Ocho

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La inspiración se había esfumado... Alessia llevaba días sin pintar, se sentaba en su banco delante de su lienzo pero no llegaba a tener nada, la vida en el día le había arrebatado esas noches mágicas, las estrellas, su luna ... esta noche Scott tenía guardia así que podría intentar hacer lo que más le gustaba.

Se paró enfrente del lienzo intentando imaginar que era lo que podía pintar pero nada le venía a la mente, suspiró frustrada pero recordó su sueño, a que se refería con "mis orígenes" pensó, busco con rapidez su ordenador para averiguar algo más, se sentó en un pequeño banco que daba justo a la ventana, su primer intento fue buscar Gdansk, Polonia pero lo único que encontraba eran viajes y turismo, rodó los ojos cansada, buscó su apellido Niemec, muchos resultados de personas en redes sociales con el mismo apellido, los nombres de sus padres fueron la solución, casi nada, su padre había sido contador y su madre enfermera.

Bufo un poco frustrada, no quería regresar a Polonia sola, solo había ido un par de veces con sus padres y ahora que estaba sola los recuerdos invadirían su mente.

"¿Qué buscas con tanto esmero?" Escucho en su cabeza lo que hizo voltear instintivamente hacia la casa de Adam, sonrió ya que a él parecía agradarle su "talento".

Busco un papel y escribió lo que estaba haciendo en ese mismo instante, lo pego a la ventana con una ceja levantada.

"Soy vampiro, no tengo visión a largo alcance Alessia" esto la hizo reír, hizo una mueca y levantó sus hombros un tanto resignada. "¿Puedo ir?" Ella solo asintió y el corazón le comenzó a acelerar; dos minutos después Adam ya estaba en la puerta de los Black.

— Alessia — dijo este con una reverencia

— ¿vas a ser así de educado siempre? — sonrío — pasa

— perdona, viví muchas épocas y aprendí que eso siempre es agradable para una chica — soltó sin más

— tienes un poco de razón — lo dirigió a la cocina — ¿agua? ¿café? ¿una de mis venas? — cuestionó divertida

Adam se quedó en silencio, no quería pensar en nada ya que Alessia podría descubrir algunas de sus intensiones.

— era broma — aclaró

— lo sé, yo se que era broma — trago saliva — agua está bien

— ok — sonrío y sirvió el vaso — estaba buscando sobre Polonia y mis padres

— ¿Polonia? — frunció el ceño

— vengo de ahí, nací allá — explicó — tuve un sueño extraño que me hizo pensar qué tal vez ahí encontraría la respuesta a ... esto — señaló su cabeza

— así que Polonia — pensó unos segundos — ¿que fue lo que soñaste?

— una mujer, con el cabello como el mío, un poco más grande que yo me decía que buscara en mis orígenes — contó la chica — no le veía más relación

— ¿tienes más familia allí? — cuestionó Adam con un poco de intriga

— no, no que yo recuerde, mis padres me llevaron algunas veces pero sólo recuerdo un gran campo — suspiró — ¿tú qué piensas?

— que podrías ir y averiguar algo más allá

— ¿te puedes convertir en murciélago y acompañarme?

Adam soltó una carcajada, Alessia casi muere del susto, lo único que había visto parecido a eso era la vez que vio sus colmillos, se quedó perpleja.

— lo siento — su semblante de nuevo cambio a uno más serio — no, no funciona así

— vaya ... así que no tanto como en las películas — se encogió de hombros — no quiero decirle a Scott se que va a pensar que estoy loca

Adam no tenía más que decirle, se perdió contemplando los rasgos Perfectos del espécimen que tenía enfrente, Alessia se dio cuenta y se ruborizó, él también era bastante agraciado, esos pómulos, los brillantes ojos, su cabello que caía sobre su frente, se mordió el labio instintivamente.

— ¡eres preciosa! — soltó sin más el vampiro

— oh vaya, no tuve que escucharlo de tu cabeza — ambos esbozaron una sonrisa — acompáñame

— ¿a donde? — arrugó su frente

— a Polonia — dijo ella — me dijiste que me ayudarías

— no, no ... puedo ayudarte desde aquí pero

— solo son unas horas de viaje, por favor — imploro ella

Adam analizó en silencio, no quería pensar nada porque sabía que ella lo descubriría así que trato de ser lo más neutral posible.

— no puedo, necesitaría viajar de noche y llegar de noche — explicó — mi condición no me permite estar en el sol, ya sabes

— lo puedo arreglar, una escala quizás

— no me gustan los vuelos — susurro — mi ... mi ... mi esposa quería que la acompañara siempre y yo no podía cumplir eso

— ¿tú esposa? — ella abrió los ojos con sorpresa

— murió, hace un tiempo

Alessia camino hasta estar enfrente de él, dudo un poco en tomar su mano pero decidió intentarlo, el roce de estas hicieron que a la chica se le estremeciera la piel, él guió la mano de la chica hasta su nariz para poder aspirar ese aroma que tanto le atraía, se incorporó de la silla donde estaba, la acercó a su cuerpo y aspiró todo lo que pudo.

— no te voy a convertir, no tiembles — la abrazo por la cintura

— no debería de estar haciendo esto — logro decir con un hilo de voz

— ¿que se supone que estás haciendo? — susurro cada vez más cerca de su cuello

— esto ... estar tan cerca tuyo — dejo salir todo el aire contenido — Scott ...

— Alessia, no estamos haciendo nada malo, solo te estoy abrazando

Ella llevó sus manos hasta el cuello de Adam, tenía la necesidad de sentirse querida y deseada, Scott la amaba pero cada vez era más difícil estar juntos y con Adam todo era tan distinto, se sentía segura y atraída.

— quizás lo piense, pero al menos ahora no puedo decir que si al viaje — le dijo aún sumergido en su cuello

— está bien — logró soltar Alessia

Ambos suspiraron al mismo tiempo y se alejaron el uno del otro, Adam entendió que no era momento para confundirla, se despidió de ella como normalmente lo haría, una reverencia y sus pasos lo guiaron hasta su casa.

Ella se fue a su habitación a meditar un poco lo que acababa de ocurrir, no quería serle infiel a Scott pero su vecino tenía algo que la llamaba, quería estar cerca de él y al parecer la entendía.

Aún estaba pendiente una plática con Scott respecto a porque él sabía de la condición de Adam y ella no.

Come with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora