Diecinueve

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Alessia no había dicho palabra del sueño, no pensaba que fuera necesario ya que había tomado la decisión, no volvería a indagar nada respecto a su pasado, no quería traer cosas que habían quedado ahí... ¿para que remover?

Adam no era nada tonto y los años le habían hecho ser un poco más perspicaz en cuanto a las cosas que sucedían al rededor de él, notaba a Alessia un tanto nerviosa, distante y ya no hablaba de nada respecto a "la misión" que los había llevado hasta el otro lado del mundo.

Solo había una de la cual ninguno de los dos se podía arrepentir y eso era que por fin habían decidido estar juntos, como pareja, con todo lo que conlleva ser "novia" de un vampiro.

— ¿segura que quieres hacer esto? — dijo Adam delante de un pequeño lago, sostenía la mano de Sia — me refiero es bonito aunque los recuerdos que te produce no lo sean

— ¡quiero hacerlo! — dijo ella determinada — no tiene ya ningún significado para mi y podría venderlo pero creo que no es manera

— aventarlo a un lago ¿si?

— quizás si... estoy contaminando el mundo lo sé pero es que es más fácil que jamás lo vuelva a ver de esta forma

— es tu decisión Sia, así que adelante

Retrocedió unos pasos para que ella hiciera esto sola, quito el anillo que aún portaba en su mano, lo miro y recordó las cosas que había vivido con Scott, buenas o malas lo que fuera, se dio valor y lo arrojó hacia el lago.

— ¡listo! — dijo en voz alta — adiós Scott ...

— todo va a estar mejor ahora — sintió las manos de Adam rodearla — te concentras en lo que deseas y ya está

— ¿vamos a dar un paseo? — cuestionó Alessia evitando lo anterior — por el pueblo

— ¿quieres pasear por el pueblo?

— si, si ... recuerdo que había un parque o algo parecido en una calle — dijo emocionada — ¿sabes cuánto tiempo tiene que no voy a subirme a una resbaladilla o un columpio?

— yo creo que nunca lo he hecho — intento recordar Adam — quizás cuando niño

— ¡señor! Usted tiene 500 años de vida y ¿nunca te subiste a eso? — dijo incrédula — ahora mismo solucionamos ese problema

— no creo que sea un gran problema la verdad

— Adam... para mi eso es un problema, desde ahora vas a conocer a la verdadera Alessia

Le sonrió para ver si tenía una respuesta igual, el gesto de la boca no cambió pero noto que en sus ojos existía ternura, se lanzó a él para poder besarlo y ahí fue cuando noto que sonrió, ligeramente pero lo hizo.










Iban tomados de la mano, ya era bastante tarde y todos estaban en su casa.

— ¿segura de que es por aquí? — le cuestionó el pelinegro — creo que ya nos perdimos

— ¿quien conoce estas calles? ¿Tú o yo?

— ninguno de los dos — esto hizo reír a Sia — acéptalo tienes tiempo sin venir y ya no recuerdas varias cosas

— te recuerdo que el anciano acá eres tú

Adam soltó la mano de Alessia, cruzó de brazos mientras fingía indignación.

— sabes que soy más ágil que tú

— ¿quien dice eso, Adam? ¿Tú? — dijo Alessia — vas a morder polvo

— ya veremos, anda te doy unos segundos de ventaja

Alessia entrecerró los ojos, negó pero aceptó el reto, Adam se puso más serio aún cuando vio que ella no corrió recto sino zigzagueó entre las calles, maldijo por lo bajo e intentó seguirla, la vio entrar a un callejón, estos tenían pocas veces salidas por el otro lado así que no dudo en ir hasta allí para encontrar a la chica atrapada.

Ella entró al callejón y se alegró que tuviera salida por el otro lado, en esta ocasión si corrió recto hasta que sus piernas comenzaron a flaquear, se encontraba en una esquina bastante lejos del centro del pueblo cuando una casa en ruinas llamó la atención de la pelinegra.

Era una casa bastante vieja, se caía a pedazos y podías ver su interior con tan solo acercarte, como si fuera un iman atrajo a Alessia hasta llegar a pocos pasos de la puerta, no entro, se congeló cuando vio que alguien vivía ahí.

— Alessia, estás acá — dijo Adam acercándose a la chica — ¿que ves? ¿Sia?

La chica estaba más pálida de lo que podía estar, señalaba hacia la casa con la mano temblorosa.

— ella — dejó salir con casi nada de aliento

— ¿ella que? — cuestionó Adam — ¿la conoces?

— es ... no se, no creo — volteo a ver a Adam con la cara desencajada — no tengo idea quién sea ella pero está afectando muchas cosas en mi

— ella huele como tú

— ¿que? — Alessia abrió los ojos — ¿huele como yo?

— si, no es humana, no es como los zombies del pueblo, ella no es ... ella es como tú

La chica se quedó unos segundos pensando, acercarse no era la primera opción que se le cruzó por la mente pero necesitaba saber a qué se refería Adam con que esa mujer era como ella, aparte ella que se supone que era sino un "zombie".

— voy a entrar — con la misma inexpresion dirigió sus pasos a la casa en ruinas

— no, no ... ¿que se supone que vas a hacer?

— voy a entrar y a saber porque me llama tanto la atención esa mujer y está casa en general — sin despegar la vista de la misma — quiero saber qué pasa, ella sabe algo

— Alessia por favor no entres ahí ¿si?

— solo serán unos segundos, pregunto que porque vive así y ya está no vuelvo a pararme por ahí

Se acercó hasta donde debería estar la puerta, solo había un pedazo de madera recargado en lo que hacía el marco de esta, la persona que vivía ahí parecía no tener tanta edad pero se movía como si fuera mucho mayor, el cabello de dividía casi por igual, canas y un negro más opaco, Alessia entró quitando el pedazo de madera.

— ¡buenas noches! — dijo bajito, no quería asustar a la señora

— buenas noches mi niña — la mujer sonrió con un toque de ternura hacia la pelinegra

En cuanto hicieron contacto visual y la mujer soltó aquellas palabras, la piel se le erizó, la sangre se volvió fría y sintió que se iba a desmayar.

— te estuve esperando por mucho tiempo

Come with meTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang