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Unas horas más tarde...

Después de clases, Haechan salió de la universidad con su pesada mochila sobre su espalda. Había acordado reunirse con Joy en una cafetería cercana a su casa.

No estaba seguro de cuál sería la reacción de los héroes al ver a un humano común y corriente dentro de su organización, pero si "Mirrow Boy" había pedido de su presencia para aquel importante trabajo, es porque aparentemente lo consideraban como una persona de gran utilidad.

Y cómo decir lo contrario, si el de tez morena siempre se había destacado en todas las escuelas e instituciones educativas en donde se había presentado para recibir las clases. De hecho, fue gracias a su alto promedio que le permitieron ingresar a la universidad en donde actualmente asistía los cinco días a la semana.

Volvió a su realidad cuando vió que el autobús en el que viajaba se detuvo en su parada, por lo que sin pensarlo dos veces abandonó el transporte para todo público. No le tomó mucho tiempo llegar a la entrada de su hogar, aunque claramente no deseaba volver a estar allí.

Inclusive, ya estaba considerando la opción de buscar un trabajo de tiempo completo y mudarse del hogar que tenía consigo tantos recuerdos llenos de alegría que fueron desapareciendo lentamente hasta que se esfumó completamente con la repentina e inesperada muerte de su madre.

Las lágrimas estuvieron a punto de liberarse, de no haber sido que Donghyuck volvió por segunda vez a su realidad. Debía apresurarse, ya que seguramente Joy lo estaba esperando así se llenó de valor e ingresó a la casa.

--He vuelto...-- susurró Haechan, mientras observaba de reojo la casa. Como siempre, estaba toda tirada por culpa de su padre quién dormía plácidamente en el sofá. Supuso también que éste no tenía que ir a trabajar ese día, por lo que se había dispuesto a alimentar su vicio.

--Parece que tendré que limpiar un poco después de venir..-- se dijo Donghyuck, para sí mismo para luego encaminarse hacía su habitación. Cuando ya estuvo allí dejó su mochila sobre una pequeña mesita y tomó un poco de dinero de sus ahorros por si acaso.

Cuando ya estuvo listo, se dirigió hacía la salida para irse del sitio, cosa que estuvo a punto de lograr de no haber sido por un grito de su padre, que le interrumpió.

--¡HEY! ¡DONGHYUCK!-- llamó su padre entre gritos, mientras que se ponía del pié. Por su estado, se pudo dar de cuenta de que estaba borracho (otra vez).

--¿Q-Qué sucede papá?-- preguntó el menor, mientras jugaba nerviosamente con sus manos.

--¿Vas a volver a salir de la casa como la puta que eres?... Tú labor es estar aquí para complacer y darle a tú padre lo que desea... Y últimamente, debo admitir que te ves muy bien-- dijo el hombre, mientras se acercaba hacía el menor quién al verlo acortar la distancia; se alteró.

--¡A-Aléjate!-- pidió el menor, mientras empezaba a temblar. Sabía claramente las intenciones que tenía su padre para con él y no iba a permitir que cumpliera con su objetivo.

Así que cuándo éste empezó a tocarlo (y a golpearlo en una que otra ocasión cuando el menor ponía resistencia), el de tez morena le dió una patada en su parte baja, lo que causó que cayera al suelo; adolorido.

--¡E-ERES UN IDIOTA!-- le gritó el chico de piel bronceada con las lágrimas brotando de sus ojos al contrario, quién lo miraba con rabia desde el suelo.

--Tú ya no eres mi hijo...-- susurró el asqueroso hombre; furioso. Mientras observaba fijamente como el menor salía corriendo y se perdía entre las densas calles de la ciudad.

El chico corría tan velozmente que ni siquiera le importaba si se tropezaba o se golpeaba con algunas personas. Fue tanta su prisa, que ni siquiera se había percatado de que ya había llegado a la cafetería, en donde se encontraba la hermosa dama sentada afuera del local.

SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌 Where stories live. Discover now