Tres

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Al escuchar el timbre, quito su bata de pintar para poder desarrugar su vestido rojo y poner su largo cabello negro hacia atrás para bajar a la cena que tenían esa noche los Black con Adam ... desde el último suceso no dejó en paz a Scott para saber que traía entre manos así que este lo invito a cenar para que Alessia estuviera más tranquila.

— Adam adelante — Scott se quitó de la puerta

Este gesto hizo que Adam tuviera en línea de visión a la perfecta esposa de su hematólogo de cabecera.

— Adam, es un gusto tenerte aquí — sonrío al llegar al último escalón — espero que sea de tu agrado nuestro lúgubre hogar

— es ... acogedor — mustio — supongo que debo de dar las gracias por la invitación

— Sia no paraba de preguntar qué tramábamos tú y yo — explicó Scott — así que no tuve más alternativa que lo viera por sus propios ojos

Alessia levantó uno de sus hombros para quitarle importancia a la situación, en seguida el Dr. Black hizo que su esposa acompañara al invitado al comedor mientras él sacaba la cena.

— ¿qué es esto rojo? — olió de más cerca la cena — huele extraño

— ah lo siento cariño, ese plato es para Adam ... es especial de su país — mintió

— vale — frunció el ceño

Después de una cena bastante incómoda para todos los presentes, por fortuna o desgracia el móvil de Scott sonó.

— tengo que ir un momento al hospital pero regreso en 1 hora, ustedes sigan conversando

Se levantó con rapidez pero no sin antes darle una mirada de amenaza a su "amigo" lo que significaba "no hables del trato".








Alessia fue a buscar café para ambos y en cuanto regresó vio como la mirada de Adam estaba fija en un cuadro que había pintado hace tiempo de sus abuelos.

— mis abuelos, nunca los conocí — dijo ella cuando estuvo a su lado

— ¿fotografía? — cuestionó refiriéndose a de dónde había sacado la imagen

— no, un día soñé con ellos... — suspiró — solo supe que eran ellos

Adam frunció el ceño.

— lo se, parece algo estupido pero — intercaló su mirada entre su obra y su vecino — algo me dijo que en definitiva eran mis abuelos, aunque aún no descubro de quienes fueron padres

— ¿no se parecen a los tuyos?— los ojos se encontraron

— no, eso es extraño, aparte ninguno de los dos me pudo decir nada al respecto - bajo la mirada apenada

— ¿por qué? — cuestionó sin darse cuenta

— murieron hace un par de años, este sueño fue justo después de eso — la voz se le entre corto

— lo siento ...

La mano de Adam viajó al hombro de Alessia, era la primera vez que tenían contacto el uno con el otro, a los dos les pareció que una especie de corriente pasaba por su cuerpo.

— no tienes que — Sia se movió un poco

— entonces ¿todos los cuadros de aquí son tuyos? — quiso quitar la incomodidad

— si, ¿quieres ver más?

Alessia jamás se había animado a hacer alguna exposición, simplemente pintaba porque le gustaba hacerlo, se sentía bien con ello, algunos amigos de Scott le habían comprado algunas piezas por bastante dinero y la animaban pero ella prefería estar sola con sus lienzos.

Pocas personas subían a su estudio pero Adam era privilegiado.

— ¡este es fantástico! — dijo él alzando un cuadro

— ¿en serio? — le sonrío — la noche me parece cautivante

"como tú" susurro casi para él

— no creo que sea tan cautivante como ella — sus mejillas casi transparentes se enrojecieron — pero gracias

Adam deslizo su cuerpo por la habitación, en efecto la noche, la luna y las estrellas eran su mayor inspiración hasta que encontró algo que desencajó totalmente la cara del hombre.

— ¡sangre! — dijo maravillado

— ¿eso es lo que ves? — sonó un tanto divertida

— si, ¿no es así? — quito la mirada del cuadro para regalársela a ella

— si, lo es, solo que eres el primero que lo ve así — se acercó a él — Scott lo ve como una copa de vino

— me agrada más este — contemplo de nuevo la obra

— es tuya — dijo sin pensar

Alessia pocas veces dejaba sus obras en manos de personas que apenas conocía, Adam era amigo de Scott pero en realidad esta era la primera vez que entablaban una relación más allá de 2 segundos de charla.

Adam abrió los ojos sorprendido, intercalaba la mirada entre las dos piezas de arte, Alessia y la sangre.

— llévatelo o me voy a arrepentir — le sonrío






Adam volvió a su hogar, con cuadro en mano, lo posicionó en un lugar donde pudiera observarlo todas las noches, conectó una de sus guitarras para poder tocar algo que lo hacía relajar, Scott llamó para decir que tardaría mucho más así que no quiso incomodar del todo a Alessia, aparte su aroma estaba haciéndolo enloquecer.

Una media hora después de haber comenzado a tocar dirigió su fría mirada a la ventana, la vio acomodándose la bata, alzando ese largo cabello en una coleta, ella también le parecía bastante atrayente, no como esos zombies comunes, tenía algo que hacía volverse loco.

— ¿por qué no te das cuenta de que eres diferente al resto? — dijo para él mismo

Al terminar de cuestionárselo Alessia volteó a verlo con la cara desencajada, en su largo cuello vio como la saliva de esta pasó, negó un par de veces y sólo sonrío un tanto incómoda para proseguir a su tarea.

Era posible ¿ella escuchaba las cosas que él pensaba? Ese susurro que era casi imperceptible ella no había notado tan claro como el agua.






— ¿duermes tan temprano? — los brazos de Scott la rodearon

— no estaba tan inspirada para seguir pintando — susurro

— ¿todo bien con Adam? — cuestionó para indagar un poco más

— si, todo bien con él— volteo su cuerpo para quedar frente a frente — ¿crees que yo soy un tanto extraña?

— eres perfecta ¿qué dices? — acarició la mejilla de esta

— en serio Black — su semblante era serio

— no, me espanta eso qué haces cuando alguien susurra cosas — subió una de sus cejas — tienes un oído biónico o algo parecido

— supongo que será eso — beso a su esposo

Se abrazó a él para poder descansar, no estaba tan bien emocionalmente y lo único que quería era dormir.

Come with meOù les histoires vivent. Découvrez maintenant