l » Maestro en seducción.

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—¿Lo harías?— Pregunto él, mirándola directo a sus oscuros ojos.

—No— Negó ella —No me dejaría vender por tu asquerosa fortuna— Respondió con desprecio mientras se cruzaba de brazos. Él río cínicamente.

—Vamos Broke, ¿no lo harías ni siquiera por Carrie?— Preguntó refiriéndose a su hermana muerta. Ella puso su peor cara. Michael sabía perfectamente que él no debía mencionar sobre su hermana; a la cual utilizó, sedujo y la dejó como si de un muñeco de trapo se tratase, provocando su muerte instantánea.

—Cierra tu maldita boca— Dijo seria, el sonrío de costado burlonamente. Sus ojos verdosos se movían de arriba abajo, escaneando cada detalle del cuerpo de Broke, algo que a ella no le resulto muy agradable.

—Oh vamos cariño— Dijo él mientras se servía un poco de whiskey —Se que lo quieres— Dijo mientras acercaba el vaso a sus labios. Bebió un poco y luego se acercó a ella, un gran acercamiento que los dejo frente a frente. —Sé que lo deseas tanto como yo— Dijo relamiendo sus labios de una manera provocadora.

—No, no quiero nada de ti— Dijo empujando su cuerpo lejos de él. Tomó su cartera en sus manos y se dirigió a la puerta. La abrió, pero cuando parecía que justo iba a irse, giro sobre sus talones y miró directamente a los ojos al chico de cabello colorido —Cerdo asqueroso— Sentenció con odio y repulsión.
Se retiro de la sala de la casa de Clifford hecha una fiera, odiaba que Michael le tratara de seducir.  

Broke Ronan tenía un solo objetivo, destruir a Michael Gordon Clifford. Él había seducido, enamorado, utilizado y dejado a Carrie, su hermana melliza. Caroline Ronan, la preferida de la familia, la mejor, la más hermosa, de cabellera negra y ojos azules. Carrie era la más popular, la más querida, la perfecta de las dos, la chica de cualquier sueño adolescente. Mientras que Broke, era la antisocial, la aburrida, la de mejores calificaciones, la menos mencionada, la amargada, la apartada.

Pero algo era seguro, Broke amaba a Carrie, con todo su corazón. Aunque llego a tenerle un poco de envidia, pero Broke era la que la apoyaba, le secaba las lágrimas y le pegaba los pedacitos de su corazón que caían al piso. 
Carrie había conocido a Michael en una fiesta, algo típico de ella, conocer a sus novios en fiestas, y habían salido por alrededor de 2 semanas. Al poco tiempo, comenzaron una relación. A Broke no le agradaba para nada Michael, siempre lo pillaba coqueteando con una camarera o con cualquier chica que encontrase en su camino. Pero Caroline se obsesiono con este él, apenas empezaron a salir juntos. Broke no decía nada a su hermana, no quería lastimarla y menos que sepa que ella y su novio tuvieron una pequeña aventura mientras que su hermana iba a trabajar. Pues fue culpa de Mike, él la sedujo.

Broke llego a su casa, se sentía cansada de tener que lidiar con su ex cuñado. Después de tomar una ducha, se sentó a ver televisión y paso por un canal de chismes; en el cual no dejaron de hablar ni un solo segundo de Michael. Rumoreaban sobre un supuesto romance entre él y una mujer experimentada, con varios años encima, llamada Laureen Marling, lo cual para Broke no era muy agradable de ver, así que resignada, apagó el televisor.

Después de una agotadora mañana, a la tarde fue de compras; compras lujosas con el dinero que su hermana le dejo, solo usaría la mitad y la otra la daría a una organización caritativa; no le gustaba usar dinero y menos si es ajeno. ¿Pero porque no darse el gusto? Pensó ella mientras entretenidamente miraba los vestidos hermosos y caros. Pero claro, ella se daría el gusto, se lo merecía después de tanto soportar a Michael como si fuese ella su pareja. 

"Tu eres solo mía." Recordó ella con escalofríos, las palabras de su ex cuñado. Con tan solo recordarlo se estremeció. Sacudió su cabeza tratando de olvidar sus palabras y siguió paseando por ese largo pasillo de vestidos. 

—Vamos ya, elige uno— Decía esta voz conocida.

—Cariño, es muy difícil— Dijo una voz chillona que aturdió los oídos de Broke.

—No es tan difícil para ti utilizar mi dinero ¿no?— Preguntó esta voz que inundo los oídos de Broke.

—Exacto— Dijo esta voz intentando ser sensual, pero fue fallido.

Broke para alejarse intento retroceder, pero se tropezó de espalda con un hierro que colgaba un vestido.

—Carajo, carajo, carajo— Repetía con dolor, estas dos personas que estaban conversando se acercaron a ella. Esa mujer; Laureen la miro extrañada, mientras que Michael quería aguantar una carcajada por la torpeza de su ex cuñada.

—Ten más cuidado niña— Dijo Laureen para luego irse a ver otros vestidos, pero él se quedo allí, inmóvil y mirándola.

—¿Te quedaras allí parado como idiota sin ayudarme?— Preguntó ella aun en el piso, él la miro, la recorrió con la mirada; se veía más hermosa que en la mañana.

 —Si te ayudo sé que no me resistiré a hacer lo prohibido— Dijo aun mirándola, ella se levantó sola entendiendo perfectamente el mensaje que le había mandado Clifford, pero tenía un dolor tremendo en la espalda.

 —Deja de decir estupideces— Dijo y de repente vio un hermoso vestido Turquesa, ella lo agarro y sonrío ilusionada, pero al ver el precio se le borro la sonrisa, lo volvió a dejar allí en su lugar.

—¿Por qué no lo llevas? — Preguntó él tomando el vestido, poniéndoselo enfrente de su cuerpo y obligándola a verse al espejo, haciéndole saber que se veía hermosa en ese vestido. —Te queda perfecto— le susurro en el oído.

—La perfección no existe— Dijo Broke, Michael sonrío y la giro hacia a él.

—En ti si existe— Murmuro sugestivamente. La atrapo entre sus brazos y la empezó a besar con lujuria, ella intento impedirlo, pero ya era demasiado tarde, aparte de que ella muy al fondo lo deseaba tanto como él.  Michael la metió en el probador y ocurrió de nuevo lo "prohibido".

Fleeting Life | O.S | M.C [A.U]Where stories live. Discover now