —declaré.

—Ya voy formando el puzle —dijo Sergio mirándome con el ceño fruncido.

—Me gustaría poder hablar contigo tranquilamente —informó ella.

—Sergio es como mi hermano, lo sabe todo.

—Si vienes a convencerla para que lo perdone..., lo tienes claro. El tipo ese, se pasó dos pueblos, no se merece ni que lo mire a la cara.

—Lo sé, pero tiene una explicación. No quiero justificar nada, pero puedo entenderlo...

—¿Puedes entender que la mintiera de aquella manera? ¿Que la enamorara para romperla de nuevo? ¿Me estás diciendo que todo esto tiene una explicación? —Preguntó mi amigo algo alterado.— Si piensas que voy a dejar que le comas la cabeza a Mery lo tienes claro.

—Sergio por favor, soy mayorcita y que yo sepa tengo boca para poder hablar.

—Si cariño, pero el ser racional no va contigo, alguien tiene que dar la cara por ti.

—Que yo sepa la que se va a casar es ella ¿no? —Recriminó Elena—, pero no he venido aquí para echar en cara nada. Yo solo quiero hablar contigo —. Y esa vez se refirió a mí. ¿Me dejáis que me explique?

—Prefiero no saberlo —negué—. He decidido olvidarme de él.

—Él lo pasó mal, muy mal. Solo quiero que lo entiendas. Si luego sigues queriendo echarlo de tu vida, no te lo volveré a nombrar.

Línea ContinuaWhere stories live. Discover now